ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE Profesional.
Enviado por Ninoka • 25 de Abril de 2018 • 6.582 Palabras (27 Páginas) • 399 Visitas
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La ética empresarial se distingue, por un lado, de las ciencias empresariales o económicas puramente descriptivas (sin pretensiones normativas) tales como la econometría o la historia económica. Por otro lado, se diferencia de saberes con pretensiones normativas pero no de naturaleza moral, tales como la economía política o la contabilidad. Todas las ciencias con pretensiones normativas han de confrontar en algún momento sus supuestos normativos con preguntas como ¿cuál es el fundamento de la pretensión normativa de esta ciencia? ¿en qué certezas basa su pretensión de proponer criterios justificados para la decisión y la acción? ¿son estos criterios universalmente válidos? etc.
(Recuperado de http://www.losrecursoshumanos.com/definicion-y-enfoque-de-la-etica-empresarial/)
La ética no solo involucra a los individuos como unidad, sino que se extiende hasta el ámbito organizacional. La toma de decisiones en las empresas debe tener carácter ético, como son las negociaciones con proveedores, clientes, contrataciones o despidos de empleados, asignación de responsabilidades, etc.
Los actos de las empresas y de los individuos que hacen parte de ellas, repercuten de manera positiva o negativa en otras empresas, otros individuos u otros procesos. Actualmente existen organizaciones que buscan transparencia, el uso de tecnologías como el internet juegan un papel importante como herramienta de democratización y movilización social.
Esta realidad se contrasta con la existencia de ciertos actores que ubican por encima de la ética, los resultados financieros o intereses particulares, estas personas no se dan cuenta que la ética corporativa puede ser una fuente de ventajas competitivas, ya que por medio de ella se pueden atraer clientes y personal de primer nivel.
La ética organizacional busca acabar con prácticas de corrupción en todos los niveles administrativos que restan valor y recaen en el detrimento de la organización como un todo. De aquí se desprende lo que llamamos cultura organizacional, misma que busca fomentar valores comunes que sirvan como sendero de los individuos que conforman las organizaciones. Si nos mantenemos la ideología que el capital humano es uno de los mayores activos empresariales, y tomamos conciencia que estas personas valen por sí mismas, que se les debe respetar y que no se les puede tratar como un medio sino como un fin, habremos dado el primer paso para fundamentar éticamente las instituciones.
Las organizaciones que desarrollan sus actividades bajo principios de ética y creen una cultura organizacional adecuada son las que crean valor con sus clientes internos y externos, construyen confianza con otras organizaciones, proveedores y empleados, constituyendo de esta forma una ventaja competitiva que la ubica en una posición favorable para seguir desarrollando sus actividades.
- Por qué estudiar "ética en las organizaciones"
Es importante estudia ética porque se adquiere conocimiento sobre el comportamiento de los directores en la empresa como factor importante para construir una cultura de ética. Es fácil entender cómo se puede motivar a todo el personal a tomar decisiones y tener actitudes éticamente aceptables, mediante políticas formales apoyadas y respetadas por los directivos de la compañía. En empresas donde existe un ambiente de respeto a los valores éticos, todos entienden que el logro de sus objetivos no justifica utilizar medios éticamente objetables. En organizaciones donde la política formal está enfocada solamente al logro de objetivos económicos, sus integrantes fácilmente se olvidan de los principios éticos. Esta visión desanima al personal porque les origina un conflicto entre sus convicciones morales y las exigencias del logro de metas económicas impuestas por la empresa.
El ambiente formal de la ética en una empresa es importante, no sólo porque motiva a los empleados a comportarse éticamente, sino porque estos pueden apoyarse en una buena política de la compañía cuando desean hacer respetar sus propios valores. Se produce el fenómeno de los "valores compartidos"; las personas desean identificarse con su organización, necesitan confiar y creer en la corporación para la cual trabajan, puesto que contribuyen con su esfuerzo al éxito de ella. Ese vínculo de valores compartidos es fundamental para todo lo demás, se pone énfasis en la empresa como la entidad en la que trabajan, con la que se identifican y que merece la admiración de sus colaboradores, así como de la sociedad.
Lo anterior debe hacer a sus dirigentes particularmente exigentes con la ética de quienes integran los niveles superiores de la empresa, ya que si su comportamiento es dudoso pueden contaminar a las personas que dependen de ellos. Su integridad personal es muy importante. La fortaleza de una empresa es su ética interna, las buenas relaciones de los directivos con sus colaboradores, lo cual requiere una fuerte dosis de respeto mutuo que contribuya a la eficiencia del conjunto.
El otro punto fuerte es la ética social, y particularmente la responsabilidad asumida por la empresa respecto de su entorno, lo que contribuye a su armonía con los valores de la sociedad.
Las empresas que adoptan una cultura de ética en todas sus operaciones y de veracidad y transparencia en su información financiera tienen una ventaja competitiva muy importante: credibilidad y confianza pública, y la fidelidad de todos sus colaboradores.
La operación basada en la ética es el mejor modo de tener una empresa sólida y perdurable; resulta benéfico a la larga e indispensable para construir una institución sana y duradera. En suma, la ética produce beneficios.
Esto último es importante. Virtudes sociales como la honestidad, responsabilidad, lealtad, respeto, calidad y eficiencia en el desempeño de sus deberes, no solo tienen mérito como valores éticos, también poseen un valor económico tangible y ayudan a la empresa al logro de objetivos compartidos: productividad, calidad, crecimiento, confianza, credibilidad y prestigio en la comunidad. Las organizaciones que crecen y perduran están unidas por valores, normas y experiencias compartidas por sus integrantes. Cuanto más profundos sean y más firmemente se los sustente, más intenso será el concepto de identidad y mayor será la confianza que la sociedad otorgue a la empresa y sus productos.
La ética es necesaria para crear, incrementar y preservar el valor de una empresa. Los inversionistas buscan invertir en organizaciones que son confiables, donde sus dirigentes y colaboradores son íntegros, que proyectan ante la sociedad
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