Bioética en la genética, clonación y derivados: Disonancia entre el hacer y el deber ser.

Bioética en la genética, clonación y derivados: Disonancia entre el hacer y el deber ser.

Los seres humanos siempre han estado en la búsqueda de la libertad y el autodominio, desde años atrás han sentido la necesidad de poder obrar según sea su voluntad. La genética, la clonación y sus derivados recrean un punto a favor en la omnipotencia que emana la necesidad humana.

La humanidad como tal se ha caracterizado por la singularidad de cada ser que habita, cada uno cuenta con diversas capacidades, habilidades y desventajas, es decir son diferentes los unos de los otros. Es por esto que a lo largo de la historia hemos recordamos grandes pensadores, atletas, cantantes, poetas entre otros, que han estado al margen del común.  

Pero que pasaría si en vez de un solo Leonardo da Vinci existieran cincuenta, entonces el tan afamado Leonardo con sus nombradas cualidades y su esplendida obra la Mona Lisa pasarían de tener gran significancia a no significar nada, a ser una simple norma del común.

Esto es lo que sucede con la clonación, se ve eliminada por completo la individualidad, olvidando la importancia de la identidad propia y privada de cada ser humano en donde sus acciones son intercambiables y totalmente únicas.

Llegando al punto de originar una ciudadanía donde los seres humanos clónicos son cosecha que sirven de repuesto, cuando falte un ser querido, cuando se requiera sustituir a otro ser humano pues ya ninguna enfermedad sería sinónimo de riesgo. Debido a que todos serian remplazables, ocasionando la pérdida de amor y afecto por la gran bendición llamada vida.

El desarrollo tecnológico, conlleva a cambios del principio y del final de la vida misma, cambia su esencia los factores que intervienen en la bioética se ven modificados los fines y los medios no son separables y se presenta una disonancia en su deber ser, al no asegurar respeto integro por cada ser humano y  la biosfera, ante las innovaciones tecnologías del mundo moderno.

Si bien es cierto, en el afán de encontrar soluciones para las limitaciones humanas como la infertilidad, la pérdida de un ser querido, la impotencia ante una enfermedad terminal, han dado espacio para despertar expectativas fuera de toda proporción, la medicina actual junto a la tecnología se han convertido en un fin utilitarista, conllevando a la falta de autenticidad y con ella la disipación de la conciencia moral y la responsabilidad frente a los derechos y deberes tanto propios como colectivos.

La genética, la clonación y todos los derivados de estas áreas han alterado por completo el orden de la vida, el pensamiento critico y ético esta a merced únicamente de la ciencia y la tecnología.

Es necesario abrir un espacio de reflexión, medir estos cambios a través de principios bioéticos como un ente mediador. Si bien, en un mundo habitado por copias similares unas a otras que integridad podrá existir, ¿cómo se podría diferenciar la autenticidad de cada ser?, ¿En dónde queda el significado de la identidad misma? Se reformularían todos los preceptos actuales.