EL ESTADO SOCIAL A LA LUZ DE LAS INVESTIGACIONES REGULACIONISTAS RECIENTES

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La redefinición de solidaridad y de las concepciones de justicia social, como así también la generalización de los términos de empleabilidad y de integración por el trabajo constituye rasgos que van en el mismo sentido: el del proyecto de construcción del ESA.

Índices defienden la hipótesis de un cambio de prácticas, nuevas profesiones, etc. La gestión del empleo de los trabajadores de mayor edad forma parte de una política de activación, aunque tenga que combinarse con la herencia de las jubilaciones anticipadas y que ella difiera según los países. Igualmente las agencias locales de empleo tratan de desarrollar empleos de proximidad y de activar a los demandantes de empleo, mientras que otros innovan creando un estatus intermedio entre el contrato de trabajo y el estatus de desempleado.

El ESA constituye más un proyecto en vía de estar puesto a prueba que la forma terminada de una alternativa al Estado de bienestar que ya estaría operando.

¿Una irreversibilidad mayor?

Desde los años 90, las reformas institucionales fueron inevitables, parecía que no había alternativa. ¿Pueden tener la misma configuración el Estado Social Activo y el futuro Sistema de Protección Social?

Los interrogantes surgen sobre la viabilidad de la cobertura social en Europa cuando comienzan a sufrir desequilibrios financieros a partir de la mitad de la década del 70, en particular con el seguro de desempleo, ya que se estanca y se reduce la base de aportes obligatorios y aumenta como nunca antes el desempleo. Encima, desde los 80, comienza a haber una mayor desigualdad en el sistema de reparto ya que los salarios sufren un desaceleramiento debido al estancamiento de la tasa de actividad provocando más problemas financieros.

El Estado de Bienestar debe reajustar la cobertura social a un régimen mucho más moderado e incierto. Debe reducir gastos relacionados con el seguro de desempleo complementando menores periodos de trabajo y el deterioro del ingreso de un desempleado con respecto a un trabajador en actividad. Esto incita a los desempleados a encontrar cualquier trabajo inclusive por un salario menor y una calificación inferior a la obtenida.

Los macroeconomistas más optimistas dicen que Europa crecerá un 2,50% anual, pero tendría que tener un ritmo mucho mayor para asegurar el equilibrio entre ingresos y cobertura social. A esto hay que sumarle que la expectativa de vida va aumentando considerablemente. Europa no está en camino a convertirse en una zona económica competitiva y de tecnología de avanzada además de tener un alto nivel de cobertura social.

Se tiene que tener en cuenta la enorme cantidad de información que transita por el Sistema de Protección Social ya que se podría ahorrar mucho con la racionalización de la Tecnología de Información y Comunicación (TIC) permitiendo datos más transparentes y concretos para ajustar adecuadamente ofertas y demandas de empleo. Alemania, Italia y Francia tienen problemas recurrentes con el financiamiento en el sector de salud y jubilación.

Al haber insatisfacciones en el Estado de Bienestar, justifica el paso al Estado Social Activo para racionalizar la compleja red de prestaciones sociales. Los Estados de Bienestar que supieron adaptarse al estallido del fordismo en los 80, lo han hecho sin la intervención del Estado Social Activo teniendo que sortear problemas como la inserción de los jóvenes al mercado laboral, pobreza infantil, envejecimiento sobre la independencia a través de la creación de varios dispositivos para apalear la situación. Si bien hubo una capacidad de adaptación del Estado de Bienestar, apareció una necesidad de mayor financiamiento aumentando la tensión ya existente en el tema de la cobertura social.

La estratificación de los asalariados genera una considerable amenaza al Estado de Bienestar ya que los mismos estaban más homogeneizados con respecto a su salario de acuerdo a su capacidad y características. Luego de la crisis del fordismo en los 80, los profesionales dotados de características muy apreciadas, definen una tercera categoría provocando un desequilibrio en la recaudación. Podríamos decir que el lema del Estado Social Activo es “Que cada uno se vuelva un empresario de sí mismo”. A diferencia de Estados Unidos, Europa aprecia los servicios correspondientes a la cobertura social. Solo se quejan los empresarios y la mayoría de los economistas.

El Estado Social Activo está conformado por una conjunción entre tres actores, thinks tanks internacionales, gobiernos socialdemócratas, empresas y profesionales.

- Thinks tanks: son grupos de investigadores expertos que tienen por objetivo hacer reflexiones sobre temas de política social, economía, cultura y demás. Son privados, pueden ser nacionales o internacionales.

No es sencillo conocer el impacto de las ideas sobre la gestión de los Sistemas de Protección Social, por eso es importante la existencia de estos referentes internacionales, aunque se dice que no son eficaces si no están acompañados por grupos domésticos que intentan convencer al gobierno y a la opinión publica de su legitimidad

- Gobiernos socialdemócratas: Políticas favorables al trabajo.

- Empresas y profesionales: Piden una presión impositiva liviana y sobre todo más libertad en materia de contrataciones y despidos.

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Otro papel importante en la constitución del ESA es la evolución en el sistema de valores, esto se refiere a que hay una fuerte suba del individualismo en las sociedades ricas lo que nos lleva a introducir una concepción de que cada persona debería ser remunerada en función de sus competencias y méritos.

Por otro lado, en una sociedad que sufre desigualdades es probable que se manifieste una demanda de redistribución de las riquezas.

Workfare y su diferencia con el ESA

Se entiende el workfare como una estrategia que apunta a controlar el presupuesto social con un ajuste hacia la baja general de la cobertura social y a la institución de una serie de incitaciones que hacen sentir la presión sobre los asalariados para aceptar un empleo.

Además, cuentan con el refuerzo del papel de los mercados en un contexto donde las indemnizaciones por desempleo son reducidas y limitadas en el tiempo.

El ESA apunta a mejorar la eficiencia de las políticas de empleo sin implicar necesariamente una reducción drástica de los gastos sociales. Las indemnizaciones por despido son mantenidas a un nivel