La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica de Walter Benjamín

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el actor de teatro tiene un trato directo y actúa como si su personaje fuera realmente el mismo. Decía que el cine era un retroceso, que habían regresado a la época de las cavernas con jeroglíficos, decía que aún no estaban preparados para aquellas imágenes ya que no había demasiado que expresar por ellas, no había un culto suficiente.

Tomando en cuenta al público, en el cine se tiene el objetivo de que la cinta llegue a millones de personas, esto no quiere decir que en el teatro no, pero en el teatro la actuación es más directa sin la necesidad de aparatos. La parte más importante de estos dos es que los actores se comprometan con el papel y hagan creer al público que lo que están viendo es real. También se hace mención de que el actor puede llegar a tener problemas con su papel al saber que este no es real y no puede desarrollarlo adecuadamente. Y nos plantea el problema de que cualquier persona ha hecho alguna filmación y ahora existen demasiadas y esto conlleva a que el cie no llegue a su máximo nivel.

Comparando el cine con la pintura, Walter nos decía que el cine es un medio más firme ya que nos permite ver detalles de la vida cotidiana a los que nos enfrentamos a diario, y por otro lado la pintura no puede, porque el cine es una combinación entre arte y cine. Un ejemplo es la diferencia al contemplar cada uno de estos medios, en la pintura uno puede divagar en las ideas propias y dejar que fluyan, por el contrario, en el cine uno no puede hacer esto porque no es solo una imagen como una única pintura, son millones de imágenes que son lanzadas sucesivamente y no puedes captar una sola imagen definida, ya que cuando lo hiciste ya tienes otras 5 imágenes en la cabeza.

Antes de la fotografía Walter hablaba también sobre la litografía que fue bien aceptada por la sociedad en su vida diaria, tanto como la imprenta, después de estas, superándolas completamente, viene la fotografía que a esta la compara con la pintura, dice que las dos tratan de captar la realidad, esta la acepta mejor que el cine ya que dice que cumple efectivamente su cometido, que es como ya se dijo, captar la realidad, cabe resaltar que menciona que es hasta mejor que el pincel. Dice que depende del concepto en el que este la fotografía a esta se le da su respectivo carácter cultural, ya que el valor de culto en la fotografía por ejemplo se da en el recuerdo de seres queridos. Cuando el humano se retira de la fotografía se convierte en valor cultural ya que ya no hay esa emoción. También decía Walter que esa tenía su lado bueno, ya que con Atget comenzaron las placas fotográficas y con estas un registro histórico impresionante y de la mano va el periódico donde se comenzaron a publicar fotos con sus pies de foto, cosa que el cine no les podía dar.

Viéndolo desde esta época la fotografía es un invento revolucionario que nos permite captar más rápidamente una imagen en comparación con un boceto o esbozo.

Walter trataba de quitarle importancia a estos nuevos modos de arte, pero sin quitarle su impacto a la sociedad, esto lo describía con el sistema económico capitalista. Walter también dice que estos medios rompen el aura ya que puedes tener copias de la original, cosa que no pasa con una obra de arte ya que el cine y la fotografía según él, no nos pueden hacer sentir emociones. Ya que dice que las maquinas alejan el sentimiento de tener una obra de frente en vivo, ya que ¿dónde se encuentra el aura en el cine y en la fotografía?, talvez en el rollo podríamos pensar, pero a lo que se refería Walter es a, ¿podemos tocarlo?, ¿podemos observar el original?, sin poder responder esto concretamente, comparándolo con una pintura, no se puede, simplemente esta ahí con mil copias más que no tienen una esencia, lo que una pintura si tiene porque es solo una, está ahí en cuerpo presente y tienes que moverte de un lugar a otro para poder verlas.

El falta de aura que describía Walter era una señal de que en esos momentos la repetición gana fama contra lo irrepetible, por ejemplo la unicidad de la obra de arte se lleva de la mano con el contexto de la tradición, ésta claro está que cambia al paso de los años. Un ejemplo que daba Walter era sobre la estatua de Venus que para los griegos era objeto de culto y para los clérigos medievales era algo maléfico, pero esto se enfrenta a la unicidad, es decir su aura, ya que las obras se originaron para algún ritual religioso o en su defecto, mágico. Y cabe resaltar que el aura de la obra nunca se tiene que separar del ritual, ya que sin esto no tendría ningún valor útil.

La reproductibilidad técnica de la obra artística modifica la relación que tiene la masa con el arte, ya no es nada íntimo, se ha convertido en algo comerciable al mercado y una desventaja de la circulación de información. Esto a su vez disminuye la importancia social ya que la gente prefiere ir a un cine que a un museo o a una galería a contemplar las obras, porque es más fácil adquirir la información del cine ya que no tienes que analizar demasiado.

Walter decía que ahora se le da más valor a la obra por cantidad que por calidad, que el cine se ha apropiado de las masas y por esto tiene tanto valor, sin embargo no deja pensar ni analizar nada y esto lo vuelve mediocre. Como por ejemplo con la pintura, ya todos pueden tener una pintura de Monet, da Vinci, etc., en su casa, ahí es donde la obra original pierde su aura. La singularidad, la autenticidad se pierden en la obra.

Es sorprendente como este hombre, Walter Benjamin, tiene una visión a futuro demasiado adelantada a su tiempo, ya que lo que escribió en 1936 aun repercute en nuestros días y aun es analizado.

En el ensayo de Walter Benjamin, se llegan a notar algunas contradicciones, por ejemplo se entiende que él está en contra de la reproductibilidad, de la copia, a lo sin aura, ya que critica ampliamente el cine, pero a la fotografía le da algunos créditos dando a entender que está a favor de la reproductibilidad, esto deja una duda, ¿Esta Walter a favor o en contra de la reproductibilidad técnica sobre la obra de