REMEMBRANZAS FILOSÓFICAS (CAPÍTULO I)

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Es así como se habla de las intuiciones del espíritu, las que son formales, pero hay otra que no es formal, llamada “intuición real”, esta va hasta el fondo de las cosas, a su esencia en sí. Esta intuición se divide según la disposición del ánimo del sujeto en intelectual, emotiva y volitiva. La primera se refiere al pensar y nos permite captar la esencia de consistencia en el objeto, la segunda permite captar el valor del objeto, es decir si es bueno o si es malo, bello o feo, etc. La tercera donde los motivos son derivados de la voluntad, producto de querer descifrar algo difícil y oculto lo que es el objeto, se refiere al esfuerzo que hace el sujeto para entender la existencia a la realidad del objeto y lo logra mediante el pensamiento, el cual es producido por una acción simultánea del objeto sobre el sujeto y viceversa. Existe una correlación entre sujeto y objeto en donde señala que no puede pensarse en un objeto que no existe.

Es así como para el empirismo inglés, indica que el conocimiento proviene de la experiencia interna y externa, mientras que para la escuela racional, el conocimiento se vale de tres elementos: sujeto pensante, el ente cognoscible (pensamiento) y el objeto conocido, estos términos sujeto y objeto son correlativos, es decir, que nunca puede fundirse el sujeto en el objeto o viceversa y de ser así no habría conocimiento y además señala ser una correlación irreversible porque no hay posibilidad que el objeto se convierta en sujeto o viceversa, a esta concordancia del pensamiento con el objeto, la filosofía lo denomina conocimiento verdadero. Según el criterio, es la teoría del conocimiento quien tendrá que construirse y constituirse con aportaciones de la psicología, la lógica y la ontología para resolver los problemas del conocimiento.

Además señala que en la filosofía moderna se cometen dos errores, el primero se refiere al mal manejo de la teoría del conocimiento, como emplearlo para solucionar problemas de psicología, de lógica y de ontología y el segundo confunde la psicología con la lógica.

El tercer tema es “La vida y la muerte ante la evolución”, aquí señala que decimos la verdad cuando precisamos que la vida y la muerte existen, según la evolución y la doctrina cristiana.

La vida viene a ser el ente autentico y absoluto, es la demostración de la existencia de los demás entes, es decir, la vida es una existencia fundamental y primaria, mientras que las otras son siempre existencias secundarias y derivadas de la vida, además nos muestra como al reflexionar nuestro yo se encuentra que existimos porque tenemos vida, pero la vida no es dada, por lo que para seguir viviendo hay que hacer algo. Se menciona que para demostrar su existencia la vida tiene que hacer algo, es decir si hace algo existe y sino hace algo no existe.

Se toma a la vida como una carrera por hacer algo pero es en el afán de vivir, de ser, de existir, se seguir siendo, además llevar el temor de no ser, dejar de ser, el temor de llegar a la nada, es precisamente aquí donde entra el carácter típico y propio de la vida, que es la angustia. Esta contiene dos notas ontológicas: por un lado la ansiedad de ser y por el otro el temor de llegar a nada.

La nada viene a ser el origen del no y de la negación, por ejemplo cuando el hombre tropieza con una dificultad, cuando encuentra los límites a su acción, cuando ve que no puede llegar a su destino propuesto, entonces siente la angustia y ve el espectro de la nada; pero cuando el hombre vence esas dificultades da nacimiento a las cosas positivas.

En la existencia humana nos dice que es la realización de nuestras posibilidades intrínsecas y debido a su continuidad está presidida por el signo de la angustia que nace al sentirnos arrojados a un mundo desconocido en el cual nos sentimos comprometidos asumir responsabilidades sin contar con un punto de apoyo.

Por otro lado está la muerte, que es la usencia de vida. La vida viene a ser la negación de la nada, es quien crea las cosas, les da energía y movimiento con lo cual destruye a la nada.

Señala que la muerte no es más que una manifestación de la nada y es algo que le acontece y está en la vida, es así como la muerte se encuentra en el plano derivado de los entes particulares de las cosas reales. Sin embargo los dos pilares correlativos de la existencia total son por una parte la vida y por la otra la muerte; siendo totalmente distintas y contrarias, señala que para que exista la muerte tiene que desaparecer la vida y para que exista la vida tiene que desaparecer la muerte; esto es, que la una depende de la otra. Entonces podemos decir que al morir una persona, la vida adquiere una forma distinta y un contenido nuevo que viene a ser la muerte.