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ANÁLISIS DEL DISCURSO, SINCRONÍA Y DIACRONÍA DE LA LENGUA.

Enviado por   •  10 de Febrero de 2018  •  2.510 Palabras (11 Páginas)  •  416 Visitas

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El castellano se originó como un dialecto del latín en las zonas limítrofes entre Cantabria, Burgos, Álava y La Rioja, provincias del actual norte de España, convirtiéndose en el principal idioma popular del Reino de Castilla (el idioma oficial era el latín). De allí su nombre original de idioma castellano, en referencia a la zona geográfica donde se originó. La otra denominación del idioma, español, procede del latín medieval Hispaniolus o más bien de su forma ultracorrecta Spaniolus (literalmente: "hispanito", "españolito"), a través del occitano espaignol. Entre las características heredadas del latín debe destacarse la sintaxis y los procedimientos sintácticos para matizar, calificar o convertir en nombres, y, por tanto, sujetos, a oraciones completas. Se calcula que siete de cada diez palabras del castellano derivan de la lengua latina (Esto se puede comprobar observando que en nuestro curso la mayoría de los nombres son de origen latino, ya que es la lengua madre).

¿Cuál fue el aporte del Griego en la formación de las palabras castellanas?

Un mínimo y sencillo acercamiento a la presencia de helenismos en nuestro idioma aporta una amplia información sobre la estrecha relación entre ambas lenguas, pese a no compartir una vecindad geográfica ni, aparentemente, una vinculación histórico-política como en el caso latino y árabe. En efecto, los helenismos (vehículo de pervivencia del griego antiguo, característicos del lenguaje culto y del léxico especializado) en español resultan imprescindibles en el lenguaje especializado y científico, desde el cibernauta hasta el estomatólogo. De igual modo, buena parte de nuestro léxico culto incorpora préstamos del griego: desde la xenofobia al artecinegético. Pero incluso palabras que nos resultan familiares tienen procedencia helénica: desde un Jacinto a un idiota.

¿Cuál fue el aporte del Árabe en la formación de las palabras castellanas?

En el año 711 se produjo la invasión árabe en España.

La invasión árabe tenía un objetivo religioso. Por este motivo la lucha entre el mundo hispano-románico y el árabe se transformó en una lucha entre dos civilizaciones: la cristiana y la musulmana. La prolongada permanencia de los árabes en España y el contacto estrecho entre ambos pueblos generaron una cultura nueva que abarcó no solo lo lingüístico, sino también la literatura, la arquitectura, el arte y las costumbres.

La convivencia entre ambas culturas permitía reconocer dos Españas: la España musulmana, floreciente y lujosa, y la España cristiana, empobrecida y asolada por las guerras. Sin embargo la España cristiana valorizaba la cultura.

Entrando en materia comenzaremos diciendo que después del latín, la lengua árabe es la que más términos aportó al castellano, con influencia en el ámbito militar, administrativo, comercial y agrícola. Con la invasión árabe a la península Ibérica en al año 711, comienza el intercambio continuo de costumbres, técnicas agrícolas y un importante número de palabras árabes que entrarán a formar parte del idioma castellano. Entre los términos administrativos se encuentran: albacea (testamento), diván (registro público), alcalde (juez), alfoz (distrito), adalid (guía), embarazo (oposición). Las construcciones con los prefijos medina, ben, qalat, wadi, jebel, reflejan la influencia árabe en la toponimia hispánica. Muchas de las toponimias se refieren a accidentes geográficos: Guadalquivir (wadi al quivir = el río grande), Algarve (al-garb = poniente), La Mancha (meseta), Guadalajara (río de piedras). Otras aluden a nombres propios o actividades del hombre: Anaya (al-nahiya = camino), Alcalá (al-qalat = el castillo), Almadén (la mina).

Los árabes, además de la toponimia (origen y significado de los nombres propios de un lugar), también han dejado algunos apellidos: Almodóvar (cerro redondo), Buñuel, Luque, Anaya, Almeida.

Dado que los árabes tuvieron mayor influencia en el sur que en el norte de España, las variedades meridionales tienen más términos de origen árabe, los que a veces presentan una doble acepción: objetos que llevan distinto nombre de acuerdo al lugar. A este tipo corresponden: alcoba = dormitorio, almirez; hiniesta, alacrán = escorpión; Turia, aceituna = oliva, azucena.

En su mayoría, las palabras árabes son sustantivos, aunque también los verbos han ejercido su influencia, como por ejemplo jalear (hala = interjección para inquietar al ganado). También son árabes la preposición hasta y los indefinidos fulano y mengano.

En general, el español heredó los términos árabes junto con los artículos, hay palabras que conservaron su significado original, otras que han evolucionado en el tiempo y, las menos, han caído en desuso.

Además del latín, el árabe y el griego hubo otras lenguas que hicieron posible la estructuración lexical de la lengua castellana, como es el caso del portugués, el vasco y el germánico (apellidos como: Ramiro, Ramírez, Rosendo, Gonzalo, Bermudo, Elvira, Alfonso. Poseían una declinación especial para los nombres de varón en -a, -anis, o -an, de donde surgen Favila, Froilán, Fernán, e incluso sacristán).[pic 1]

Otros conocimientos básicos que podemos incluir en el presente trabajo, son los siguientes: El protoindoeuropeo (o pIE) es la protolengua, lengua madre hipotéticamente reconstruida, que habría dado origen a las lenguas indoeuropeas. La reconstrucción lingüística se lleva a cabo sobre la evidencia de las consideradas como lenguas indoeuropeas descendientes, que le sobrevivieron, mediante el método comparativo. Considerando el número de hablantes, la mayor de las familias lingüísticas es, en la actualidad, la Indoeuropea cuyo ancestro es el hipotético Protoindoeuropeo. El nombre de la familia es geográfico sugiriendo que hay miembros asiáticos y europeos. Comprende, en efecto, ciertas lenguas asiáticas y la gran mayoría de las lenguas europeas. Los lenguajes indoeuropeos no tienen todos los mismos grados de parentesco por lo cual es posible agruparlos en varias ramas. Es importante abordar este concepto por que nos abre puertas para estudiar lo que es una familia lingüística y a su vez examinar a cual de ellas pertenece la lengua castellana o española.

Las familias lingüísticas son el conjunto de lenguas que presentan unos rasgos básicos comunes en los distintos niveles o “sistemas” del lenguaje: fonológico, léxico, morfológico, sintáctico. Estas coincidencias atestiguan un origen común, en una época remota y una zona limitada, a partir de las cuales se producirán la expansión y

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