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ARANCELES A LA IMPORTACIÓN Y FINANZAS PÚBLICAS

Enviado por   •  13 de Enero de 2018  •  1.401 Palabras (6 Páginas)  •  453 Visitas

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La renegociación de la deuda externa abrió el acceso al mercado internacional de capitales con recursos frescos que no habían estado disponibles en el pasado.

La caída internacional del precio de la plata desde principios de los años de 1870 dio pie a que los regímenes bimetálicos como el mexicano se convirtieran de facto en patrones monometalistas plata.

La depreciación de la plata en los mercados internacionales produjo una devaluación del peso plata en México equivalente a la caída del valor del metal blanco.

Una devaluación continua del peso encareció las importaciones en moneda mexicana, los productores nacionales recibieron una protección adicional a la que se originaba en los aranceles, de esta manera las demandas por protección arancelarias disminuyeron considerablemente.

El crecimiento que experimento la economía mexicana permitió ampliar la base impositiva interna al gobierno de Díaz.

En 1905 la protección derivada del tipo de cambio llego a su fin. Los aranceles recobraron su papel como fuente de protección para los productores internos.

En junio de 1905 la Secretaria de Hacienda modifico 392 fracciones, cerca del 40%del total. Estos cambios, sin embargo no se encaminaron a aumentar los ingresos públicos, sino más bien a brindar protección al grupo de productores internos que había florecido bajo los esfuerzos de industrialización del gobierno porfiriano.

El inicio de la revolución mexicana modifico la política de ingresos que se había consolidado en las últimas décadas del porfiriano.

Mediante un decreto del 31 de julio de 1916, Venustiano Carranza reformo el arancel vigente.

En esta ocasión se refundieron todas modificaciones que había operado desde 1905, además de introducir nuevos cambios a las cuotas arancelarias. Como resultado de este decreto, un total de 632 fracciones arancelarias sufrieron algún tipo de modificaciones, en las que predominan los aumentos en las cuotas arancelarias de bienes de consumo e intermedios.

Las presiones inflacionarias sobre una oferta limitada de alimentos y bienes de consumo masivo se tradujeron en aumento de precios que desemboco en una espiral inflacionaria fuera de control.

Con la intención de aliviar la carestía, Carranza decretó, en forma temporal y en varias ocasiones, exenciones en el pago de aranceles a granos básicos y telas.

Entre 1919 y 1924 se registró una enorme actividad en cuanto a cambios arancelarios que respondieron a demandas de diversos sectores que buscaban reducciones arancelarias para bienes de consumo, o bien, aumentos en las tasas para proteger la manufactura local.

En abril de 1925, La secretaria de Hacienda formalizo el papel de la Comisión de Aranceles como órgano consultor de los cambios arancelarios, encargado de estudiar y proponer un nuevo arancel.

En 1925 se decidió que para dar una dirección integral a los cambios arancelarios era necesario reformar en su conjunto el arancel vigente, en lugar de introducir cambios parciales como se había venido haciendo.

Durante los años siguientes, esta comisión trabajo en un proyecto de arancel que finalmente fue expedido en noviembre de 1929.

En 1923-1926 se eliminó el sesgo fiscal en el diseño de la política arancelaria e introducir reformas que permitieron conciliar los intereses de los distintos sectores de la economía.

El nuevo arancel entro en vigor a partir del 1 de enero de 1930, el cual sustituía a la Ordenanza de Aduanas Marítimas y Fronterizas de 1891.

En el caso de los impuestos a las importaciones, su participación dentro del total de ingresos cambio poco en la década de 1920. Así, entre 1930 y 1929, el porcentaje de los ingresos públicos que provenían de los impuestos a las importaciones fluctuó entre 22 y 26%. Para que este porcentaje creciera, los impuestos a las importaciones, tendrían que haber crecido a tasas muy superiores a la de los ingresos totales.

En el periodo de 1923 y 1929 las tasas de crecimiento promedio de impuestos a las importaciones e ingresos públicos totales son prácticamente la misma. Esto significa que los cambios arancelarios si se tradujeron en mayores ingresos para el sector público, pero no aumentaron la dependencia fiscal sobre esta fuente de ingresos.

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