Identidad Cultural en "Gringo viejo"..

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A pesar de que todas las personas que lo conocieron en México, le decían que solo había venido a morirse, él quería más que solo eso, el llego con las intenciones de entender a sus “extraños vecinos” en lugar de cambiarlos, como muchas personas lo intentaban. (“Temo que la verdadera frontera la trae cada uno adentro”[5])

Una de esas personas que intentaba cambiar a la gente era Harriet Winslow. Ella es una muchacha norteamericana de 31 años de edad, a la cual 15 años atrás su padre la había abandonado al irse a Cuba, dejándola sola con su madre, y haciendo creer al mundo que este estaba muerto, para que ellas pudieran cobrar la pensión.

Ella viaja a Chihuahua desde Boston para trabajar como tutora de inglés en la hacienda del Miranda, y para escaparse de su vida normal, de profesora que llevaba en los Estados Unidos. Ella manifiesta que siente que su vida allá era una rutina, y que se aburría mucho, por lo que aprovecho esa oportunidad para cambiar su vida, y aprender español.

Harriet tuvo que irse a otro país, al igual que el gringo viejo para poder disfrutar de la vida, y poder vivir experiencias diferentes en sus vidas, y ella en la obra representa a quienes se atemorizan ante lo desconocido, ya que ella en su estadía en México, en la Hacienda de los Miranda, ella intenta “civilizar” a las personas y los campesinos que allí se encontraban, intentando inculcarles la cultura estadounidense. Ella se sentía con ese deber, ya que como maestra, es lo que hacen, y ella sintió que estaba haciendo algo bien por primera vez allí, en México, ayudando a los que más lo necesitaban (“Mírelos, lo que esta gente necesita es educación, no rifles. Una buena lavada seguida de unas cuantas lecciones sobre cómo hacemos las cosas en los Estados Unidos, y se acabó este desorden".)[6]

Los hombres y las mujeres de las tropas son gente de escasos recursos económicos, pero con convicciones, ideas de libertad muy variadas, que a su vez, suponen un precio muy alto.

Éstos ven a la maestra como una mujer muy inteligente y sofisticada, pero ignorante de la vida en medio de tanta muerte, desolación y pobreza. Estos creen que los proyectos de Harriet son demasiado difíciles para poder realizarlos con este tipo de personas.

(" Pobrecita, es muy buena gente pero no sabe qué día es mañana. Se sintieron apenados por ella y se rieron como pajarillos juguetones".)[7]

Poco a poco la personalidad de Harriet va cambiando, superándose y aceptando la nueva cultura, de tal modo, que logra darse cuenta de que en realidad estaba negando su reflejo, ya que la soledad que ella sentía por no tener una familia cercana, o un padre la hacían verse incompleta, vacía:

("Ella se sentó todas las mañanas frente a un espejo en su pequeña alcoba de la Calle Catorce y llegó un día en el que admitió que su rostro estaba contando una historia que a ella no le agradaba.

Sólo tenía treinta y un años, pero su rostro en el espejo mientras lo dibujaba suavemente con un dedo sobre el cristal, [...] parecía no más viejo, sino más vacío, menos legible que diez o incluso dos años antes: como la página de un libro que palidece cuando sus palabras lo abandonan".[8])

En cuanto a su padre, ella encontró una figura paterna en el Gringo viejo, y esta lo llego a querer tanto, que incluso se acuesta con el General Arroyo, para que este no lo mate. Sin embargo, este lo hace de todos modos, y ella siente un vacío enorme en su corazón, porque le habían matado a su segundo papa.

Para terminar, cabe mencionar un tema relacionado con la identidad, el cual es el sentimiento de Soledad que experimentan los personajes. En primer lugar, el gringo viejo que como hemos dicho se encuentra solo y viene buscando la muerte, luego está Harriet Winslow, que padece un drama por las pérdidas de sus padres y de sus seres queridos, siendo el personaje que encarna este sentimiento de soledad, el cual nunca logra llenar.

Como pudimos observar, estos dos personajes han tenido que pasar por situaciones muy duras y difíciles en sus vidas para poder entender el porqué de ellas. Mientras que uno buscaba su identidad en la muerte, el otro buscaba su identidad en la enseñanza, y al final, ambos encuentran lo que quieren, que era poder encontrar su verdadero yo, pero no de la manera en que lo esperaban. Y esto lo logran mediante el cruce de culturas que tuvieron mediante su estadía en México, a pesar de que no pudieran llenar todos los vacíos que tenían en sus vidas, le encontraron sentido a la vida, ya fuera en sus últimos momentos, o bien en el principio de una larga vida.

El cruce de sus culturas les ayudo para poder encontrar sus verdaderas identidades, y sacarlas a la luz, y no vivir bajo estereotipos ni prejuicios creados por la sociedad.

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