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CARACTERÍSTICAS POLÍTICAS, ECONÓMICAS Y SOCIALES DEL ANTIGUO RÉGIMEN. LA POLÍTICA CENTRALIZADORA DE LOS BORBONES.

Enviado por   •  28 de Mayo de 2018  •  4.484 Palabras (18 Páginas)  •  545 Visitas

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3. Características sociales.

Es una Sociedad estamental. Lo sociedad se divide en estamentos, grupos cerrados en los cuales no se permite la promoción social y jurídicamente desiguales. Existían tres estamentos: nobleza, clero y tercer estado o estado llano. Los dos primeros constituía el grupo de los privilegiados, mientras que el estado llano formaba el grupo de los no privilegiados (campesinos, artesanos, comerciantes, burgueses, profesionales liberales, marginados…).

La desigualdad tiene su origen en el nacimiento que da el acceso a la nobleza (y, de manera indirecta, al clero).En raras ocasiones este acceso a la nobleza podía lograrse gracias a una concesión especial del monarca.

Dentro del estamento de la nobleza se pude establecer una Alta Nobleza integrada por los Grandes de España, duques, condes, marqueses…, y una Baja Nobleza (hidalgos). Dentro del clero podemos hablar de un Alto Clero (cardenales, obispos, abades, priores etc.) y un Bajo Clero (formado por la mayoría del clero regular – frailes de órdenes religiosas - y clero secular - párrocos, vicarios-).

La diferencia social queda marcada por los privilegios, reservados a nobleza y clero. Los privilegios sociales eran muy variados, como la reserva legal o tradicional de determinados oficios o cargos públicos, eclesiásticos, civiles y, por supuesto, en el ejército. Además, no podían ejercer ningún oficio manual, trabajar en ellos era una deshonra. La nobleza y el clero tienen leyes particulares (privilegios) que les otorgaban una serie de ventajas procesales: no se les puede aplicar tormento para obtener confesiones (práctica habitual de la época); su testimonio en los juicios prevalece sobre el de individuos de menor rango social, y no pueden ser castigados con penas infamantes, como la horca. Sus privilegios económicos consistían en la exención del pago de impuestos, el cobro de tributos en beneficio propio y el poder percibir servicios feudales, o en el caso de la Iglesia el cobro del diezmo (tributo en especie de aproximadamente el 10% de los beneficios del campesino, que en España pervivió hasta 1836).

Gracias a este sistema, nobleza y clero se habían convertido casi en exclusiva en los detentadores de la tenencia de la tierra. Así, la Iglesia acumuló gran cantidad de patrimonio desde la Reconquista, especialmente gracias a donaciones en testamento.

La nobleza tenía un derecho sucesorio que facilitaba la acumulación de bienes. Así el patrimonio debía pasar sin dividirse a un sólo hijo, generalmente al mayor de los varones (mayorazgo). Este derecho propició la acumulación patrimonial.

Esta organización social estamental perpetúa la situación privilegiada de una minoría poderosa e impide el ascenso de otros grupos. Así, el tercer estado o estado llano, que agrupa a las personas que sostienen económicamente al reino con su trabajo y sus impuestos, ya sean campesinos, artesanos, comerciantes, banqueros… permanece en el mismo lugar social sin posibilidad de ascenso. Esta inmovilidad social, afecta a los que habitan en las ciudades y se dedican a los negocios y profesiones libres (burgueses), más receptivos a las propuestas de cambio de un sistema que les margina y perjudica considerablemente. La rígida sociedad estamental entró en crisis a raíz de los cambios que fueron produciéndose a lo largo del siglo XVIII, que llevaron consigo el fortalecimiento de una burguesía rectora de gran parte de la economía.

No conforme sin embargo con su opulencia económica los burgueses fueron reivindicando también derechos políticos y prestigio social, algo que no estaban dispuestos a conceder los privilegiados. Esa discriminación empujará a la burguesía en ascenso hacia la acción revolucionaria cuyo objetivo será la destrucción de los privilegios.

II.- POLÍTICA CENTRALIZADORA DE LOS BORBONES.

1.- La Guerra de Sucesión (1702-1714). Dos modelos de Estado frente a frente.

La muerte sin descendencia de Carlos II de Austria, “el Hechizado”, en 1700 desencadenó un gran conflicto nacional e internacional en torno a las dos candidaturas al trono español, la del archiduque Carlos de Austria y la de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Borbón.

De acuerdo con el testamento de Carlos II, Felipe fue proclamado rey contando con el apoyo de Francia. Pero la casa de Austria junto a Inglaterra, Holanda, Portugal y Saboya no lo aceptaron ya que consideraban que este nombramiento ponía en peligro el equilibrio de fuerzas en Europa dando la hegemonía a Francia, por lo que prestan su apoyo al archiduque Carlos. En España, mientras que Castilla, Navarra y las vascongadas apoyaban a Felipe, la Corona de Aragón (integrada por los reinos de Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca) lo hacía con Carlos, con lo que el enfrentamiento tomaba la dimensión de guerra civil. El asunto que se dirimía en este conflicto no era solamente un cambio de dinastía, un enfrentamiento internacional y una guerra civil sino también la lucha entre dos modelos de estado y de administración para los reinos peninsulares. Se enfrentaban dos modelos: el de los Austrias, tradicionalmente pactista, que respetaba las instituciones forales de los reinos y su diversa legislación y fiscalidad; y el de los Borbones, que importaba el modelo francés absolutista, unificador y centralizador.

Tras las victorias de los partidarios de Felipe en Almansa (1707) y Villaviciosa (1710) junto al hecho de que Carlos heredara en 1711 el Imperio alemán, lo que hizo ver con recelo a sus aliados la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca, precipitaron la firma del tratado de Paz de Utrecht (1714) por el que Felipe V es reconocido como rey de España, aunque eso supuso para España la perdida de los Países Bajos, Milán, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, así como Gibraltar y Menorca que pasan a manos de Gran Bretaña que además logra importantes concesiones económicas, como fue el llamado navío de permiso (en virtud del cual un barco de pabellón inglés podía comerciar en las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en América).

2.- El nuevo Estado borbónico. Los Decretos de Nueva Planta.

El primer objetivo del nuevo rey Felipe V va a ser imponer un nuevo modelo de Estado basado en la centralización del poder y en la unidad administrativa, legislativa e institucional por medio de varios procesos: la promulgación de los Decretos de Nueva Planta, la constitución de una nueva administración central y territorial y la reforma de los poderes locales. El resultado debía ser la uniformidad

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