Resumen de Teatro Español
Enviado por Albert • 16 de Mayo de 2018 • 4.520 Palabras (19 Páginas) • 374 Visitas
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los entremeses, se convertirán ahora en sainetes, unas piezas cortas compuestas en verso que retratan tipos, costumbres, ambientes y lenguaje de época, con cierto tono satírico e irónico, que provocan intensa risa. Eran utilizados de manera cómica y burlesca para amenizar los entreactos o como fin de fiesta, y gozaron del aplauso enfebrecido por parte del público. Los sainetes fueron combatidos por los Ilustrados, quienes deseaban abolir de los escenarios obras que no propugnasen en su contenido una enseñanza moral o adoctrinamiento cultural y recomendaban otras que fomentasen las ideas de verdad y virtud; pero el espectador popular se alejaba del teatro serio y disfrutaba de obras como los sainetes de Ramón de la Cruz, que tuvieron un éxito inigualable.
El madrileño Ramón de la Cruz fue el dramaturgo que sobresalió en el cultivo del sainete, con más de trescientas piezas que retratan el Madrid de su tiempo. Su sainete más famoso es seguramente Manolo, tragedia para reír o sainete para llorar... (1769), una 'tragedia heroica' llevada a cabo por rufianes del barrio de Lavapiés que parodia las comedias heroicas habituales en los teatros de entonces, describiendo con lenguaje arrabalero y propio de los bajos fondos el regreso a Madrid de un hampón recién salido de la cárcel. Otros sainetes suyos son La ridícula embarazada, El almacén de novias, La república de las mujeres o Las castañeras picadas.
4. CORRIENTE INNOVADORA
A partir de mediados de siglo, las nuevas teorías estéticas del neoclasicismo dan lugar a la aparición de un teatro a imitación del teatro francés de Corneille y Racine para la tragedia, y de Molière para la comedia. Se intenta salir del casticismo y popularismo del teatro anterior e integrar la vida escénica española en el contexto europeo, por lo que los temas quedan sometidos a lo que imponen la razón y el buen gusto. Los marcos teóricos de esta corriente se pueden encontrar en la tercera parte de la Poética de Luzán sobre el género dramático o en la Memoria para el arreglo de la policía de espectáculos y diversiones públicas de Jovellanos.
4.1. La tragedia neoclásica
Esta modalidad pretendió crear un teatro trascendente, que hiciese pensar a los espectadores, por medio de historias y leyendas tanto de la Biblia como de personajes históricos; era, pues, un teatro poco popular, por
lo que obtuvo un escaso éxito de público. Su representante más significativo fue Vicente García de la Huerta, especialmente con su obra Raquel (1778), escrita en romance endecasílabo, que trata de los amores del rey Alfonso VIII con una bella y ambiciosa judía de Toledo, y de los desmanes y tragedias que ello ocasiona.
La obra está concebida siguiendo las reglas que dictaba el nuevo teatro neoclásico.
4.2. La comedia neoclásica
Hacia la segunda mitad de siglo, el género que triunfó fue el de la comedia, que además constituyó sin duda el de mayor altura dramática de la época. Cultivada por escritores ilustrados, perseguía una crítica social, aunque moderada, a la vez que un cierto sentimentalismo y didactismo, siguiendo la regla de las tres unidades. Aunque fue cultivada por Nicolás Fernández de Moratín con La petimetra, o Jovellanos con El delincuente honrado, entre otros, sin duda el que consiguió mayor calidad y éxito fue Leandro Fernández de Moratín, hijo de Nicolás.
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Leandro Fernández de Moratín está considerado el dramaturgo más importante del Neoclasicismo español.
Fue un verdadero ilustrado, de ideas progresistas, que se posicionó a favor del influjo francés frente al atraso
y el tradicionalismo imperantes en España. Solo escribió cinco comedias: El viejo y la niña, El barón, La mojigata, El sí de las niñas y La comedia nueva o El café. En ellas aplicó las reglas neoclásicas del respeto
a las tres unidades, así como el decoro o buen gusto, en busca siempre de la verosimilitud escénica. Se ocupó no sólo de que sus textos dramáticos fueran verosímiles, sino también del modo de representarlos: decorados, vestuario, interpretación no afectada de los actores, ensayos... Sus comedias pretendían educar, deleitando,
al público burgués que asistía a los coliseos, con la denuncia de algunos males de su sociedad como los matrimonios desiguales, la hipocresía religiosa, la necesidad de educación, los falsos poetas, los pedantes...
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II. El teatro en el siglo XIX
1. CONTEXTOS HISTÓRICO Y CULTURAL
1.1. Contexto histórico
El hecho histórico que marca el inicio del siglo XIX en España es la Guerra de la Independencia (1808-1814), acontecimiento que influirá decisivamente en la sociedad enfrentando a los ilustrados o 'afrancesados', que aceptaban la influencia francesa, contra la mayoría del pueblo y los poderes fácticos, que la rechazaban. Gracias
al impulso de los liberales, se redacta la Constitución de 1812, que derroca los valores del Antiguo Régimen, dando soberanía al pueblo y propugnando una nueva visión de España. A partir de entonces, el siglo se presenta agitado en lo político, con alternancia del absolutismo y los períodos liberales durante el reinado de Fernando VII. Entre guerras carlistas, ocupa el trono Isabel II hasta la Revolución de 1868. Finalmente, la Primera República (1873-1874) cierra esta inestabilidad y a continuación se produce ya la Restauración Borbónica.
Otro hecho importante en la historia española de este siglo es la emancipación y posterior independencia de los países de Hispanoamérica (excepto Cuba y Puerto Rico, que lo harán después); España queda entonces reducida a la condición de potencia secundaria. Estos y otros hechos históricos tienen su influencia y reflejo tanto en las corrientes culturales en general, como en las literarias y teatrales en particular, como veremos a continuación.
1.2. Contexto cultural
El movimiento cultural más destacado del siglo fue el Romanticismo, una escuela nacida en Alemania a finales del XVIII, basada en las ideas de exaltación de la libertad del individuo y de las pasiones como 'motor de la actividad humana',
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