Resumen. Arrue-kalinsky
Enviado por tomas • 19 de Octubre de 2018 • 2.687 Palabras (11 Páginas) • 286 Visitas
...
Con referencia a los honorarios, en la medicina oficial de nuestra zona tiene alta preponderancia el subsistema público, con contratación de personal de dedicación exclusiva. Así, son minoritarios los servicios que brindan el sector privado y de obras sociales. Por su lado, los curadores populares sueles dejar a juicio del paciente sobre todo en el área rural, el pago. Algunos, incluso, cobran solamente si tienen éxito en la curación. Muchas veces, este pago se realiza en especies. En el área urbana suele cobrarse un arancel, que varía de acuerdo con las posibilidades económicas del consultante.
El autocuidado está más desarrollado, según nuestra experiencia, en el campo de la medicina popular, tanto en los aspectos diagnósticos como terapéuticos. Es común así, el cultivo de hierbas medicinales en las huertas familiares rurales o su recolección en el campo. Si bien hay curadores populares que entregan a sus pacientes las preparaciones para que sean directamente consumidas, muchos prefieren indicar a los pobladores qué usar y cómo hacer la preparación.
Por ejemplo, en la medicina tradicional hay algunos curadores muy medicalizados que utilizan una gran cantidad de medicamentos de patente, y con enfoques mecanicistas y mercantilistas. En el otro extremo, también hay médicos oficiales que trabajan con puntos de vista inclusivos. Aunque en la región se responde, en general, a la caracterización presentada. Así, hay una mayor personalización del curador popular: “voy a lo de don… o doña…”, en lugar del clásico “voy al doctor”, o aún más genérico “voy al hospital”. Incluso en lugares de poca población, muchos pacientes no conocen el nombre ni el apellido del médico oficial que los atiende.
En este contexto el equipo de atención primaria de salud articula en forma activa, aunque con conflictos, a ambas prácticas de salud.
Algunas notas de convergencia entre las prácticas oficial y popular de salud
Muchas modalidades de la medicina oficial pertenecen al campo popular, especialmente algunos aspectos de la Atención Primaria de la Salud (control del niño y la embarazada, vacunación, desarrollo de huertas y granjas, mejoramiento de viviendas, etc.).
La medicina oficial en el ámbito regional, se asienta históricamente sobre un conjunto de prácticas populares de la salud.
El sistema de salud, a través de su trama institucional, sus operadores, sus contenidos, va ganando significación y amplitud durante un proceso lento y prolongado. Esto significa que no solo se trata de lugares materiales (puestos de salud, hospitales) sino que también se ve involucrada lo que es su representación colectiva en las comunidades. Si ella no es clara, si carece de sentido cultural, la actividad del sistema oficial de salud tiene escasa relevancia.
Al amparo de reglamentaciones que tendían a dar respuestas oficiales de salud, ingresaron en ciertos lugares (apartados) de la región de médicos europeos que, aun sin revalidar sus títulos, ejercieron su actividad donde no había médico.
El sistema oficial, amparado en su legalidad, intenta desplazar a los efectores de la medicina popular a través de las instituciones que la sociedad blanca va implantando progresivamente en la zona. Esta acción no siempre es inducida por los miembros del equipo oficial de salud. Muchas veces, respondió a la intención política de desarticular las instituciones indígenas.
Recordemos que el curador mapuche en particular, y el indígena en general, asentaba sus prácticas en la fe que se tenía a sí mismo, la que le tenía el paciente y, por sobre todo, la que recibía de parte de la comunidad. Como sus ámbitos excedían en mucho los conceptos actuales de salud y enfermedad, se comprende el papel social que ejercía esta figura. Y, por ende, las motivadas razones por las cuales el blanco ha sistematizado la persecución.
Basándonos, por ahora, en nuestra experiencia, vemos que hay prestadores de ambos sistemas de salud que flexibilizan sus concepciones y sus prácticas, actuando así como articuladores sociales.
En el ámbito oficial, este fenómeno se da, sobre todo, en los equipos de Atención Primaria de la Salud: agentes sanitarios, algunos médicos generales, pediatras, enfermeros y personal de servicio de los hospitales.
Entendemos que esta flexibilidad depende, más que nada, de las personas y los vínculos que ellas establecen, así como el conocimiento de los distintos modos de entender la salud y la enfermedad. Inversamente pensamos que existen zonas de fuerte rigidez, que constituyen aquellos extremos en donde predominan divergencias y enfrentamientos, por ejemplo, la medicina oficial de alta complejidad, por un lado, y la medicina religiosa, por el otro, el panorama religioso es complejo. Originalmente la religión existente era la mapuche. Después, y a raíz de la llegada del blanco, comienza a darse un doble proceso: por una parte, una imposición de la religión católica a partir del mandato evangelizador; por la otra, comienza a haber una interpretación indígena de ciertos elementos religiosos católicos.
Pensamos que la diferencia fundamental entre ambos enfoques religiosos (mapuche y pentecostal) es ideológica. En tanto que en la concepción de la medicina espiritual la enfermedad está directamente vinculada con el pecado, en la cosmovisión mapuche no aparece, al menos originariamente, la idea de pecado, ni por la tanto de infierno. Si, la de castigo, a través de elementos naturales (sequias, malas pariciones, etc.).
Por otro lado el pentecostalismo basa su accionar en el llamado “don de lenguas” y en la curación de las enfermedades (“don de sanidad”), impregnados por una visión apocalíptica, la cual no aparece ciertamente en la religión mapuche. En esta última hay signos de buena o mala suerte (en cuanto a cosechas, destino personal, etc.), pero no aparecen comparables, en tanto que la religión pentecostal tiene un mensaje de salvación individual ausente en la mapuche.
No obstante aparecen semejanzas: celebraciones de sesiones colectivas, que compartirían tanto la ceremonia del “machitún” como las curas espirituales. Y que tienen al canto, la danza y la música como componentes primordiales. Asimismo los actos de exorcismos practicados por el pentecostalismo tendrían su análogo en la expulsión de las fuerzas del “kalkú” (espíritus malignos), durante la ceremonia del “machitún”.
Así, podría pensarse que cada instancia social y cultural formula ,a su modo, las fuerzas del conflicto global que atraviesa a todas: salud,
...