LAS CAJAS MISTERIOSAS

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Entonces comenzó la búsqueda de imágenes de los diferentes cuerpos, para el fluorescente y fosforescente se me ocurrió armar cajas herméticamente cerradas, pintarlas de negro por dentro, con un pequeño orificio y pegarle en su interior un ojo de gato y una cinta refractiva, para los fluorescentes, y en otras pegar estrellas para decorar habitaciones infantiles, cuerpos fosforescentes. No sabía muy bien que iba hacer con las cajas pero tenerlas ya era un avance, pero aún me faltaba pensar cómo haría con los bioluminiscentes, podía haber llevado una luciérnaga, pero en invierno no iba hacer fácil encontrarlas, también podía ser el pez linterna, pero ni modo de encontrar uno, por las dudas de que existiera algún otro animal que produjera luz y estuviera a mi alcance busqué imágenes, en ese momento se me ocurrió que si pegaba imágenes de seres vivos produciendo luz propia, no verían la luz pero podría cuestionar por qué no se ve la luz de estos si la producen, entonces accedí al plan.

Lo que los niños iban hacer ya estaba ideado, observarían las cajas con ausencia de luz, luego con linternas y por ultimo sin linternas, en la primera ocasión no se tendría que ver nada, en la segunda verían todos y en la última se tendrían que ver las estrellas, ya que al brindarles luz se recargarían y se dejarían ver a pesar de la ausencia de luz. Para finalizar la actividad copiarían el concepto de los tres tipos de cuerpo y los analizaríamos juntos para poder clasificar los objetos que teníamos en las cajas.

10 de junio de 2015: primera actividad de ciencias naturales.

Las cajas misteriosas.

Era la segunda actividad en 5° año y la primera en ciencias, por lo que a pesar de la seguridad que sentía los nervios querían invadirme.

Los niños estaban muy ansiosos de saber qué eran esas cajas y qué tenían dentro, señal de que estaban interesados en trabajar con esto.

Comencé explicando cómo trabajaríamos, cuál era la consigna y las reglas de la actividad, iban a trabajar en equipo de forma ordenada, que se les daría el tiempo para observar las cajas sin linterna y que no podían abrirlas. Mientras explicaba algunos se comentaban lo que podía haber dentro de ellas.

Repartí las cajas a los equipos quienes de forma inmediata comenzaron a observar, al instante los grupos me decía que no se veía nada, que las cajas estaban vacías, yo les insistía que no estaban vacías, luego ponían la caja en diferentes posiciones, teniendo siempre el mismo resultado. Una vez que todos terminaron de observar comentamos sobre lo ocurrido, nadie veía nada, por lo que pregunte el motivo, los niños me respondieron que faltaba luz, el orificio que tenían las cajas era muy pequeño para que entrara la luz del día y no alcanzaba para ver los objetos. Como el problema era la luz, le repartí una linterna a cada equipo, quienes hacían exclamaciones al ver lo que había dentro de las cajas, me llamaban para decirme que era, un ojo de gato, una cinta, las estrellas, y un equipo me llamo para decirme que veía una hoja con hongos. Terminado el tiempo de observar, realizamos una puesta en común para saber qué tenían las cajas, un equipo dijo que su caja tenía estrellas que brillaban en la oscuridad, otro equipo un cinta refractiva como las que usan en los chalecos para andar en moto, otro equipo tenía algo parecido pero era un ojo de gato de los que se ponen en las bicicletas, y otro equipo seguía con la duda de lo que había visto, porque era una hoja con dos imágenes de hongos.

La última observación fue diferente, primero seleccione tres cajas, lo cual no lo tenía previsto, las cuales contenían la cinta, las imágenes bioluminiscentes y las estrellas, y antes de darles para observar sin la linterna, pregunté qué pasaría si volviéramos a observar estas tres cajas sin luz, los niños dijeron que se iban a ver los objetos, pregunté si todos y en coro contestaron que sí, argumentando que los tres eran “como brillantes” por eso se verían. Anote en la pizarra los tres objetos, mientras tenía en las tres cajas la linterna prendida para que recargara a los objetos y luego les di las cajas para que observaran. Los niños que tenían la caja con las estrellas estaban asombrados, pero no fue el caso de los otros dos equipos, quienes esperaban ansiosos ver los objetos.

Debido a esto tuvimos una charla muy interesante, ¿qué ocurrió? ¿Por qué no se vieron los otros objetos? ¿Por qué se vieron las estrellas? Los niños se dieron cuenta que las cintas se veían más brillantes pero no se veían sin luz, pero ¿qué pasa con las imágenes? ¿Por qué no vimos sin la linterna? Comenzaron a pensar y respondieron que son seres vivos y solo si tuviéramos a esos hongos los podríamos ver sin luz, pero como están en hojas, son artificiales, no vemos su luz.

Copiamos los tres conceptos, y los analizamos detenidamente, a medida que analizábamos los niños daban el ejemplo, es decir cuando analizamos “Las sustancias absorben energía, almacenándola para emitirla posteriormente en forma de luz”, dieron ejemplo de las estrellas.

Cuando copie solamente la palabra bioluminiscente, una niña dijo, eso son los hongos, porque “bio” es de biología, de vida. Pregunte si conocían algún otro ejemplo de bioluminiscencia y respondieron que sí, que conocían a la luciérnagas y un pez linterna.

Para ser la primera actividad en ciencias, y a pesar que después sentí que tenía que haber indagado más, sentí que los niños aprendieron, si bien algunos se seguían confundiendo entre fluorescentes y fosforescentes, pero sabían las características que para mí era lo más importante.

Desde este momento me di cuenta que no puedo “asustarme” cuando tenga que enseñar algo nuevo, porque si no lo sé alguien me lo va a enseñar, ya sea una maestra, la directora, mis compañeros y los libros. A pesar que siempre se siente temor lo importante es concentrarse en el objetivo que se quiere lograr, sentarse a estudiar, y si hay dudas si habrá alguien que nos ayudará y nos dará ideas para que una actividad de ciencias sea dinámica, motivadora, interesante, y que le deje al niño un aprendizaje significativo.