Historia de la literatura costarricense.
Enviado por Kate • 29 de Mayo de 2018 • 2.003 Palabras (9 Páginas) • 714 Visitas
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En 1959 se funda la Editorial Costa Rica, que actualmente es una institución con un aporte nacional de excelencia, en el rescate y la promoción de nuevos autores. Gracias a esta editorial, la literatura costarricense está al alcance de todos los lectores y es un promotor hacia la edición de textos de nuestros jóvenes autores nacionales.
En 1970, se fundó el Ministerio de Cultura que ejerció un papel importante en la subvención y promoción del arte, el teatro y la literatura. Poco después se funda la Universidad Nacional, la Universidad Estatal a Distancia y el Instituto Tecnológico de Costa Rica. Que hoy en día, estas instituciones mencionadas, aún aportan trabajo importante en el avance de la literatura nacional.
Por otra parte, también aparece la segunda generación, apoyada por estas instituciones en la redacción de sus textos.
Esta segunda generación denuncia problemas sociales, dirigida por relaciones económicas opresoras o autoridad impuesta por costumbres y tradiciones, cuyo período de formación coincide con las transformaciones ideológicas y culturista ligada a la Revolución Cubana y las rebeliones estudiantiles y juveniles de los años 60 y 70 y estaría conformado por los narradores: Fernando Durán Ayanegui, Quince Duncan, Alfonso Chase, Gerardo César Hurtado, entre otros.
Avanzando en la aventura urbana, matizada por los conflictos sociales de los 70-80, hasta casi los años 90, menciono a los autores analizados con la ayuda del profesor, siendo Luisa González con su obra Al ras del suelo, Carmen Naranjo con Los perros no ladraron, Hugo Rivas con Esa Orilla sin nadie, aunque intentaron además de reflejar la realidad, interpretarla.
Es así como llegamos a finales de un siglo, y un milenio, donde aparece un nuevo grupo de narradores costarricenses, que según mi criterio, vamos a encontrar jóvenes sin miedo de decir la verdad, de enfrentar críticas sociales debido a sus denuncias, que proponen una ruptura en la novela costarricense, impulsada obviamente por Yolanda Oreamuno.
La nueva generación de narradores, no sólo insiste en los temas sociopolíticos, y por tanto psicológicos, sino que los lleva a dimensiones que no podríamos imaginar, donde la parodia, el humor y la fuerza, apoyada en un lenguaje menos literario y más experimental, extraído fundamentalmente de la clase media y de los sectores populares, le aportan a la joven novela costarricense, nuevos bríos y una renovación que asegura un intenso porvenir, pues abre brecha para que nuestro país se vea reflejado en la realidad de sus obras. Por lo demás, se intenta con decoro historiar el camino recorrido de este pequeño país desde la novela, para desentrañar, de alguna manera, la historia ocultada por la historia oficial.
Posiblemente los representantes más auténticos de esta nueva narrativa son: Tatiana Lobo, Anacristina Rossi, Fernando Contreras, Rodolfo Arias, Sergio Muñoz, Dorelia Barahona, Alexander Obando, y Mario Zaldívar.
Así mismo, de estos autores deseo resaltar a Los Peor, segunda novela de Fernando Contreras, un autor nacional de deslumbrante capacidad narrativa y que nos permite trasladarnos hacia la imagen de una ciudad que construye el mundo moderno, un San José grotesco y contaminado, habitado por "chapulines" se mezcla con referencias mitológicas, “el cíclope”, con la imagen que solo los ciegos o locos ven las historias fabulosas de San José de la época liberal, anterior al proyecto modernizador de la "Segunda República"
Asalto al paraíso de T atiana Lobo, otra obra nacional analizada en el curso, es probablemente la novela contemporánea que mejor ha logrado plantear la reflexión sobre la identidad enlazada con el interés histórico.
Todo indica, ahora que se han puesto las cartas sobre la mesa, muy brevemente lo que se entiende por “análisis secular”, señalar el modo de ser empleada y a la hora de analizar obras literarias.
Se pueden identificar obras literarias que promueven y ayudan a formar y mantener los discursos de poder, opresión y autoritarismo; también existen las que los desafían y los desmienten. También hay obras que ayudan a construir y diseminar conceptos como nación, patria y sociedad, y otras que los destruyen.
Es por eso que se deben leer libros pertenecientes a una generación, para no contaminar nuestro criterio por exageraciones inventadas, pues tenemos un sentido crítico por los conocimientos previos leídos en obras anteriores que ya han señalado características parecidas.
La idea que he tratado de desarrollar en este trabajo, es mostrar el potencial que tiene el analizar obras literarias, en la elaboración de metodologías que aborden el estudio literario como algo más que un ejercicio formalista. Esto es una meta personal el cual debo luchar, pero por medio del análisis y ensayar acerca de su fisonomía, puedo señalar que hubo en mí, aprendizaje significativo.
Como hemos visto, fisonomía autobiográfica en la narrativa costarricense transita diversos caminos, dando múltiples visiones, espacios inéditos y variados niveles de complejidad.
. La producción y edición de la narrativa, ha crecido y son ya bastantes los nuevos escritores que se han sumado como tales, revindicando la tarea de narrar y por supuesto, haciendo valer este oficio, que son para mí, únicamente los que tienen la habilidad innata para alcanzarlo, ya que escribe cualquiera, hasta yo, pero no todos son escritores .
Es común escuchar a algunos escritores y críticos insistiendo en el argumento de que nuestra narrativa es muy parroquial, debido al lenguaje excesivamente "tico", a la escogencia de los temas y a una ligera composición formal y conceptual.
Es posible que algunos de nuestros jóvenes narradores, se transiten todavía con muchos de es estos caminos de lastres, pero no hay duda de que la joven novela costarricense se abre camino cada vez con mayor audacia y rigor, tanto formal como conceptual.
Lo anterior puede verificarse si subrayamos que muchos de los narradores aquí reseñados solamente han publicado una novela, caso de Sergio Muñoz y A1exander Obando; y otros de ellos han incursionado con su obra prima brillando con luz propia en este caso, Fernando Contreras con su obra Los Peor, que ya les había comentado de ella anteriormente.
En fin, la narrativa costarricense está en un proceso renovador y tenaz en busca de expresar y comprender la complejidad y ambigüedad del mundo que nos ha tocado vivir, explicando por medio de historias o reconstruyendo el pasado de Costa Rica, donde identificamos que hay muchos sitios y fronteras,
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