ENSAYO La temática del libro nos dice, o mejor, nos enseña, a que debemos pedir consejos a personas que gozan de sabiduría;
Enviado por John0099 • 11 de Abril de 2018 • 1.578 Palabras (7 Páginas) • 508 Visitas
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porque no se puede estar dentro de la minoría de las personas que han creado fortunas cuando se hace lo que la mayoría. Ahora bien, cuando se habla de educación financiera, no se hace referencia a tener que estudiar una carrera profesional relacionada con economía o administración forzosamente. Absolutamente todas las personas que trabajan y que desean aumentar su riqueza, deben tener conocimientos básicos de la administración para llevar a cabo un plan como el que el gran Arkad realizó en su tiempo para convertirse en el hombre más rico de Babilonia. Recordemos que la administración se maneja no sólo en empresas e instituciones, sino en la vida cotidiana de una persona. Es aquí donde entra este gran libro.
¿Qué se aprende de el hombre más rico de Babilonia? Se puede decir que simplemente una lección para mejorar nuestro manejo de dinero, pero lo que enseña es todavía un poco más complejo. Primeramente, permite tener conciencia acerca de la diferencia entre riqueza y pobreza. En segundo lugar, permite reconocer que el pensamiento de los hombres prósperos no es el mismo que el de los hombres que viven en pobreza, en donde lo único que logran generar e incrementar a lo largo de los años es resentimiento, coraje, envidia, lamentación y muchas quejas. De igual forma, con este clásico uno puede aprender a ahorrar y ser grandes administradores de nuestros ingresos y egresos para aumentar nuestro bolsillo. Y así como el gran Aristóteles mencionó alguna vez que la riqueza no es el bien que buscamos, sino el fin para conseguir otro bien, en el hombre más rico de Babilonia se encuentra la misma lección, aclarando que tener mucho dinero no es el fin, sino tener y multiplicar continuamente para incrementar nuestra posición económica y llegar a una felicidad deseada. Además, se hace mención de que la suerte no es más que la acción de aprovechar oportunidades, a diferencia de lo que muchos siguen creyendo. Nadie puede esperar que la fortuna le llegue del cielo. El trabajo, la dedicación, el compromiso y la acción efectiva y rápida ante las oportunidades son la clave para prosperar.
En nuestra actualidad, se puede decir que la pobreza es una suma de horas mal utilizadas, ya que en lugar de hacer lo que se debe, se continúa haciendo lo que se quiere sin tener éxito alguno. Es decir, la gran mayoría continúa perdiendo el tiempo quejándose en lugar de adaptarse y tomar las riendas de su propia vida. Uno de los principios, y en este caso, el primero de los básicos para adquirir riqueza, según Arkad, es vivir con menos de lo que se tiene para aumentar su bolsillo. Esto es algo que no muchos han logrado comprender, mientras que otros pocos, gracias a este sabio consejo, han pasado de ser empleados a grandes empresarios. Y esa otra gran mayoría que no ha sabido aplicar este principio a su vida, ha tenido que conformarse con vivir al día. El problema está en que ante la falta de dinero y educación financiera, cuando se tiene una cantidad mayor a lo que se gana regularmente, se quiere derrochar para cumplir los deseos reprimidos que se habían visto limitados por las carencias. Es entonces cuando uno comprende la gran falta de administración de aquel individuo que en menos de un día, por ejemplo, gasta todo lo que le ha costado años conseguir en lugar de incrementar ese capital. A esto también se le puede decir que han hecho caso omiso a la segunda y tercer regla: controlar gastos y multiplicar dinero. No se protegen de las pérdidas rápidas buscando apoyo con expertos, ni quieren reconocer que es su falta de administración la que no les permite avanzar.
Las personas verdaderamente ricas en la actualidad, saben que los lujos y los activos se compran con ingresos pasivos y no con obligaciones financieras. Los grandes hombres que han seguido el ejemplo de la antigua civilización de Babilonia, aplican las siete reglas para aumentar su bolsillo y las cinco leyes del oro. Es necesario que los hábitos reflejen la determinación que se dice tener para ser rico. Los ricos, como el gran Arkad de Babilonia, tienen una característica común: austeridad. Una cosa es aparentar ser rico, puesto que esto es algo pasajero, como ya mencionado, sin sabiduría, el que tiene y gasta sin controlar, pierde; y, otra cosa muy diferente, es aquel que vive por debajo de lo que realmente tiene para seguir ahorrando y multiplicando su dinero llegando a ser una persona verdaderamente rica. No basta con desear riqueza. La sabiduría debe ser una prioridad para quienes quieren progresar, puesto que es la clave para emprender el camino de la determinación, asumir el riesgo de la inversión y la llave, que junto con el trabajo continuo, abrirá el paso a la diosa de la fortuna.
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