Cuento-El orfanato

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Al día siguiente le conté a todos de lo que ella me había confesado ya que creí que ella lo decía por bromear, ella me miro con la misma mirada llena de odio. Esa noche sentí un cansancio que nunca había sentido en toda mi vida y cuando me acosté quede dormida rápidamente. A media noche sentí a alguien a mi lado y mi cuerpo se puso muy frio, algo que jamás me había pasado. Intente levantarme para encender la luz y no me podía mover, ni siquiera podía alzar mi mano. Cuando me fije era Kate, me susurro con una voz muy temerosa “No creíste en mi palabra, confié en ti y difundiste todo lo que te conté con los demás” Ahora yo seré ese espíritu maligno que te seguirá a ti”. Así fue como comenzó todo…

Tenía que obedecerle en todo porque si no me lastimaba y me amenazaba con matarme, me obligaba a secuestrar a compañeros del orfanato y llevarlos hacia una cueva que se encontraba en el bosque atrás del orfanato… era horrible tuve que secuestrarlos poco a poco y darles con una piedra en la cabeza para que quedaran inconscientes. Así pasaron las semanas hasta que yo me encontraba sola en la habitación y Kate apareció de repente y me dijo –a pesar de que me obedeciste tendrás que morir- es ahí cuando comenzaron a suceder muchas cosas horribles, se escuchaban pasos en las habitaciones, habían extrañas voces por todas partes, ella solo me decía -Prepárate para tu muerte- cuando volteé a mirarla tenía sus ojos completamente negros y me observaba con una mirada llena de odio y una sonrisa espeluznante yo muy asustada por la situación salí corriendo por todo el pasillo cuando de pronto ella aparece frente de mi, seguí corriendo por el lado contrario a ella y no lograba escapar, ella corría detrás de mí y se trepaba por las paredes con esa única sonrisa espelúznate, me estaba siguiendo por todos lados se empezaron a cerrar todas las puertas y ventanas, y se sentía un extraño frio… me sentía acorralada sin fuerza alguna cuando más adelante me logro atrapar pero para mi suerte, pude lograr caer un jarrón de cristal que se encontraba en el pasillo, ella y yo luchamos hasta el final, hasta que yo gane la batalla, la apuñale hasta la muerte con cada uno de los pedazos de cristal que cayeron. Cuando murió sucedió algo aun más extraño su cuerpo se espumo no había ningún tipo de rastro de su cuerpo.

Rápidamente fui a notificar a nuestras encargadas donde era que se encontraban los niños secuestrados, y gracias a Dios cada uno de ellos estaban bien