Sinopsis ¿Toda chica sueña con un amor diferente no? Algo o alguien que te cause felicidad, pero a la vez tristeza
Enviado por Albert • 12 de Septiembre de 2018 • 1.371 Palabras (6 Páginas) • 414 Visitas
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—Oh no eso no, sino que pues me siento nostálgica, lejos del lugar que fue mi hogar durante dieciocho años, se que lo superare pero ahora me es difícil. —respondí.
—Comprendo, pero tranquila aquí harás muchos amigos –dijo él muy feliz.
—Sí, eso espero…
Estábamos en la sala, después el salió hacia la cocina para enseguida traer dos vasos de zumo cítrico, me lo dio y tome un largo trago, para después ponerlo sobre la mesa de centro…
—Uff que delicioso, es eso o ¿moría de sed? —dije alentando la platica
— ¿Quizás ambas? —cuestiono chistoso
—Creo que sí, jajá y tu ¿A qué te dedicas o que haces?
— ¡Yo soy futbolista! –contesto muy alegre
— ¿Futbolista? Yey, y yo soy modelo —dije sonrojada
— ¡Se nota! —respondió algo embobado
—Ah sí jajá… mira ya termine mi zumo, iré a dejar esto… a la cocina —conteste nerviosa.
—Oh no, tú eres mi invitada, yo los llevo –decía tomando los vasos y por ende toco mis manos.
Sentí muy bonito, fue un roce electrizante que al instante me zafé.
—Perdón Valeria, solo que insisto, yo llevo los vasos —dijo el tierno
—Es que… ah está bien —dije vencida al sentir mis mejillas arder
— ¿Tienes hambre? —pregunto Erick
—No, aun no; pero yo invito —dije sonriendo
—No, yo invito el día de hoy —respondió tierno
— ¿Todo? —cuestione dudosa
—Sí, ¡comida, cena y postre! —decía chistoso
— ¡Pues que esplendido! Pero no ¿me habéis escuchado bien verdad? —dije muy nerviosa.
— ¿Dije algo malo? —pregunto preocupado.
—Erick quita esa cara hombre, nada malo pasa, solo que dije que yo invitaba y así quiero que ocurra ¿vale? —explique tranquilamente
— ¿Por qué no aceptas mi propuesta? —dijo inseguro
—Porque mi mamá seguro ya preparo la comida y nos espera a que le ayudemos a acomodar la mesa —le comentaba alegre
—Jajá eso no es cierto, ¡tu mamá no me espera! —Erick respondió burlón
—Cierto, pero vos eres mi invitado y ella estará encantada de recibirte —dije feliz.
Nos encontrábamos en la cocina, solo nos separaba escasos 20 cm. Por mi mente pasaban infinidad de ideas, me daba miedo por desear eso y más con mi vecino alguien que conocí apenas unas horas. No sé cómo, pero él hizo un movimiento que hizo que tuvo un resultado satisfactorio…
—Valeria, disculpa el atrevimiento —dijo después de haberme besado.
— ¿Ah? Tranquilo… digo este… ¿vamos a comer sí? —respondí nerviosa
—Si tu así lo quieres, pero si te incomoda ¡Lo entiendo! —sugirió él igual o más nervioso que yo.
— ¡NO! Ya te había invitado y por el beso… no preocupéis, fue algo lindo —conteste sonrojada, bueno ¿qué más podía responder? Mi impulso se me adelanto…
—Pero, es que… espera ¿Que dijiste? —cuestiono él captando la situación.
—Vámonos, antes de que otra cosa suceda —propuse tierna.
Él tomo las llaves de su casa, y me siguió, por consiguiente me tomó del brazo, antes de que abriera la puerta, estábamos en el recibidor, me miraba fijamente, note esa hermosa y verde mirada; podría pasar una eternidad viéndolo, aguarda Somers ¿qué cosas dices?; apenas la conoces, ¡Que rápido caíste!... mejor cállate sub-consiente él es perfecto… —pensaba.
— ¿Qué ocurre? —cuestiono él sacándome de mi mente.
—Nada—dije un poco distraída
—Bueno, solo deja que yo te abra la puerta –dijo haciéndome sonrojar —Pase usted primero, bella dama –dijo él abriendo la puerta.
—Gracias apuesto caballero…
—No juegues, ¿tú eres la que compraste esta casa? —pregunto asombrado Erick
—Sí ¿por qué? —pregunte curiosamente
—Porque yo quería esta casa, y ah ya me la habían ganado —dijo serio
—Lo siento –respondí burlona
—Gran casa eh! —dijo el derrotado
—Pues sí, pero dará flojera limpiarla —dije mientras abría el portón de la entrada.
—Espera te ayudo —dijo ofreciéndose, ya que veía que no podía.
—Gracias Erick —dije y le di las llaves.
—Veras estas casas son hermosas pero ya tienen sus años jajá, mira tienen su maña —explico coqueto
—Pues es más fácil la puerta de la casa, esta solo cerrarla —dije a la defensiva.
— ¡Listo Valeria! —dijo alegre
—Pues bienvenido, entremos —dije feliz sin dejar de mirarlo.
—Después de usted bella mujer…
...