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También ha ganado prestigio la marca Brunatto Cioccolato, conocida por tener verdaderos artesanos, que dan vida a creaciones en cacao belga. Estas pueden tener rellenos tradicionales o algunos tan exóticos como quesos, especias o hierbas.

El belga Damien Mercier se ha hecho un nombre en el mercado de la chocolatería y ha logrado tener una fiel clientela. Afirma que siente un amor por el chocolate, que define como un producto noble y que esto, junto con un poco de tradición de familia, lo llevó a incorporarse a este negocio hace 18 años.

El chocolate lo elabora en una fábrica que dice tiene "mucha energía", ya que está instalada en el Cajón del Maipo. Su oferta incluye más de cincuenta variedades. Entre las alternativas que destaca están praliné maní, relleno limón de pica, té y flor de jazmín.

Una de las chocolaterías más nuevas y que se ha logrado instalar con un estilo propio es La Fête Chocolat, la cual abrió su primera tienda en el 2006. "La industria de los chocolates premium en el mundo está en constante crecimiento. En Chile recién se está desarrollando y hasta hace algunos años no había una oferta atractiva en el mercado de chocolates de lujo", declara el gerente general de la marca, Jorge McKay.

Líneas de productos orgánicos, de origen (procedentes de Venezuela y Nueva Guinea, entre otros), alternativas sin azúcar, varitas de naranja cubiertas de chocolate, chocolates de leche, bitter y blanco, son algunas de las variedades que han desarrollado.

Pero no se ha centrado en Santiago la elaboración de este tipo de chocolates. En el sur hay una marca que ha logrado posicionar su nombre a nivel nacional: se trata de Entrelagos.

La gerente de marketing y ventas, Francisca Montecinos, explica las razones de la comercialización del producto. "Primero una necesidad del mercado, ya que el consumidor chileno está aprendiendo a degustar el producto y es cada vez más exigente. El chocolate que se vende en el retail y grandes cadenas necesita tener ingredientes que permitan una larga duración y su rotación es menor. Por lo tanto, para todo el público que desea un chocolate más sofisticado, que dura máximo dos semanas, se han ido generando locales tipo boutiques".

En cuanto a las variedades, en sus locales propios tienen una línea de bombones que se llama Edel (noble en alemán), donde cada bombón fue creado por un experto holandés y otro belga. En ella se pueden encontrar alternativas con Mousse y Té Early Grey, por ejemplo. Pero confiesa que su orgullo es la apuesta que están pronto a lanzar: 1850. "Corresponde al año en el que llegan los primeros colonos alemanes al sur de Chile. Una caja 1850 debe ser un pequeño Macondo, donde salgan mariposas volando. Cada bombón tiene el nombre de un colono o algún hecho que haya marcado sus vidas y las recetas también se desarrollaron con esa base histórica".

AUTOR: Selma Astudillo Boggie