Seminario “Trabajo docente”: “SINDICALISMO Y ESTATUTO DOCENTE”

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Esta confederación se caracterizaba principalmente por la heterogeneidad de sus sindicatos de base. Durante esta época, surgió una radicalización política donde se podían reconocer más variadas posiciones ideológicas (algunas más combativas y otras más radicalizadas). Esta lógica, desde los sindical y lo político, atravesó directamente los posicionamientos que adquirió en materia educativa la CTERA.

- La CETERA en la década del 80’:

Llegada la dictadura militar a la Argentina (1976-83), esta confederación sufrió el secuestro, asesinato, persecución y exilio de dirigentes e integrantes sindicales, lo que afectó su organización (tomando en cuenta la ofensiva vivida por parte del gobierno dictatorial).

Los ´80 se vivieron con aires de esperanza. La llegada de la democracia abría la posibilidad de la CTERA a conseguir mayor relevancia como actor de políticas educativas, constituyéndose como interlocutor del Estado en lo relacionado a “negociaciones salariales y demandas por condiciones de trabajo”[4]. Fue en 1988 que se promulgó un plan de lucha, que consiguió alta adhesión; una huelga de 42 días, promulgada por la confederación, que se llamó “Marcha Blanca”. El apoyo de la opinión pública fue fundamental para la presentación de la CTERA como sindicato; logrando instalarse en la agenda pública, la educación y su financiamiento. La metodología que implementó la confederación (lucha mediante huelgas y movilización pública), fue fundamental para la instalación de la misma como sindicato referente.

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- La CETERA en la década del 90’:

Recién en 1990, la CTERA se definió como sindicato opositor ante el gobierno del presidente Menem, desarrollando un discurso totalmente antagónico a las reformas estructurales que se proponían al sistema educativo. Por ejemplo se puede nombrar la Ley de Transferencia de Servicios Educativos, de 1992, que proponía la descentralización final del sistema educativo nacional. Esta medida, transfería a las 24 jurisdicciones provinciales, la gestión de su sistema educativo; complejizando fuertemente las negociaciones, confrontaciones y acuerdos a nivel nacional. Así cada provincia generaba condiciones nuevas y diversas en la acción sindical. Fue ante este estilo de políticas educativas, que la CTERA llevó a cabo lo que se conoce como la “Carpa Blanca”, medida de protesta iniciada en 1977, que proponía la “instalación de un grupo de docentes que realizaban ayuno frente al parlamento, y que se renovaba periódicamente”[5]. Esto causó fuerte impacto en la sociedad, terminando por determinar a CTERA como actor de la política educativa a nivel nacional (más allá de la descentralización concretada).

Cuando se trataba de demandas, se podían reconocer varios frentes y uno de ellos era: “disponer de mecanismos de financiamiento exclusivos para la educación (…), para el mejoramiento salarial”[6]. Con esto se constituye la Ley de Fondo Nacional de Incentivo Docente que sostiene un fondo docente con aportes de rentas generales del tesoro nacional (esta fue la medida que generó el levantamiento de la “Carpa Blanca”). Otro frente está relacionado a “negociaciones con la gestión ministerial, acordando el desarrollo de políticas específicas y obteniendo el control sobre recursos reclamados por la organización”[7]. Se logró también, la presidencia de la Caja Complementaria para la Actividad Docente, a su vez que el control de la Obra Social para la Actividad Docente (Osplad). Se obtuvo participación en la “política de capacitación docente gestionada por la nación y las provincias por medio de la (…) Red Federal de Formación Docente Continua”[8].

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- El avance sindical (2003- 2007):

Con el gobierno del presidente Néstor Kirchner (2003-2007) las confrontaciones de la CTERA con el gobierno nacional ya no tenían un talante radical. Se producían algunas manifestaciones, pero la situación para CTERA era otra. Entre otras particularidades por la sanción de la Ley de Financiamiento Educativo (2005) y la Ley de Educación Nacional (2006) que de algún modo venían a contraponerse a las leyes y políticas neoliberales de la década de 1990 en Argentina. Abriendo por primera vez en Argentina un sistema de paritarias donde cada año se discutiría y negociaría el salario docente en términos de aumento y adecuaciones a los parámetros inflacionarios del país, así el salario de los docentes aumentó entre un 50% y 60% en términos reales entre 2003 y 2010. En los últimos dos años (2010-2012) la CTERA empezó a estar en alerta, dado que los salarios docentes no crecían como en el período 2003-2010 debido a la crisis financiera que sufría la Argentina en esos últimos dos años. Durante el transcurso del año 2012 las paritarias docentes no tuvieron los resultados esperados por el sindicalismo docente en Argentina, y comenzaba a gestarse la primera huelga contra el gobierno kirchnerista a nivel nacional; la cual se vio re impulsada cuando la presidenta Cristina Fernández el 1 de marzo de 2012 en la apertura de las sesiones del Congreso Nacional dirigiéndose a los docentes afirmaba que “no debían decir nada porque tenían una estabilidad laboral, una jornada de cuatro horas y vacaciones de tres meses”. Así el 6 de marzo se produce la primera huelga nacional de la CTERA.

- Características de CTERA

Teniendo en cuenta este periodo de conformación y transformación de CTERA, contemplándola como organización sindical con mayor influencia y reconocimiento a nivel nacional, sería pertinente realizar una caracterización más puntillosa sobre esta. La CTERA forma parte de la CTA (central sindical de Trabajadores Argentinos), pues no posee personería gremial y nuclea a la mayoría de los sindicatos de trabajadores estatales y organizaciones sociales; al mismo tiempo que internacionalmente está afiliada a la Internacional de la Educación. CTERA si contiene personería gremial registrada en el Ministerio de Trabajo y contiene un número mayor a los 300.000 afiliados. Es remarcable que esta confederación agrupe a una organización sindical docente por cada provincia y una correspondiente a la Ciudad de Buenos Aires; aunque estas no siempre compartan las posiciones políticas que acarrean tensiones y contradicciones, pero sí posiciones sindicales. Su financiamiento se establece a partir de varios aspectos. Por un lado, a través del descuento directo