Seguridad del consumo de mercurio en pescados enlatados y peces de cultivo en grupos de riesgo

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Sin embargo, hay suficiente evidencia donde se expone que los beneficios del consumo de pescado se deben principalmente a su contenido de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, incluyendo el Ácido Eicosapentaenoico (EPA) y el Ácido Docosahexaenoico (DHA) (6), por lo que una dieta bien equilibrada que incluya pescados y mariscos puede contribuir a la salud cardiaca, al crecimiento y desarrollo adecuado de los niños y mujeres. (3)

El principal nutriente asociado positivamente al pescado es del DHA el cual es un ácido graso poliinsaturado de la familia omega 3, Los seres humanos pueden sintetizar DHA a partir de ácido alfa-linolénico gracias a enzimas elongasas y desaturasas (11). El DHA contribuye a la regulación de la fluidez de las membranas, esto es muy importante para la formación y función del sistema nervioso central participando de procesos como la neurogénesis, la mielinización y en la sinaptogénesis (12), además este ácido graso se asocia al desarrollo visual, específicamente en el recambio de conos y bastones (13)

Con respecto al mercurio, variados estudios se han utilizado para desarrollar dosis de referencia basados en evidencia, por debajo del cual no hay riesgo de posible daño, incluyendo la ingesta semanal tolerable provisional (ISTP), establecido por el comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) de la Organización para la Agricultura y Alimentación (FAO) en conjunto con la OMS. Sin embargo, las últimas actualizaciones sugieren daño a dosis asociado con el consumo de pescados y mariscos relativamente poco frecuentes (4).

A pesar de que existe bastante información sobre riesgos y beneficios, no se cuenta con una clara recomendación de consumo de este alimento en relación a la cantidad de mercurio contenido, tanto a nivel internacional como nacional. Es por ello que se planteó la siguiente pregunta: ¿Se debe recomendar el consumo de pescado en conserva o de peces de cultivo a población de mayor riesgo, considerando el nivel de mercurio para cubrir sus necesidades de DHA en población chilena?

El presente manuscrito tiene como objetivo analizar las recomendaciones y evidencia científica tanto chilenas como internacionales sobre el consumo de pescado, DHA y contenido mercurio asociado a los posibles riesgos en grupos más vulnerables y proponer una recomendación de consumo seguro de pescado para la población chilena en base a datos del país.

Marco teórico:

Las guías alimentarias de nuestro país hacen referencia al consumo de pescado para la protección del corazón al consumirlo dos veces por semana al horno o la plancha. La guía basa sus enunciados en evidencia manifestada a lo largo de los años, donde constantemente se van añadiendo nuevos análisis y conclusiones. Como parte de ello, en junio del año 2010 se realizó una consulta conjunta de expertos de la FAO/OMS sobre los riesgos y beneficios asociados al consumo de pescado, donde se declaró que existe evidencia convincente de que la presencia de pescados en la dieta genera una reducción de los factores de riesgo cardiovascular al poseer EPA y DHA con un rol antiinflamatorio. Por otro lado, la evidencia señala una fuerte asociación entre el consumo de pescado, en relación a la ingesta de sus ácidos grasos poliinsaturados y la mejora del desarrollo neurológico en lactantes y niños pequeños cuando la madre consume el pescado antes y durante el embarazo (15). Con respecto a esto, un análisis de la FDA, sobre la relación dosis-respuesta entre el consumo materno de pescado y el coeficiente intelectual (IC) en niños, se ha demostrado que en una ingesta materna de 100g de DHA al día, hay una ganancia de 2.8 puntos del CI en niños a los 18 meses de vida (14). La evidencia de otros beneficios para la salud oscila probablemente en la prevención de accidente cerebrovascular isquémico, y como tratamiento no farmacológico en la depresión, e incluso para determinados tipos de cáncer, sin embargo, esta información es de carácter inconsistente. Cabe destacar que los beneficios del consumo de pescado, demostrados en numerosos estudios en una amplia gama de poblaciones, reflejan la suma de beneficios y riesgos de todos los componentes del pescado, como se ha mencionado, es probable que los atributos beneficiosos de las especies marinas se deban en gran parte a los AGCLn3PUFA, y otros nutrientes (por ejemplo, proteínas, selenio, yodo, vitamina D, colina y taurina) que también pueden contribuir a los efectos en la salud (15).

Sin embargo, existe evidencia que asocia el consumo de pescado durante el embarazo a resultados neurológicos adversos en lactantes y jóvenes debido a la exposición al Metilmercurio durante el desarrollo fetal. Además, la evidencia señala un posible daño cardiovascular, daños inmunológicos y reproductivos asociados con la exposición ambiental al Metilmercurio, como a su consumo. En cambio, no existen pruebas suficientes que avalen los efectos adversos para la salud como, alteración endocrina y/o cáncer asociado con la exposición a dioxinas del consumo de pescado (15).

Comparando la evidencia disponible sobre los beneficios y riesgos que posee el consumo de determinadas especies en ciertas cantidades, la FDA en la Junta de expertos declaró que, si el pescado tiene más de 1 ug/g de MeHg los riesgos en el neurodesarrollo de no comer pescado exceden los riesgos de comerlo con hasta dos porciones por semana de pescados que posean más de 8 mg/g de EPA + DHA (15). Por lo tanto, es primordial conocer la concentración de Metilmercurio en las diversas especies para reducir al mínimo los efectos negativos del Metilmercurio y obtener beneficio sobre la salud cumpliendo con los requerimientos de EPA y DHA.

Para obtener los beneficios actualmente las mujeres embarazadas prefieren suplementarse ya que el consumo de pescado se asocia directamente a perjuicios a nivel embrionario, entregando el suplemento facilidad y costos asequibles por la población; una revisión sistemática de ensayos controlados aleatorizados obtuvo ninguna asociación clara entre el uso de suplementos y los resultados cognitivos infantiles, por lo que pueden atribuirse los beneficios del consumo de pescado al efecto sinérgico del alimento debido a ser fuente de otros nutrientes fuera del DHA que son importantes para el desarrollo neurológico del bebé, tales como yodo y vitamina D (16), aun así falta mayor evidencia con respecto a este aspecto.

Por lo tanto, es necesario conocer las concentraciones de mercurio en los pescados para evitar los efectos adversos en la población de riesgo, no marginando su consumo puesto que deja sin beneficios en el desarrollo fetal e infantil a la población. Para comenzar debemos saber la