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Tratamiento en niño con quemaduras.

Enviado por   •  27 de Mayo de 2018  •  6.541 Palabras (27 Páginas)  •  275 Visitas

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El diseño de sistemas de ejercicios físicos para la rehabilitación del paciente quemado es, en las condiciones actuales, una urgencia asistencial para la atención integral, por la repercusión que tiene sobre los plazos de recuperación, la curación definitiva y la reinserción social del quemado, tomando en cuenta que se han establecido fundamentos que permiten asegurar que los ejercicios juegan un papel positivo en este proceso.

OBJETIVOS

Objetivo General:

Investigar acerca de la rehabilitación en niño con quemaduras y determinar los ejercicios físicos que se pueden realizar mediante el tratamiento fisioterapéutico.

Objetivos específicos:

- Determinar las prioridades terapéuticas y las mejores intervenciones en términos de las deficiencias, estado previo o derivado de la lesión por quemadura.

- Investigar acerca de cómo conservar arcos de movilidad de todos los segmentos corporales inclusive los involucrados en la quemadura (goniometría).

- Dar a conocer el posicionamiento del paciente en las diferentes posiciones en que se encuentre, decúbito, sedente y bipedestación.

- Conocer acerca del fortalecimiento general del paciente y en especial prevenir la pérdida de fuerza de los segmentos involucrados en la quemadura.

- Lograr el conocimiento acerca de la independencia física del paciente de acuerdo a la evolución de la quemadura, en estos casos se incluye la marcha, traslados, movilización en la cama, participación activa en juegos y actividades que coincidan con su desarrollo según la edad.

DESARROLLO

Una quemadura puede variar desde una lesión pequeña de primer grado hasta las formas intensas más graves de la lesión que puede sufrir una persona, las que desencadenan una serie enorme de respuestas generales, entre las cuales se encuentra la secuela posquemadura, definida por Del Sol Sánchez (2007) como: toda aquella alteración objetiva, funcional, morfológica o estética, y a toda aquella alteración subjetiva (molestias, tiranteces, prurito) directamente relacionada con la lesiones sufridas por la quemadura, cuando esta haya finalizado su capacidad de evolución hacia la curación.

Las secuelas posquemadura pueden ser distinguidas en dos grupos.

- Secuelas aparentes: Lesiones consecutivas a la misma quemadura a un en fase final de evolución hacia la curación o hacia su estabilización orgánica definitiva.

- Secuelas verdaderas: No son lesiones producidas directamente por la quemadura, sino que son alteraciones morfológicas estables, como consecuencia ulterior y definitiva de la curación de dicha quemadura.

El principal problema de las secuelas definitivas es la cicatriz y su relación con la movilidad y las capacidades físicas del paciente, lo que se constituye en un imperativo para la rehabilitación física del paciente quemado.

Después del alta hospitalaria es necesario en los quemados que han curado con grandes zonas o regiones con cicatrices diseminadas y retractiles, sigan un programa intensivo de ejercicios activos y pasivos, así como de estiramientos y presión local, para conservar la función articular y restaurar de forma paulatina el movimiento y las capacidades físicas a él asociadas. Para Popov (1988) la ejecución repetida de los ejercicios físicos durante el día, el empleo racional y alternos de la mecanoterapia, el masaje, los ejercicios en el agua, la terapia funcional, permiten alcanzar resultados positivos y estables en la lucha contra las contracturas de las cicatrices y la inmovilidad articular.

El personal que se enfrenta a un quemado debe conocer todos los datos actuales respecto a la fisiopatología de la quemadura, teniendo en cuenta que para tomar decisiones necesarias día tras días, respecto al tratamiento, no hay dos quemaduras iguales. Cada quemadura y sus secuelas representan problemas especiales que exigen individualización.

En consecuencia, la rehabilitación del paciente quemado constituye una fase clave de su atención integral, que precisa no solo de criterios y procederes médicos para su ejecución: también son imprescindibles los cuidados psicológicos y de terapéutica física especializada para alcanzar la restauración de la actividad física funcional disminuida, en especial del movimiento. Popov (1988) ha señalado que es particularmente significativo el empleo del ejercicio como método de terapia funcional, por cuanto garantiza la recuperación efectiva de las funciones del aparato locomotor y contribuye a aumentar las posibilidades de reserva del sistema cardiorrespiratorio mediante las clases prolongadas y constantes.

La cultura física terapéutica mejora la actividad funcional disminuida, previniendo complicaciones a la par que intensifica las reacciones de defensa del organismo y contribuye al desarrollo de mecanismos compensadores. Para el terapeuta físico, tomar en cuenta las características individuales de los pacientes es importante, ya que su análisis contribuye a la correcta orientación y dosificación del sistema de ejercicios, que tienen un significado especial en la recuperación de la estructura y funciones del órgano o región afectada, lo que tiene gran importancia en los movimientos articulares.

Los ejercicios terapéuticos a utilizar, según programas de entrenamiento a pacientes quemados, son fundamentalmente los ejecutados en condiciones aerobias, donde intervengan las partes afectadas, así como el empleo de ejercicios isométricos de baja intensidad para mejorar el tono y la fuerza muscular.

El punto de partida para el empleo del ejercicio físico como método de la rehabilitación del movimiento se sustenta en criterios de individualización, como son:

- El diagnóstico del grado de quemadura para dosificar la carga de ejercicios de rehabilitación, la edad, el sexo y los antecedentes de haber realizado ejercicios físicos el paciente.

- La frecuencia del sistema de ejercicios, establecidos como mínimo en tres sesiones por semana, aunque hay casos individuales de pacientes que pueden acudir hasta 5 veces y mejoran más rápidamente sus parámetros funcionales de movimiento.

- La duración, tradicionalmente contemplada en 30 minutos de actividad, aunque pueden extenderse de 45 a 90 minutos, con sesiones divididas en tres partes (10 a 15 de 30 a 40 y 5 a 10 minutos respectivamente)

La fisioterapia debe comenzar de forma precoz, para facilita

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