Roland Mousnier y las jerarquías sociales

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Se formaron así, grupos sociales de tecnoburócratas con amplios poderes en la sociedad y el gobierno. Estos grupos estaban abiertos a los talentos, sin que importara su origen social en principio, pero, en la realidad, a causa de su elevado tecnicismo, que requería generalmente largos y difíciles estudios teóricos complementados con períodos prolongados de práctica, su reclutamiento era limitado. Comprendía una pequeña cantidad de hombres que se conocían entre sí, o se encontraban e incorporaban fácilmente debido a una cualidad común, que actuaban bastante a menudo, sucesivamente, en el sector privado y en el público, comenzando por uno o por otro, según los países y circunstancias.

Parece que todas las sociedades industriales o en vías de industrialización se encaminan hacia el mismo tipo de sociedad tecnocrática estamental, en la que el Estado poseería o controlaría todos los medios de producción, y repartiría los productos resultantes, pero en la cual el Estado estaría en manos de los tecnoburócratas, directores de organización, los cuales impondrían por medio de la planificación y en beneficio de ella una dictadura totalitaria al conjunto de la población, así como obtendrían de ese poder el prestigio, la dignidad prominente, el rango más elevado de la sociedad y una parte privilegiada de la producción.

Los tecnoburócratas gozaban de una situación tan eminente que algunos, dando el sentido real a la palabra privilegio, es decir, ventajas que la sociedad brinda a ciertas personas por sus funciones sociales particulares, los calificaban de privilegiados. Los tecnoburócratas desempeñaban un papel básico en la producción y administración pública. Su prestigio y estima social, su dignidad, su rango eran particularmente elevados en la sociedad. Tenían altos ingresos, sin que fuera posible afirmar que por la percepción de una renta de rareza o de situación, los tecnoburócratas obtuviesen del ingreso nacional una parte superior a su productividad en detrimento de las otras clases.

Aunque los tecnócratas no hayan triunfado aún completamente, su influencia y papel crecen sin cesar. Algunos prevén su éxito total y la instauración de Estados, gobiernos y sociedades tecnocráticas, en las que los tecnócratas tendrían todos los poderes en virtud de sus funciones de técnicos de organización, formarían un orden preeminente que dominaría al Estado de manera absoluta, formaría la sociedad, controlaría el acceso a todos los instrumentos de producción, reglamentaría la distribución de los productos, se reservaría una parte privilegiada; un orden que, gracias al ejercicio de su poder técnico, estaría en el primer rango de una sociedad jerarquizada, que le aseguraría su elección y se aseguraría una continuidad de generación en generación; un orden gracias al cual la sociedad habría alcanzado muy pronto el segundo período de las sociedades de órdenes.