YO EXPLICO, PERO ELLOS... ¿APRENDEN?

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Se debe buscar crear un ambiente que genere respeto, confianza, seguridad que motive a los alumnos a participar y aprender de forma individual o colaborativa.

La relación didáctica es señalada en la fase interactiva como la relación de mediación entre el maestro y el alumno.

El docente es el encargado mediante operaciones estratégicas a atraer la atención del alumno, así planificará de una manera que la enseñanza de forma que establezca la relación de estudio entre la asignatura y el alumno, el alumno tiene que apropiarse de la materia, comprenderla y conocerla.

La enseñanza no solo se limita a unas cuantas horas en clase siempre se debe estimular al alumno para que trabaje fuera del aula, solo un maestro competente es capaz de lograr la atención de los alumnos.

Al momento de abordar un contenido nuevo, es necesario implementar un conjunto reducido de informaciones visuales o verbales que deben presentarse antes y debe servir para establecer relaciones lógicas entre la información nueva. Así mismo debemos presentar esta información de manera ordenada y organizada.

A su vez es esencial llamar la atención para indicar la transición de nuevos temas de estudio mediante la relación enseñanza-aprendizaje, como también dar a conocer a los alumnos los propósitos antes de iniciar un tema, ya que de esta manera se obtendrán mejores resultados, por ello es necesario recurrir a los conocimientos previos para adentrarlos al aprendizaje significativo.

Todo esto no se produce de forma lineal, si no con retroceso y con nuevos inicios del proceso; esto explica por qué es impensable concebir la enseñanza como el tratamiento definitivo de temas que no se volverán a tocar más en el programa. Todo modelo de enseñanza debe constar de las tres fases: pre activa, interactiva y post activa.

En la fase pre activa hay que idear, planificar y organizar la creación de las diferentes relaciones. La primera labor consiste en idear, elaborar las estrategias didácticas, de mediación y de estudio. Así mismo planificar la enseñanza, es decir, distribuir en el tiempo programado las actividades previstas. La fase interactiva tiene seis funciones, la revisión, presentación de nuevas materias, ejercicio dirigido, retroalimentación, corrección, ejercicio autónomo y síntesis periódica.

Por último la fase post activa, ante todo hay que elaborar instrumentos de medida, idear una estrategia para la recolección de información necesaria y así emitir un juicio objetivo sobre la corrección delos aprendizajes obtenidos.

En conclusión lo que plantea el autor nos ayuda a prepararnos para enseñar pues contribuye a formarnos una idea más sistemática e integral de las relaciones entre la enseñanza y el aprendizaje y nos sirve como instrumento para reorientarnos y renovar nuestra actividad profesional.

No basta con que el maestro conozca bien la materia que imparte para que ese conocimiento se arraigue en los alumnos y se desarrolle en los estudiantes. Ni la comunicación ni la explicación de nuestro saber en el salón de clase basta para activar en ellos el proceso de aprendizaje, ni para que haya comprendido o encuentre interés por la materia.

El autor nos brinda numerosas características para superar aquella concepción estrecha y simple de la enseñanza, la cual toma todo su sentido a partir de nuevas formas de relación pedagógica entre el maestro y el alumno. También mismo nos ayuda a enriquecer nuestras planeaciones al conocer, interpretar e implementar las tres fases. Para ser eficaz la enseñanza debe ser de calidad, no debe entenderse como una demostración del saber del profesor, sino como la aportación de las informaciones que los alumnos necesitan para realizar los aprendizajes que impulsarán el desarrollo de las capacidades deseadas.

Ahora bien los esfuerzos en este sentido son impensables hasta que los responsables de la enseñanza no se hagan esta pregunta: “yo explico, pero ellos… ¿aprenden?