El amor idealizado y el amor verdadero en “El Zarco”

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El tema de la belleza interior lo representan ellos a la perfección, ya que los describen como menos agraciados para el canon de belleza física de ese contexto, pero con virtudes muy específicas, ellos son humildes, trabajadores, bondadosos, caritativos, etc. Básicamente, se trata de valores muy marcados como correctos dentro de la sociedad mexicana.

La belleza física, sale sobrando frente a virtudes morales y espirituales que no se acaban con el tiempo como la belleza física. En este sentido, el amor verdadero deja de lado las trivialidades, para adorar las virtudes que valen la pena realmente y son perdurables, las cuales son el principio de lo que da sostenibilidad a una familia.

Más adelante, nos damos cuenta cómo el amor verdadero, triunfa frente al amor idealizado aunque ya por vertientes separadas. Manuela al darse cuenta de quién era en verdad el Zarco, ya sin máscaras y viviendo el día a día, vivió una gran desilusión y arrepentimiento a causa de su afán de irse con él. Sin duda alguna, Manuela cegada por sus caprichos y notable inmadurez para juzgar a las personas por sus actos, cometió un grave error que tuvo que pagar con creces. Asimismo, el Zarco también se sentía decepcionado y enojado por la manera en que Manuela estaba asimilando su nuevo estilo de vida. Es como si de alguna manera, ambos hubieran tenido la verdad frente a sus ojos y no hubieran querido verla, sólo vieron lo que les placía, pero nunca la verdad.

Como conclusión, esta magnífica historia, nos advierte acerca de la importancia de ver más allá de lo que nuestros ojos revelan a primera vista o de lo que podemos palpar, ya que puede ser muy fácil caer en banalidades y el amor idealizado. El verdadero amor, se encuentra más allá de una cara, un cuerpo hermoso, dinero o poder. La belleza y el amor verdadero, se alcanzan a través de la virtud.