Cual es la mejor enseñanza de la literatura en los niveles básicos de educación
Enviado por Albert • 18 de Noviembre de 2018 • 2.636 Palabras (11 Páginas) • 443 Visitas
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Por lo antes mencionado, es importante decir, que la lectura de la literatura es distinta a otros tipos de lectura, como la informativa por ejemplo, ya que ante un texto informativo nuestra actitud es diferente, alguien podría aceptablemente hacer un resumen de dicho texto y comunicárnoslo, sin mayor problema, sin embargo, ante la lectura de un poema, nadie puede hacerlo por nosotros, y después comunicarnos de qué se trata, la lectura literaria es un acto personal e íntimo que nadie puede hacer por nosotros, ya que uno de los propósitos estéticos es precisamente que el lector preste más atención a los aspectos afectivos de la obra.
“Las definiciones de la experiencia estética suelen postular que el arte brinda una satisfacción más completa de los impulsos y las necesidades humanas que la vida cotidiana, con sus frustraciones e irrelevancias” (Louise M. Rosenblatt), es indudable que el arte viene a cumplir la función desalienante y mágica inherente al ser humano, ya Erns Fischer en La necesidad del arte, colocaba al hombre como el gran mago, como el ser que se convirtió en hombre al mismo tiempo que se convirtió en mago, en creador y diseñador de cosas que no existen, en el gran manipulador de la materia, el dador de forma de las cosas amorfas, “En el alba de la humanidad, el arte tenía muy poco que ver con la belleza, y nada en absoluto con el deseo estético: era un instrumento mágico o un arma del colectivo en la lucha por la supervivencia”(Fischer, 2001: 55); incluso para algunos filósofos como Hegel, la belleza en el arte es superior a la belleza en la naturaleza, ya que aquélla procede del espíritu, y éste es el ser verdadero que lo comprende todo. Desde este punto de vista, una flor en un cuadro, cualquiera que sea la visión del artista, es superior a una flor natural, “Si es cierto que el espíritu es el ser verdadero que en sí lo comprende todo, preciso es decir que lo bello no es verdaderamente tal, sino cuando participa del espíritu y es creado por él. En este sentido la belleza natural no aparece sino como un reflejo de la belleza del espíritu, como una belleza imperfecta que por su esencia está comprendida en la del espíritu” (Hegel, 2003: 19), por lo antes mencionado, podemos deducir que el arte no sólo complementa la vida del ser humano, y le da valores y experiencias más amplias, sino que es parte misma de la esencia del ser humano, y la experiencia estética es lo que nos da la experiencia de ser humanos.
En el caso de la Literatura, esta experiencia estética se experimenta viviendo a través de los demás, donde no sólo se adquiere información adicional sobre algún tema, sino experiencia adicional sobre la vida. “La capacidad de sentir compasión o de identificarnos con las experiencias de los demás, es uno de los preciados atributos humanos. Los estudios científicos de la reacciones ante obras de arte han revelado cuán generalizada es nuestra tendencia a identificarnos con algo que está fuera de nosotros” (Louise M. Rosenblatt), por tal motivo, todas las historias que se nos presentan en la literatura, y todos los mundos posibles a los que nos acerca la ficción, son vividos por los lectores como reales, ya Aristóteles en La Poética, mostraba como las tragedias acercaban a los espectadores con la realidad que quisieran vivir, o que quisieran evitar, pero finalmente una realidad apasionante, excitante, tan lejana y a la vez tan íntima a la esencia de las personas, así mismo, este autor definía el acto de creación artística como mímesis (imitación) de la realidad, como esa imitación que surge del mundo de las cosas naturales, para entrar en el mundo de las cosas artificiales o también artísticas; no obstante, Aristóteles marcaba un elemento clave dentro no sólo de la tragedia, sino dentro de la literatura en general, como uno de los requisitos indispensables para que una obra adquiera su valor artístico: la verosimilitud, como esa cualidad que permite que dentro de la lógica interna de la obra, los eventos, los personajes y sus relaciones, sean creíbles, sean congruentes dentro de ese estado de cosas interno e inherente a la obra misma.
La literatura tiene también una función de producir escape, una especie de huida de la realidad, en donde podemos experimentar y vivir tan de cerca experiencias y situaciones, que de otra manera, la vida diaria tal vez no nos proporcionaría, y ese escape nos adentra más en el conocimiento no sólo de los demás sino de nosotros mismos, de aspectos que no conocíamos, fibras que no habían sido estimuladas ni tocadas por nadie, es la exploración misma al interior del ser humano, la puesta en marcha de sus sensibilidad, ese encuentro con un yo tan nuestro y la vez tan distante. En este sentido, es importante recalcar que la experiencia literaria es una capacidad que se va desarrollando, nuestra facilidad de crear imágenes, de entender los distintos significados de las palabras, de adentrarnos en los códigos del artista y deleitarnos con sus creaciones, es también una habilidad que no sólo es fomentada con la lectura, sino con la escritura misma, “Una de las mejores maneras de ayudar a los estudiantes a alcanzar este aprecio de la forma y la calidad artística de la obra literaria es estimulándolos a que participen en esta clase de escritura imaginativa. De esta forma ellos mismos se involucrarán el la lucha con los materiales que ofrece la vida o su propia reacción ante ella; descubrirán que los problemas de forma y de calidad artística no pueden separarse de los problemas de aclarar el sentido particular de la vida o el particular estado de ánimo que la obra de arte está destinada a encarnar” (Louise M. Rosenblatt), por tal motivo, es importante también que los alumnos se adentren el la escritura creativa, que conozcan los alcances y normas de esta actividad, que participen y se sirvan de ella, ya que de esta manera también crece su capacidad de leer, de entender y adentrarse en la clase de estructura que el artista o escritor está creando, al ver que las cosas siguen una pauta, y con ello aumentar también el placer y el goce estético. “Cuanto mayor sea la habilidad del lector para responder al estímulo de la palabra, y mayor su capacidad de saborear todo lo que las palabras pueden entrañar de ritmo, sonido e imagen, más plena podrá ser su participación emocional e intelectual en la obra literaria como un todo” (Louise M. Rosenblatt), a este respecto, vemos cómo la capacidad de valorar los estímulos de las palabras, de observarlas y sentirlas en dimensiones mucho más amplias, es una capacidad que no sólo se desarrolla leyendo, sino también como se mencionó anteriormente, mediante la escritura.
Las reflexiones anteriores nos muestran elementos claves que no sólo resaltan la importancia de que los alumnos interactúen
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