El jurista y el simulador del dercho.

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Burgoa idealiza la trascendencia que tiene el orden jurídico, pues cita a Rodolfo Ihering, quien dice que el Estado debe de acatar el orden por él establecido y que sólo donde el derecho domina prospera el bienestar social, el comercio y la industria; solo ahí se puede desarrollar la fuerza moral y espiritual que la sociedad necesita. Ahora bien, por un lado sabemos que el Estado no acata las normas y por el otro estamos conscientes que no sólo el Estado debe de acatar los ordenamientos sino también la sociedad y si ambos desarrollaran la fuerza moral, de la que habla Ihering, habría un progreso en todos los ámbitos; de modo que para logarlo tendríamos que empezar a crear una fuerza moral en la sociedad, pues la misma sociedad debe de representarnos y si se crea un deber ser en ésta, el resultado será el progreso para el país.

Por último tenemos que el jurista tienen deberes para con la sociedad, por decir algunos, defender sus derechos, salvaguardar la justicia, entre otros. No obstante, ante todo tiene deberes consigo mismo; un jurista ya sea jurisconsulto, abogado, maestro del Derecho o juez, debe de amar su profesión que ésta sea su motor; su motivación, para poder litigar haciendo uso de sus conocimientos adquiridos como Licenciado en Derecho para así convertirse en abogado. Cumplir con su trabajo de una manera satisfactoria sin que sea un pesar, sino al contrario, un gozo, por consiguiente, poder alcanzar su propia autorrealización y con ella una vida plena. Deberá ser recto y honesto para no permitirse caer en la falsedad del simulador y eso le dará seguridad de sí mismo, de su conocimiento para poder expresarlo ante todos y no sólo ante los que carezcan de conocimiento como lo haría el narcisista.

Al ver las injusticias y no hacer nada al respecto nos convertimos en parte de ellas, mientras nuestro país nos pide a gritos unirnos como nación, como México; la gran mayoría sólo observa algunos por la carencia de conocimiento y otros por indiferencia. Debemos de hacer consciencia que nosotros poseeremos un arma invaluable que debemos usarla para solucionar problemas y no para crearlos. Ante todo tengo que añadir que nosotros debemos de ser seres que alcen la voz ante las injusticias, no dejarnos llevar por la sociedad en la que vivimos porque nos convertiremos en una simple penumbra que carece de voz.