Fundamentos Neuropsicológicos Del Lenguaje.
Enviado por Stella • 27 de Marzo de 2018 • 6.012 Palabras (25 Páginas) • 367 Visitas
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directa aplicable a los conceptos. William de Ockham habla de los universales como identificables a los significados y con respecto a esto, se da a conocer, por parte de Chomsky, la teoría de la existencia del lenguaje antes del pensamiento; éste último también habla de los universales (constantes en estructuras lingüísticas), los cuales son innatos en la vida del hombre, sin embargo, entre las desventajas de esta hipótesis está el que no se conciba el aprendizaje como factor importante en la vida del niño.
El estudio sobre el cerebro y el pensamiento tiene un proceso muy largo del falta mucho por conocer, aun así se han intentado responder preguntas en lo referente a su estudio, verbigracia, la escuela de Wurzburgo comprende al lenguaje y el pensamiento como partes emancipadas, desde lo cual se evidencia una relación de carácter netamente mecánico; por otra parte, Vygotsky, en su libro Pensamiento y lenguaje plantea una relación entre estos dos conceptos al proponer que el significado es la unidad del pensamiento verbal, además de atribuirle al lenguaje y al habla un papel importante: la función de ser un instrumento psicológico; así mismo, se encuentra el signo visto como aquel que permite asociar contenidos, experiencias y transmisión para hacer posible la comunicación.
El lenguaje está presente en toda la actividad humana y comienza a desarrollarse en el niño al recibir información, comprender, actuar, hasta convertirse en lenguaje externo e interno, pues al comienzo solo es interno o, en palabras de Piaget, “egocéntrico”, que es el que termina por convertirse en pensamiento. Entre sus particularidades cabe destacar que es más abreviado, no designa un objeto y se sitúa en la zona anterior de la corteza del hemisferio izquierdo. Cuando se busca el origen del lenguaje se asocia con el origen del cerebro y aunque no está claro si realmente dependa del cerebro es innegable su interacción. Después de varios estudios del cerebro, el lenguaje toma un lugar relevante, véase el caso de las afasias.
Penfield y Roberts aceptan a tres regiones como importantes e involucradas en el lenguaje que son la región posterior temporoparietal, el área de Broca, el área motriz suplementaria, aunque con representación cortical variable. Algunas investigaciones realizadas arrojaron resultados que demostraban que aun cuando el hemisferio izquierdo el dominante en el lenguaje al ser afectado o perdido en la niñez se puede encontrar una facilidad en recuperarlo que no se encuentra en el adulto, a lo que se le llama plasticidad del cerebro. (Castaño, 2003)
El tercer capítulo, titulado “El papel del lenguaje en los procesos de conceptualización” se menciona al lenguaje como una condición biológica, una capacidad innata del ser humano que le permite comunicarse con los demás y crear procesos de reflexión y de racionalización, todo esto como una reacción a la necesidad de conocer el mundo más allá de lo que le brinda su experiencia sensorial. En este sentido, el lenguaje es una facultad para representar sistemáticamente aspectos de la realidad, teniendo en cuenta que todo lenguaje y sistema comunicativo humano se cruza con lo racional, y todo lo racional se cruza con lo lingüístico.
A partir de lo dicho anteriormente, la lengua se entiende como un sistema de reglas que permite que los seres humanos puedan asociar cosas con otras en contextos determinados. Uno de sus sistemas es el verbal, del cual surge la palabra: “La “palabra”, dicho de otra manera, es el medio que utilizamos para codificar nuestra experiencia” (Fajardo & Moya, 1999, p. 38). De aquí que, en el discurso oral: las palabras se relacionan con los actos, sucesos y a su vez toman un papel designativo de las cosas; por otro lado, en el discurso escrito, las palabras son elementos que se analizan más a fondo, se descomponen, se manipulan, etc. Es en el lenguaje escrito, en el que se refleja la palabra en su condición autónoma. En palabras de Fajardo y Moya (1999):
El uso de la palabra inmersa en un contexto simpráxico permite que, en el interior del sistema de signos, éstos se combinen unos con otros, de acuerdo con su significado, para así poder ser comprendidos aún cuando no se conozca la situación. (p. 39)
Esto quiere decir, que el ser humano reconoce la estructura semántica de la palabra y puede referirse a objetos, acciones, sucesos, sentimientos o descripciones de los mismos sin necesidad de presenciarlos o tener un contacto sensorial con cada uno de ellos. Así pues, “(…) la palabra da al hombre la posibilidad de operar mentalmente con objetos, inclusive en su ausencia, y, de esta manera, operar en el mundo de las imágenes” (Fajardo & Moya, 1999, p. 40)
Como se puede observar, la palabra es fundamental en los procesos de comunicación de los hombres y en la formación de la conciencia, pues es precisamente ésta la que crea una gran distinción entre el sistema de signos que es utilizado por los animales y el que es utilizado por los seres humanos, dado que este último pasa del plano meramente sensorial al racional. En este orden de ideas, las funciones léxicas y las relaciones entre las palabras se dan a partir de la actividad consciente de los seres humanos, ya que con dichos enlaces los hombres le dan sentido a su existencia. En el uso del sistema de la lengua podemos encontrar las asociaciones por contigüidad y las asociaciones por contraste que son elementos que permiten que el ser humano pueda estructurar el mundo
Es pertinente detenerse en este punto para referirse a los campos semánticos en los cuales: “El fenómeno de la polisemia de las palabras es mucho más amplio de lo que puede parecer, ya que ésta responde a la elección del significado necesario entre una serie de posibilidades” (Fajardo & Moya, 1999, p. 43), es decir, que dentro de una misma lengua una palabra puede tener varios significados y a su vez, pueden existir distintas palabras que signifiquen una sola cosa. Este fenómeno permite reconocer que el sistema verbal tiene distintos niveles de significación y de interpretación, y considerarse como el sistema lingüístico más complejo de todos al tener en cuenta que se puede hacer que una cosa cuente como otra en un contexto dado.
A modo de reflexión, es importante reiterar que la palabra, tanto en el discurso oral como en el escrito: determina la comunicación de los seres humanos, pero cabe resaltar que la escritura abre paso a la reestructuración de la conciencia. En palabras de Ong (1982) sin la escritura, el pensamiento escolarizado no pensaría ni podría pensar cómo lo hace, no sólo cuando está ocupado en escribir, sino incluso normalmente cuando articula sus pensamientos de manera oral. Más que cualquier
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