Resumen de el socialismo.
Enviado por Albert • 16 de Marzo de 2018 • 2.043 Palabras (9 Páginas) • 375 Visitas
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II
Antes de continuar con las anteriores consideraciones teóricas, Durkheim se centra en una cuestión fundamental: ¿para qué conocer?, se pregunta. Las doctrinas sociales se dividen en dos grandes géneros: “unas pretenden únicamente expresar lo que es o lo que ha sido; son puramente especulativas y científicas. Otras, por el contrario, tienen sobre todo, por objeto, modificar lo que existe; no proponen leyes, sino reformas. Son las doctrinas prácticas”. La palabra socialismo, como se ha de suponer, pertenece al segundo género.
Las funciones económicas, por su parte, son difusas, es decir, no poseen organización. Los cuerpos vivos están organizados mediante un órgano central y cuentan con órganos secundarios que se enlazan con él.
Durkheim lanza su primera definición elaborada del socialismo:
“se denomina socialista toda doctrina que reclama la incorporación de todas las funciones económicas, o de algunas de ellas que en la actualidad son difusas, a los centros directores y conscientes de la sociedad”; es preciso aclarar que Durkheim habla de incorporación, no de subordinación. Se denominan teorías socialistas a todas aquellas que reclaman la incorporación de todas las funciones económicas, o de algunas de ellas también difusas a los órganos directores y conscientes de la sociedad. El socialismo es, esencialmente, una tendencia a organizar; organizar, no significa hacer caridad, la caridad no organiza nada. Las clases obreras no son víctimas de la sociedad en general, sino de una clase particular lo bastante poderosa como para imponer su voluntad: la clase capitalista.
“En efecto, los trabajadores no tienen que ver directamente con la sociedad, no es ésta la que los remunera inmediatamente, es el capitalista. Pero éste es un simple particular que, como tal, se preocupa y legítimamente, no de los intereses sociales sino de los suyos propios”. Por ello, la clase de los capitalistas debe desaparecer; el Estado debe cumplir sus funciones, entrar en contacto directo con la clase obrera y convertirse en el centro de la vida económica. El socialismo considera que hay toda una parte del mundo económico que no está real y directamente integrada en la sociedad: los trabajadores no capitalistas. El socialismo aspira, como vemos, a llevar a cabo una recomposición del cuerpo social; no es una simple cuestión de salarios o de “estómagos”; reclama un mayor desarrollo del Estado; si bien se centra en cuestiones económicas, puede extenderse más allá de ellas.
III. Socialismo y comunismo.
Suelen confundirse las teorías socialistas con las comunistas elaboradas por autores como Platón, Tomás Moro, y Campanella, por citar solo a algunas. Debe tenerse en cuenta que la palabra socialismo es totalmente nueva, fue acuñada en
Inglaterra en el año 1835. Las teorías comunistas, por su parte, sólo aparecen en la historia de manera esporádica; el comunismo no se esparce, sus teóricos no hacen escuela, sino que son sueños gestados por espíritus generosos. El desarrollo del socialismo es cabalmente opuesto: unas escuelas suceden a otras y se las ve aparecer simultáneamente; en el mismo momento aparece un Saint Simón y un Fourier en Francia y un Owen en Inglaterra. Los socialistas se han desprendido de sus ensoñaciones y tienden a alcanzar fines prácticos. Existe una diferencia de naturaleza entre socialismo y comunismo: el primero pretende incorporar las funciones industriales al Estado; el segundo, tiende a poner la vida industrial al margen del
Estado. Todas las teorías comunistas se derivan del comunismo platónico, del que no son sino variantes.
No es aceptable, de este modo, identificar al socialismo con el comunismo; ello significaría identificar contrarios. Mientras que para éstos, la riqueza es maléfica; para aquellos, solo es temible cuando no está socializada. “Según el socialismo, las funciones económicas propiamente dichas, es decir, las funciones productoras de servicios (comercio e industria) deben estar organizadas socialmente; pero el consumo debe seguir siendo privado. En el comunismo por el contrario, el consumo es común y la producción sigue siendo privada.”
El socialismo y el comunismo se parecen, sin embargo, en un aspecto: ambos se oponen al individualismo radical e intransigente; ello no es razón para confundirlos.
IV. Surgimiento del socialismo.
Ya se ha definido al socialismo, se lo ha diferenciado del comunismo, solo resta hacer su historia y seguir su desarrollo. El socialismo no es un sistema casi tan viejo como la humanidad; por el contrario, hace referencia a sociedades determinadas.
El socialismo supone tres condiciones que lo hacen posible: en primer lugar, el
Estado ha de haber adquirido el suficiente desarrollo para poder convertirse en una potencia profana debe abandonar su carácter místico para poder mezclarse más íntimamente con las cosas profanas; en segundo lugar, por más desarrollado que esté un Estado, no puede hacer nada si la organización de las empresas económicas no ofrece asideros para su influencia; finalmente, es preciso que se haya constituido el régimen de la gran industria. Las tres condiciones mencionadas son de fecha reciente (en la época en que Durkheim escribe); el propio desarrollo del Estado es un fenómeno nuevo.
Es así como no podía hablarse de socialismo antes del siglo XVIII. En ese momento, al menos en Francia, las tres condiciones enumeradas anteriormente, estaban ya dadas. Por su parte, el comunismo del siglo XVIII, es un comunismo de nuevo tipo Durkheim lo denomina “comunismo o moderno” y ubica a Rousseau como a uno de sus mayores exponentes, marcadamente distinto de las teorías anteriores que llevan el mismo nombre; ello hace presentir que algo nuevo está por llegar. En primer lugar, ya no tiene nada de esporádico; en segundo lugar, hasta ese momento las teorías comunistas tenían un carácter totalmente hipotético. La abolición de la propiedad privada se presenta ahora como un auténtico derecho. En definitiva, el comunismo es, según la concepción durkheimiana, “la caridad erigida en principio fundamental de toda la legislación social: es la fraternidad obligatoria, pues implica que cada cual está obligado a repartir con todos”.
El socialismo es un proceso de concentración y centralización económica; para que sea posible es preciso que la opinión general reconozca al Estado derechos muy amplios.
Durkheim finaliza su estudio del socialismo con una
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