Procesos de enseñanza-aprendizaje. Un acercamiento a la realidad de las aulas.

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Por todo esto podemos concretar que la enseñanza es el proceso en el que un alumno obtiene conocimientos y los comprende, es decir, aprende. Además este se da con la interacción; basándonos en la teoría de Vygotsky, en donde los alumnos deben interactuar.

2. La enseñanza, una partida de ajedrez.

Para quienes hayamos tenido la suerte de participar en una partida de ajedrez, sabremos que no es una labor fácil, sobre todos si no conoces a tu oponente, sino tienes ni idea de cómo actuara, si no sabes cómo enfrentarlo.

El ajedrez ha sido y será un juego diseñado para enfrentar las situaciones problemáticas que se nos venga, por lo mismo ha sido utilizado en muchas áreas de la ciencia como analogía a como plantear soluciones a los problemas que en estas pasan. El motivo es simple, en el ajedrez siempre se emplean estrategias para derrotar a nuestro rival.

El concepto de estrategia de enseñanza aparece en la bibliografía referida a didáctica con mucha frecuencia. En la educación es importante utilizar estrategias que nos permitan desempeñar adecuadamente la labor docente. Sin embargo, no siempre se explícita su definición. Rebeca Anijovich nos explica que:

‘‘...definimos las estrategias de enseñanza como el conjunto de decisiones que toma el docente para orientar la enseñanza con el fin de promover el aprendizaje de sus alumnos. Se trata de orientaciones generales acerca de cómo enseñar un contenido disciplinar considerando qué queremos que nuestros alumnos comprendan, por qué y para qué’’ (Anijovich, 2009, pág. 4)

De esta manera podemos entender la importancia que tienen una estrategia de enseñanza dentro del aula. Así pues

(...) es indispensable, para el docente, poner atención no sólo en los temas que han de integrar los programas y que deben ser tratados en clase sino también y, simultáneamente, en la manera en que se puede considerar más conveniente que dichos temas sean trabajados por los alumnos. La relación entre temas y forma de abordarlos es tan fuerte que se puede sostener que ambos, temas y estrategias de tratamiento didáctico, son inescindibles (Anijovich, 2009, pág. 5)

Las estrategias de enseñanza cubren todos estos aspectos, he de ahí su importancia en la práctica docente, sin embargo como dije, cada estrategia se plantea de acuerdo a las necesidades que se quieran abordar, así pues, se ‘‘(…) hace indispensable conocer a cada uno de los niños y sus necesidades, todo esto para plantear que estrategia dará un mejor resultado’’ (Vázquez, 2014, pág. 54), así que podemos concluir que una estrategia de enseñanza es una serie de pasos, ideada para abordar temas y generar un aprendizaje, es necesario plantearlas, pero estas serán usadas de acuerdo a las necesidades.

3. Rutinas y Tiempos escolares.

Es tan curioso que en toda la vida humana algo de lo que más influye es el tiempo, este determina nuestras acciones y nuestros avances. Es importante recordar que en la educación considerar los tiempos son indispensables. ‘‘En la escuela los usos y efectos del tiempo son diversos, sobre todo en relación a sus significados para los diferentes sujetos que en ella participan’’ (Quiroz, 2015), los tiempos forman parte de las estrategias que el docente debe emplear, junto con él, la planificación, para aprovechar al máximo el tiempo.

‘‘(…) para el docente es muy importante prestarle gran atención al tiempo escolar, a los horarios, mirar el reloj, administrar las actividades, actividades que se puedan realizar en los tiempos designados. Es importante para el mantener intactos los tiempos, pues estos le dan organización, le permite planificar como expondrá sus contenidos y en qué medida’’ (Vázquez, 2014, pág. 54)

El tiempo puede ser un gran amigo de los docentes, sin embargo también puede ser un rival a vencer, pues muchas veces nos encontramos en situaciones penosas, en las que no se pueden realizar las cosas como las previmos. ‘‘Cuantas más cosas deben ser hechas cada día y cuanto más rápidamente (por exigencias internas y externas), tanto más es necesario aprender a distribuir el tiempo. (…) Distribuir bien el tiempo significa también organizarlo’’ (Quiroz, 2015)

El saber distribuir no significa realizar rutinas. ‘‘(…) la rutina hace que los alumno no se sorprendan con lo que pasara, les quita la curiosidad, por ello siempre hay que estar un paso adelante, planificando sorpresas, esto para que deseen ir a la escuela’’ (Vázquez, 2014, pág. 50), sin embargo como pude apreciar, no todas las rutinas son malas, existen rutinas que son buenas, como las rutinas que vi durante mi investigación cuando vez que la ‘‘(…) clase no es estática, de hecho no se sientan en el mismo lugar, van cambiando, porque es necesario convivir con todos y aprender de todos’’ (Vázquez, 2014, pág. 20), así también existen rutinas morales que son buenas como recalcar que ‘‘La puntualidad es un importante atributo temporal de la vida cotidiana’’ (Quiroz, 2015)

Es curioso pero al igual que el tiempo, las rutinas pueden ser un apoyo o un enemigo difícil de vencer.

4. El motor de una educación de calidad.

La educación es una ciencia social, es decir, no trabajamos con un material que siempre mantendrá la misma forma, tenemos que aprender que muy por encima de enseñar ciencias concretas, debemos practicarlas y enseñarlas de manera humana. Me refiero a enseñar con lo que nos permite decir que somos humanos y no ordenadores, estos son, los sentimientos, los valores, las actitudes.

‘‘(…) una educación de calidad no puede consistir sólo en la transmisión de saberes, sino que debe orientarse también hacia la formación de personas capaces de afrontar los desafíos de la sociedad actual’’ por lo tanto, se trata de una misión irrenunciable el educar con valores. (MARTÍN, 2003, pág. 59)

La escuela tiene un propósito netamente educativo, y educar es fundamentalmente desarrollar hábitos. Los hábitos pueden ser definidos como la segunda naturaleza de lo humano. El hábito es lo que tenemos como propio y asociado necesariamente a uno mismo. Es la proyección del ser en el hacer: “casi sin pensarlo hago lo que soy, porque en algún momento construí con mi pensamiento y mi voluntad la decisión’’ (Noro, 2000, pág. 3 y 4)

Por ello el docente debe promover valores dentro y fuera del aula al momento de dar su clase y después.

‘’Dar una clase