Análisis del Capitulo “Los Hijos del Conquistador”

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Era tan grande su vanidad, que él creía que cuando de llego a la Ciudad ya era una capital enamorada del lujo y la fiesta, no pensaba en que él también había inventado la fiesta y el jolgorio de la colonia mexicana, el solo decía que había traído las cosas elegantes, estaba rodeado de solo cosas materiales, cuando veía que a su madre le habían quitado muchas cosas solo pensaba que lo humillaban, que todo era denigrante, pensaba que a él lo odiaban, no quería ver la simple realidad de cómo eran las cosas, él quería que todo fuera como él decía, el solo hacia cosas que le trajeran recompensan para él y no veía por los demás, ni siquiera por su propio hermano Martin 2, al cual lo despreciaba y le decía Indio.

Por supuesto que también quería llamar la atención más de lo normal, pues cuando nacieron sus dos hijos el organizo una fiesta la cual fue tomada desde la plaza mayor hasta la puerta del perdón, quería anunciarle a todo el mundo que ya había dos nietos de Hernan Cortés, quería que todo el mundo viera que él fue el que dio los primero nietos y no su otro hermano, era muy envidioso y solo le daba lo mejor a los que tenían dinero, los que tenían altos mandos en la Capital, “Lo anuncie con ruido, no faltaba más. Artillería, torneos a pie sobre el tablado y fiestas a las que todos fueron convidados, españoles e indios. Toro asado, pollos y montería, pipas de tinto para los españoles. Para los indios, un encierro de conejos, liebres y venados, según la tradición, así como muchísimas aves, que al romper la enramada salían corriendo y volando y eran flechados y regalados al menudo pueblo, alborozado y agradecido. Juegos de cañas, fuegos artificiales, piñatas…” [5]

Al final de este capítulo el personaje Martín 1 su actitud empieza a mejorar, ya no es tan vanidoso, ya no ve todo con humillación, empieza a ver cuál era la realidad, después de que mataron a su amigo Alonso de Ávila, ya convivía con su hermano cuando estaban en la cárcel, él aunque se preguntaba muchas cosas se dio cuenta de que la Ciudad no solo estaba llena de riquezas era una cárcel entera, su envidia ya no aparece, se empieza a redimir, ya trata mejor a su hermano, pero lo único que quiere hacer es estar solo con su juicio, aunque su hermano le dice que no, que luche, que no se quede como su papa, pero el ya no quiere.

BIBLIOGRAFIA

FUENTES, Carlos “Los Hijos del Conquistador”. En El Naranjo. Cuarta Reimpresión Junio 2011, México, D.R Santillana Ediciones Generales, Punto de Lectura. pp.105

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