Los sapos de la memoria
Enviado por tomas • 17 de Diciembre de 2018 • 4.732 Palabras (19 Páginas) • 543 Visitas
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Sus camaradas ardían en pasión por la libertad, ellos estaban dispuestos a morir por amor a todas las causas solidarias.
Ana les decoro las mesas con arreglos florales improvisados. Ella creía en el matrimonio, por lo tanto fue vestida para la ocasión, dispuesta a soportar las burlas de sus compañeros.
Ana no tenía cultura alcohólica, entre el segundo y tercer vaso sintió que los pies no le respondían. En medios de esa ráfaga incontenible vio a Jorge por primera vez, y se le encendió una chicharra en el estómago y en los cachetes.
Jorge se sentó a su lado.
Sus compañeros la abandonaron al finalizar la fiesta, y los novios se fueron a preparar las cosas para la luna de miel. Jorge la miro entre indisimulados suspiros y le dijo que lo mejor sería ir a tomar una buena taza de café con cenizas.
Con el tiempo vinieron los estúpidos pretextos para provocar encuentros.
Ana y Jorge se dieron permiso para el más insurrecto y humano de los sentimientos: el amor.
SIEMPRE HAY UN BUEY CORNETA.
Él/la protagonista está podrido/a de la escuela. La maestra de biología lo/la tiene harto/a.
A la de psicología está a punto de estrangularla. Y cree que es porque le hace recordar a todas las que fue cuando era niño.
El único profesor pasable era el de Educación Cívica. Ya que este profesor un día les hablo de la CONADEP. Y de la desaparición de personas durante los gobiernos de las juntas militares entre 1976 y 1983 en Argentina. E incluso les llevo un libro para que se enteraran de las barbaridades cometidas por los “ilustres patriotas” del Proceso de Reorganización Nacional.
Él/la protagonista, siempre tiene un duda ¿Qué paso con su mamá? A su papá lo vio muerto, lo enterraron, ¿pero su mamá? A él/ella, le interesó mucho la clase y le hubiera encantado llevarse ese libro para leerlo en casa.
JORGE, EL CONSTRUCTOR DE CELESTES.
Ana y Jorge se casaron como Dios manda, por civil y por iglesia.
Jorge se sentía avergonzado por todo el rito religioso, ya que el la única religión que conocía era la de haberse enamorado de Ana.
Jorge no había llegado a conocer a su madre, y su padre, un trabajador golondrina, rudo y parco. Su maestra de primer grado, le enseño la cara del afecto y de una vida casi familiar. Por las tardes invitaba a Jorgito a estudiar y a tomar el té en su casa.
Jorge trabajo como peón, como albañil y luego como maestro mayor de obras para pagarse los estudios nocturnos, hasta que se recibió de arquitecto a los 25 años, y en contra de todos los pronósticos sociales.
Con su título, comenzó a diseñar muchas cosas para mejorar la sociedad y las ciudades. Era un constructor de ilusiones, estaba convencido de que el mundo podía cambiar, que todo era cuestión de proponer nuevos modos de repartir las riquezas.
Ana llego a cambiar su vida con esa sonrisa, ella puso una inyección de ternura a su vida de luchas, protestas y sindicatos.
Ana le dio la noticia de que iban a tener un hijo, Jorge lloro, porque recordó su infancia, recordó esos días en los que el volvía envuelto en lágrimas, pero lloro más por la emoción.
Más que nunca se sentó frente a su tablero para diseñar un mundo mejor, no quería que su hijo conociera los coletazos de la injusticia.
La panza de Ana aumentaba su volumen, mes a mes. En diciembre Ana comenzó con dolores, era la hora del parto. Cuando vio nacer al niño, Jorge sintió que era más de “hombre” llorar en ese momento que otras cosas que él había hecho en su vida.
CON LA CARPETA HASTA EL CUELLO
Él/la protagonista estaba muy enojado con la psicóloga, ya que les exigió una monografía sobre un tema de la actualidad. A él/ella lo/la amenazó con que si su monografía no estaba para un 10, lo/la mandaba a rendir Técnicas de Estudio a marzo.
Se puso a pensar en el camino a casa: ¿Qué es lo que más le molesta de la escuela?
Repentinamente se le vino a la cabeza lo fastidioso y pesado que se le hacía cargar con tantas mochilas, libros y carpetas desde chico. Y haciendo un simple cálculo ha pasado un ochenta por ciento de su vida cargando tantos papeles como para reinaugurar la biblioteca de Alejandría.
Su abuela, totalmente sacada de libreto, ante su actitud de estudiante ejemplar, no sabía s traerle la leche chocolatada con tostadas como todas las tarde, o el termómetro para medirle la fiebre.
Revisando los apuntes que la maestra de psicología les había hecho guardar durante todo el año, encontró uno de la evolución de desarrollo de los niños hasta llegar a adultos, pero lo iba a adaptar a su conveniencia.
El tema de su monografía era: CON LA CARPETA HASTA EL CUELLO.
En esta monografía habla de las carpetas, de su uso, y de que la cuarta parte de la vida, la pasamos cargando carpetas.
Aquí se descubre el nombre del protagonista: él es CAMILO JUÁREZ.
A los tres días el trabajo volvió a las manos de Camilo con la siguiente consigna: “excelente monografía, alumno Juárez. Un poco irónica, pero exactamente con los pasos que quería que aplicara. ¿Qué tal si con el mismo método, y para un segundo trabajo práctico sobre Técnicas de Estudio, investiga este tema: LAS RELACIONES FAMILIARES VISTAS DESDE UN ADOLESCENTE?” .Camilo se conformó con el 9 que le habían puesto, y se dedicó a pensar en la historia que inventaría, explicándola con científico método, sobre la vida de sus padres y familia.
IRRESISTIBLE LIBERTAD
Con 18 años y el mejor promedio de la secundaria, Rogelio había ingresado a la Facultad de Ingeniería.
Rogelio tenía un amor con Marina, la secretaria de prensa, con quien salía desde que la lista de ambos había ganado el Centro de Estudiantes. El Centro luchaba por defender la universidad pública.
Un día Rogelio estaba sentado en la penúltima fila del aula frente a su examen. Se concentraba en la calculadora. Las matemáticas eran su pasión desde
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