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Resumen epistemologia.

Enviado por   •  20 de Febrero de 2018  •  6.658 Palabras (27 Páginas)  •  312 Visitas

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decimos que la palabra es ambigua. Para disipar la ambigüedad necesitamos dar definiciones que expliquen los diferentes significados de la palabra o frase. Reducir la vaguedad: otro motivo que puede impulsarnos a definir un término se presenta cuando deseamos hacer uso de él, pero no estamos totalmente seguros de los límites de su aplicabilidad, aunque en cierto sentido conozcamos su significado. Esta razón para desear definir un término es distinta a la primera que expusimos. En ésta, lo que se quería era enseñar el significado de un término poco usual. En este caso lo que se desea es aclarar el significado de un término ya conocido. Explicar teóricamente: otra finalidad que podemos perseguir aún al definir un término es formular una caracterización teóricamente adecuada o científicamente útil del objeto al cual deberá aplicársele. Influir en actitudes: a menudo se define un término con el propósito de gravitar en las actitudes o agitar las emociones de los lectores u oyentes de cierta manera definida.

Definiciones: las definiciones los son siempre de símbolos, pues solamente éstos tienen significados que las definiciones explican. Hay dos maneras de formular una definición: hablando acerca del símbolo o hablando de aquello que designa. El símbolo que se debe definir es llamado definiendum, y el símbolo o conjunto de símbolos usados para explicar el significado del definiendum recibe el nombre de definiens. Hay 5 tipos de definiciones:

Definiciones estipulativas: el primer tipo de definición que examinaremos es la que se da de un término totalmente nuevo, cuando se lo introduce por primera vez. Cualquiera que introduzca un nuevo término tiene completa libertad de estipular qué significado le dará.

Definiciones lexicográficas: cuando el propósito de la definición es eliminar la ambigüedad o enriquecer el vocabulario de la persona para la cual se la construye, si el término definido no es nuevo sino que tiene ya un uso establecido, la definición es entonces lexicográfica y no estipulativa. Una definición lexicográfica no da al definiendum un significado del cual carecía hasta ese momento, sino que informa acerca del significado que ya tiene.

Definiciones aclaratorias: ni las definiciones estipulativas ni las lexicográficas pueden servir para eliminar la vaguedad de un término. Una expresión vaga es aquella que ha origen a casos límite, tales que es imposible decidir con respecto a ellos si se les aplica o no. La definición aclaratoria es diferente de la estipulativa, porque su definiendum no es un término nuevo, sino que tiene un uso ya establecido, aunque vago. Por consiguiente, el que construye una definición aclaratoria no tiene libertad de asignar cualquier significado que se le ocurra al definiendum; debe, por el contrario, permanecer fiel al uso establecido, hasta donde éste llegue.

Definiciones teóricas: la mayoría de las “disputas por definiciones” surgen en conexión con las definiciones teóricas. Llamamos “definición teórica” de un término a aquella que trata de formular una caracterización teóricamente adecuada de los objetos a los cuales se aplica. Proponer una definición teórica equivale a proponer la aceptación de una teoría, y, como lo sugiere el nombre, las teorías son evidentemente discutibles.

Definiciones persuasivas: el último tipo de definición que mencionamos es aquella cuyo propósito consiste en influir en actitudes. Tales definiciones con llamadas persuasivas y su función es expresiva.

Reglas para una buena definición:

La definición debe indicar los atributos esenciales de la especie:

La definición no debe ser circular: si la definición es circular, fracasará en su propósito, que es explicar el significado del definiendum.

La definición no debe ser demasiado amplia ni demasiado estrecha: esta regla afirma que el definiens no debe denotar más cosas que las denotadas por el definiendum, ni tampoco menos.

La definición no debe formularse en un lenguaje ambiguo, oscuro o figurado: es indudable que deben evitarse los términos ambiguos al formular una definición, pues si el mismo definiens es ambiguo, obviamente la definición no logrará cumplir su función de explicar el definiendum. Puesto que el propósito de la definición es aclarar el significado, el uso de términos oscuros frustra tal propósito.

La definición no debe ser negativa, cuando puede ser afirmativa: la razón para dar esta regla es que una definición debe explicar lo que un término significa, y no lo que no significa. La regla es importante porque para la gran mayoría de los términos hay demasiadas cosas que no significan para que una definición negativa pueda abarcarlas a todas.

Lógica: trabaja con signos, en primer lugar porque se ocupa del lenguaje, que es un sistema de signos, y en segundo lugar porque crea sus propios signos.

Signo: es un objeto físico. La primera característica que tienen los signos es que hacen referencia a otra cosa. Aquello a lo que el signo hace referencia se lo denomina designado. La segunda característica que tienen los signos es que hacen referencia a algo para un cierto sujeto. El signo hace referencia a su designado siempre con relación a algún sujeto. A ese sujeto se lo llama intérprete.

Tipos de signos: hay signos de diverso tipo. Por un lado hay signos naturales, como el humo de una chimenea, que es signo de que dentro de ella se está quemando algo. Estos signos se caracterizan porque la relación S-D (S: objeto físico, D: designado, I: intérprete) no es el resultado de ninguna creación humana, sino que aparece dada y obedece a una relación causa-efecto, donde el signo es el efecto y el designado la causa. Otro tipo de signos son los íconos o signos icónicos. A diferencia de los naturales, en ellos la relación S-D no aparece dada, sino que es creada por los hombres. Se caracterizan por el hecho de que entre el signo y el designado existe una cierta analogía: en el signo están presentes ciertas características del designado (ej, un mapa). Por último, están los signos convencionales, o símbolos. En éstos, como en los icónicos, la relación S-D es creada por lo hombres, pero se diferencian de aquéllos en que esa relación es arbitraria: no hay ninguna analogía entre el signo y su designado (ej. semáforo).

Designado y denotado: los signos lingüísticos son los signos que constituyen un lenguaje. La semántica distingue, por un lado, el designado de un signo lingüístico y, por otro, su denotado. El designado, es el conjunto de características a que hace referencia el signo. El denotado de un signo, en cambio, es el conjunto de todas las entidades que poseen las características del

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