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Regimen Electoral en la Antiguedad

Enviado por   •  29 de Noviembre de 2017  •  1.856 Palabras (8 Páginas)  •  271 Visitas

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Por último y de acuerdo con Laura Sancho Rocher, es importante mencionar que la democracia fue abolida en 322 a. de C. teniendo una vigencia aproximada de dos siglos, lo cual es prueba de gran estabilidad, pues aunque el sistema democrático no dejó de evolucionar a lo largo de tan prolongado periodo de tiempo, se fue transformando en función de los cambios sociológicos o de las circunstancias concretas, permaneciendo durante este periodo un ideario básico que es la igualdad de estatus y de derechos de los atenienses compatible con el respeto a leyes antiguas y recientes, que a pesar de tener origen humano o contractual merecían respeto sagrado.[8]

La filosofía política suele prestarle más atención a Atenas que a Esparta, pese a la admiración de algunos filósofos como Platón por esta última. Sin embargo, su sistema político merece atención como ejemplo de lo que se consideraba una forma de gobierno aristocrática. Su constitución se debe a Licurgo, una figura de la que poco se sabe. El estado promovía la igualdad entre los ciudadanos procurando tierras y trabajadores.

La constitución espartana combinaba elementos monárquicos, aristocráticos y democráticos. El elemento “monárquico” consistía en que tenían dos reyes simultáneamente, iguales en autoridad (defendían esta costumbre alegando que, caso de perecer uno en el combate, habría otro, lo que impediría una lucha por el poder). El elemento aristocrático estaba representado por un consejo de ancianos compuesto por 28 hombres mayores de 60 años, que tenían competencias judiciales y a los que se consultaban las propuestas que después iban a presentarse ante la asamblea. Esta asamblea (el elemento democrático) estaba formada por todos los ciudadanos (varones mayores de 30). Sin embargo, aunque en teoría la asamblea era la máxima autoridad, en la práctica se limitaban a ratificar las decisiones que habían tomado los reyes y el consejo.[9]

La República Romana influyó por su parte en la formación de las democracias representativas contemporáneas, cuyo carácter “mixto” da lugar tanto a la participación del pueblo en cuanto a la actuación de cuerpos representativos a los que los atenienses llamarían “aristocráticos”. Roma llegó a ser una república aristocrático − democrática, una república “mixta” con ingredientes democráticos, pero nunca una democracia a la manera de Atenas. Así como Atenas logró expresar el ideal democrático, pues, Roma expresó el ideal de la república mixta, equilibrada, sin que alguno de sus componentes, ya fuera el aristocrático, el democrático o el monárquico, llegara a anular a los otros. Atenas planteó el ideal democrático en toda su pureza. Durante su etapa republicana, Roma encarnó en cambio la democracia posible: esa parte del ideal democrático que es accesible en cada época, o con otras palabras, una forma mixta de gobierno donde el elemento democrático se resigna a mezclarse con los elementos monárquico y aristocrático.[10]

Roma llegó a ser una república aristocrático − democrática, una república “mixta” con ingredientes democráticos, pero nunca una democracia a la manera de Atenas. Hacia el siglo III antes de Cristo, el siglo en que alcanzó su apogeo, la República Romana mantenía un delicado equilibrio entre la clase de los patricios o aristócratas (patricio proviene de pater, “padre”: los patricios descendían de los que “llegaron primero”) y la clase de los plebeyos (plebs significa “multitud”: la masa de los que “llegaron después”). Los patricios dominaban el Senado (comparable al Areópago ateniense) y la magistratura “cuasipresidencial” de los cónsules; los plebeyos dominaban una peculiar magistratura, la del tribuno de la plebe, cuya principal facultad era vetar las decisiones de las magistraturas patricias. Los ciudadanos romanos también votaban, pero no con el alcance de los ciudadanos atenienses. Estos, en la ecclesia, tenían el poder de discutir y aprobar las leyes. Los ciudadanos romanos se expresaban en dos tipos principales de “comicios” (la palabra proviene del indoeuropeo kom, al igual que “comunidad” y “comité”). En los comicios centuriados el pueblo, reunido en las “centurias” o regimientos correspondientes a su organización militar, se congregaba con sus cascos y escudos a proclamar de viva voz su aprobación o rechazo de las propuestas que les presentaba el patriciado. Más que a la ecclesia ateniense, esta asamblea se parecía a la apella espartana: una reunión militar donde se votaba por aclamación, por sí o por no, sin que hubiera lugar para el torneo de oratoria de la asamblea ateniense.[11]

BIBLIOGRAFIA

Grondona, Mariano. Septiembre 2000 Universidad del CEMA Departamento de Ciencias Políticas Documento de Trabajo No. 175. “Cultura y Democracia”. http://www.ucema.edu.ar/publicaciones/download/documentos/175.pdf

Novack, George. Democracia y Revolución. De los griegos a nuestros días. Editorial Fontamara. México. 1996.

Requejo Coll, Ferran. Las democracias. Democracia antigua, democracia liberal y Estado de Bienestar. Editorial Ariel. España. 1994.

Sancho Rocher, Laura. Filosofia y democracia en la Grecia antigua. Editorial Prensas Universitarias de Zaragoza. España. 2009.

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