CASIMIRA... LA HORMIGA QUE LE DOLIA LA BARRIGA
Enviado por John0099 • 20 de Noviembre de 2017 • 1.070 Palabras (5 Páginas) • 542 Visitas
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Dorotea había preparado un plato especial para darle una lección a Casimira, hizo un pastel de girasol y le echó unas gotitas que son muy efectivas para producir dolor de barriga.
Al servir el banquete, Dorotea se apresura a servirle a Casimira; ella le pegó varios mordisquitos y mordiscones mientras pensaba en el gusto tan extraño que tenía. De repente…
- ¡Uhhhhhhh! ¿Qué mes pasa? ¡Ay! Creo que este pastel no me cayó del todo bien, porque… ¡Ayyyyy! Me duele la barriga.
Y comenzó a frotarse el estomago con su manita, retirándose de la fiesta.
CAPITULO IV
La lección que le dieron sus amigas a Casimira
Al día siguiente Casimira muerta de rabia se fue para la casa de Dorotea y Filipita a reclamarle lo que le habían hecho.
Al llegar a la casa de sus vecinas, comenzó a tocar tan fuerte la puerta que casi la tumba y gritando decía:
- Filipita, Dorotea, salgan, ábranme la puerta.
En ese instante van llegado de recoger el desayuno Filipita y Dorotea, y al ver que Casimira les quiere tumbar la puerta les dicen:
- Dice Dorotea ¿Que es ese escándalo?, Casimira, ¿Por qué golpeas tan duro la puerta de mi casa?
- Dice Filipita. Respeta que esta es una propiedad que no es la tuya, ¿Qué es lo que te pasa?
Responde Casimira:
- ¿Se te hace raro todavía que yo este aquí? Saben muy bien, lo que me hicieron ayer en la fiesta, con razón y tu Dorotea corriste para que yo comiera de primero.
En ese momento se le acercó Dorotea, que con mucha sutileza y le dijo:
- Esas son las consecuencias de andar espiando detrás de las paredes, Casimira, siempre te has caracterizado por ser envidiosa, aparentar mas que cualquiera de nosotras y sobretodo agarrar todas las flores que teníamos planeadas para la fiesta y así dejarnos en ridículo delante de todos los invitados, y ya vez no lo lograste.
Casimira pensó en todo lo que le dijo Dorotea, bajando su cabeza muerta de vergüenza y apenada por lo sucedido. Pidiendo disculpas y prometiendo cambiar su actitud.
Desde ese día, la hormiga Casimira no volvió a pegar su orejita a ninguna pared, no fuera que por curiosa volviera a dolerle la barriga.
Fin…
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