Seguridad y salud en peluquerías.

...

El segundo capítulo, por su parte, contiene la descripción y el análisis de los resultados del trabajo de campo realizado. Se identifican las prácticas y situaciones de riesgo detectadas en la investigación, que pueden llevar a la ocurrencia de accidentes de trabajo o a ocasionar daños a la salud de los trabajadores de los salones de belleza. En este capítulo también se profundiza en las actividades de prevención que se desarrollan en dichos establecimientos y en las medidas que deberían adoptarse en razón de las situaciones de riesgo advertidas, desde una evaluación de la jerarquía de controles aplicada a las actividades concretas que se realizan.

En el tercer capítulo, se realiza un análisis de la normativa vigente para el establecimiento de los sistemas de gestión de seguridad y salud en el trabajo, a fin de observar si sus disposiciones son materialmente aplicables e idóneas para la prevención de riesgos en las actividades desarrolladas en los salones de belleza o si se precisa de lineamientos específicos para dicho fin. En otras palabras, se determinará qué componente de la Acción Nacional no está funcionando de manera eficiente en este específico sector y se plantearán algunas propuestas orientadas a mejorar la situación de estos trabajadores en materia de seguridad y salud en el trabajo.

Como podrá observarse de la lectura de esta breve introducción y, a lo largo del desarrollo de la monografía, se ha buscado integrar todos los conceptos y temas revisados en el Curso, a fin de abordar la investigación desde una perspectiva más completa e integrada.

---------------------------------------------------------------

Capítulo 1: Características y particularidades de los trabajadores comprendidos en el ámbito de la investigación

La presente investigación se centra en un sector sobre el ocupacional que —a pesar de ser muy conocido y nada ajeno a nuestra realidad cotidiana— se ha analizado poco en nuestro país desde la perspectiva de la seguridad y salud en el trabajo: la prestación de servicios en los salones de belleza. Como señalaremos a continuación, si bien la extensión y alcance de la normativa de Seguridad y Salud en el Trabajo no discrimina en su planteamiento y redacción a este colectivo de trabajadores ni tampoco a los riesgos inherentes y relacionados a esta actividad (CASTELLA , 2003), sí se presentan ciertos grupos que están en una posición de especial riesgo (ALLÍ, 2005:29) o que su situación en el terreno de los hechos los lleva a encontrarse excluidos de la protección del Derecho del Trabajo.

La sociedad peruana, desde la década pasada, viene asignando cada vez un valor más alto a los bienes y servicios relacionados con la imagen personal y el cuidado de la belleza; esto explica que sector represente una alternativa de empleo a un número cada vez más creciente y heterogéneo de personas, “en las que se articulan de manera específica las relaciones de género, clase, etnia, raza y orientación sexual” (ARANGO GAVIRIA & PINEDA DUQUE, 2012:97).

En tal sentido, los servicios relativos al cuidado de belleza han sido considerados tradicionalmente, como una labor predominantemente femenina[1] y, hasta el día de hoy, podemos apreciar que es un sector ocupacional integrado por mujeres, en amplia mayoría. Lo antedicho, en sí, no implicaría una condición suficiente para considerarlas como un grupo de especial riesgo; sin embargo, deben tomarse en cuenta las siguientes cuestiones:

- Cuentan con menores recursos económicos, lo que no se explica únicamente por las desigualdades salariales por género en el mercado laboral, sino también por las mayores responsabilidades familiares que deben afrontar. Un importante sector de estas mujeres, asumen el rol de cabeza de familia. Si bien el aspecto relacionado al conflicto entre trabajo y responsabilidades familiares excede al objetivo y alcance de este trabajo, se abordará necesariamente en la oportunidad que se desarrolle el aspecto de organización del trabajo[2].

- La sobrecarga de trabajo doméstico añadida a la sobrecarga de labores en los salones de belleza entrañan un debilitamiento físico y emocional. A esto, se precisa agregar que las mujeres que desarrollan estas actividades, en su mayoría, se encuentran en edad fértil.

- Un grupo importante de estas mujeres accede a puestos de trabajo en salones de belleza sin haber recibido la formación académica/profesional necesaria.

- Muchos negocios del rubro de la belleza consideran que su mayor valor radica en el contacto emocional con el cliente y lograr su mayor satisfacción. Para ello, priorizan la prestación de los servicios a tantos clientes como sea posible y sin atender a un horario establecido; lo cual lleva a doblar turnos, reducir u obviar los horarios para ingerir los alimentos o para tomar los descansos.

De otro lado, no es posible negar que el incremento de salones de belleza y establecimientos afines coincida con el incremento paralelo de las actividades que se integran en la economía informal.

La heterogeneidad en los establecimientos de belleza no escapa de la informalidad, la cual se manifiesta no sólo en la ausencia de registro de los trabajadores [hecho que los priva de la protección de las normas laboral] y de las autorizaciones y permisos por las autoridades competentes; sino también por un fenómeno que se observa con mucha frecuencia en los salones de belleza de las “zonas medias” y “zonas populares”[3] al que he denominado “formalidad aparente”.

Este curioso fenómeno consiste en el funcionamiento de negocios de belleza que cuentan con personal, materiales y equipos como los de un establecimiento formal pero que se limitan a contar con una autorización municipal la cual permite que se realicen actividades comerciales en dichos locales, más no los faculta a que se presten servicios. Me refiero, en concreto, a las licencias para distribución y comercialización de artículos y productos de belleza que otorgan las municipalidades.

Aunado a lo anterior, no puede dejarse de lado que las actividades relacionadas con el rubro de la belleza y la imagen se iniciaron, en nuestro país, en un contexto casi doméstico: las visitas a domicilio para arreglar el cabello y las manos, la publicidad “boca a boca” de un pequeño salón cerca de casa al que se acudía ante la llegada de un compromiso o una ocasión especial.

Pues esta característica, no obstante el paso de los años y el desarrollo global del sector, persiste en algunos sectores. Ejemplo de ello es que a la fecha existen salones de belleza que funcionan dentro de los