¿Podrías explicar los conceptos sin apoyarte en el sentido común?
Enviado por poland6525 • 17 de Diciembre de 2018 • 3.200 Palabras (13 Páginas) • 447 Visitas
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hacerlo.
¿Cómo cambiar organizaciones? ¿Cómo tomar el asiento del conductor en vez de ir en el asiento del pasajero? ¿Cómo ser proactivo e influir en el destino de la organización? Tenemos que empezar por formular una filosofía del cambio. ¿Por qué la gente hace lo que hace? ¿Qué influye en las personas para actuar de manera diferente? ¿Cuál es la forma más efectiva de organizar el trabajo? […] Hay que saber cómo lograr el cambio. El cambio es un proceso sistemático. Requiere conocer bien a la organización. Intentar cambiar lo que la gente hace sin analizar el contexto donde ocurre probablemente nos lleva a enfocarnos en aspectos irrelevantes, inconsistentes o bloqueadores de objetivos críticos.
Como te habrás dado cuenta, estos cambios al interior de las organizaciones es lo que conforma la cultura corporativa. La necesidad obliga a las organizaciones a reinventarse, a realizar cambios en el espíritu de la empresa, en el comportamiento del personal.
Se busca que el comportamiento deje de ser explícito para convertirse en tácito, propio de la organización, que se convierta en un valor o creencia, compartido por todos. Algunos lo consideran una forma de control; otros una forma de integración; es claro que ambos enfoques son debatibles, pero también es claro que son una herramienta de la organización para alcanzar sus metas y objetivos. De lograrlo se convertirá en un factor básico, en una forma de identificación del personal y de diferenciación con la competencia.
La competencia es un concepto que también es parte de la jerga administrativa.
¿Qué entiendes cuando escuchas este concepto? ¿Consideras que es lo mismo competencia que competitividad? ¿Qué significado tiene para ti en el ámbito administrativo?
La competitividad
Esos son los nuevos retos al que hacen frente las organizaciones, además se deben adecuar a los nuevos paradigmas que el mercado impone, uno de ellos es precisamente competir para mantenerse en el mercado o desaparecer.
Hoy ya se acabaron esos privilegios que daban los Estados proteccioncitas; ahora el libre mercado es una realidad y eso orilla a las empresas a ser mejores.
Con el fin de adaptarse a esos cambios vertiginosos e inesperados que la mano invisible de Adam Smith impone:
La competitividad, o la rivalidad entre las empresas para obtener el dinero de los consumidores, es otro elemento fundamental de la libre empresa. De acuerdo con Adam Smith, la competencia propicia la eficiencia y los precios bajos pues obliga a los productores a ofrecer los mejores productos al precio más razonable. Aquellos que no lo hagan así no podrán seguir operando. Entonces la competencia mejorará la calidad de los bienes y los servicios disponibles o disminuirá los precios. […] En los sistemas de libre empresa, existen cuatro clases de ambientes para la competencia: la pura, la monopólica, el oligopolio y el monopolio (Ferrel, Hirty Ferrel, 2004, p. 14.)
En México, las entidades que sostienen nuestra economía son las medianas y pequeñas empresas (PYMES), pero no sólo dan trabajo a los mexicanos, también deben adaptarse a los cambios que implica la apertura comercial y el fenómeno llamado globalización.
Sabías que la competitividad orilla a las organizaciones a cambiar sus estrategias. Como consumidores exigimos productos de mejor calidad y a precios accesibles, es así que las empresas tienen que competir por ganarse a ese consumidor exigente. Esto ha sido un paradigma que les ha generado dificultades a los empresarios; la apertura comercial se convirtió en un período de transición, han tenido que cambiar, la dinámica comercial así lo exigió (años ochenta) y exige todavía (nuevo siglo XXI).
Hoy las empresas se tienen que enfrentar a clientes más exigentes, precios competitivos, productos y servicios de calidad, etc., éstas, en cambio han tenido que implementar la flexibilidad laboral, el outsourcing, cambios en la cultura empresarial, en el liderazgo, en la autoridad, sólo por mencionar algunos ejemplos, y todo esto por buscar ser una empresa más competitiva.
Las empresas existen gracias al mercado, que a su vez está determinado por la economía y las necesidades externas de usuarios y clientes que adquieren los productos. El entorno económico social, que incluye la seguridad para actuar, determina los resultados de las empresas (micro, pequeñas, medianas y grandes), que a su vez determinan la economía y el desarrollo de una localidad, de una región y de un país; por esto, el conjunto de empresas forma el sistema empresarial, sus resultados y su competitividad. Actualmente la empresa actúa cada vez más en entornos turbulentos, por lo que debe incrementar su nivel de eficiencia, eficacia y efectividad, ya que la lucha por conquistar a los consumidores, cada día más exigente, se da en términos de calidad, precios y servicio (Hernández, 2011, p. 17.)
La lucha no se da sólo en el mercado interno, como podrías pensar, también se lleva a los mercados internacionales, de ahí que sea necesario estudiar lo que conocemos como negocios internacionales dentro de ese fenómeno llamado globalización.
Los negocios internacionales y la globalización.
Hablar de negocios internacionales es hacer referencia al entorno que está más allá de las fronteras nacionales.
La globalización obliga a los empresarios a voltear a ese sector, la apertura comercial fue el motivo.
Algunas empresas tal vez no tengan un contacto directo con empresas de otros países o regiones del mundo, pero si lo hacen de manera indirecta, ya sea como consumidores de productos extranjeros, o porque se ven en la necesidad de competir contra ellos.
En cambio otras, con una visión más amplia, buscan hacer negocios fuera de su país, lo que ha generado la necesidad de crear instrumentos de colaboración, como lo son los acuerdos o convenios internacionales. Pero no ha sido fácil esa apertura de los empresarios, tanto para extranjeros como para nacionales, y es que existen motivos que los hacen dudar
Los empresarios de las pequeñas empresas suelen tener todo tipo de dudas y temores sobre el comercio internacional. No saben cómo empezar; se piensa que probablemente no les paguen; que es mucho más trabajo
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