Ejercicio sobre impuestos.

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Con esto quiero decir que las medidas no son nada estrictas ni equitativas para todos, como siempre hay preferencias, y como siempre los ricos salen ganando.

En la situación de crisis que estamos sufriendo será difícil dotar de más medios a la inspección. Además, en mi opinión, la solución no está tanto en el aumento de los medios como en la forma de utilizar los que se tienen, que son cuantiosos y muy potentes.

La solución no es poner más obligaciones o amenazar con imponer más sanciones

Por otro lado, no tiene sentido que se insista en unas medidas represoras que, normalmente, van a castigar con más obligaciones fiscales y potenciales sanciones a los que ya cumplen y van a dejar indiferentes a los que incumplen. Una de las cosas que si deberían hacerse es simplificar el impuesto de sociedades, al igual que demás impuestos. Desde mi punto de vista y una de las primeras propuestas sería considerara insuficiente la rebaja del impuesto de sociedades que entró en vigor en Enero. Ha pasado del 30% al 28% y en 2016 se reducirá al 25% aunque con bonificaciones las empresas de menor tamaño pueden llegar a pagar un 20,5%. Pero habría que eliminar todo tipo de deducciones y bonificaciones y establecer una tasa única del 20% para todo el mundo. De esta forma nos alinearíamos con los modelos de Finlandia y Reino Unido y se crearía un marco en el que todas las empresas competirían en igualdad de condiciones. Propongo lo mismo con el IRPF y demás impuestos.

Y otra de las posibles medidas podría ser la de que la AEAT (AGENCIA TRIBUTARIA) haga investigación antes de comprobar, lo que permitirá evitao reducir el tiempo de las actuaciones inspectoras.

Una investigación bien hecha puede desvelar una discrepancia entre lo liquidado por el contribuyente y lo que la AEAT entiende que debía haberse liquidado. Una simple carta enviada al contribuyente informando de esa discrepancia le permitiría a este analizarla y, en su caso, presentar una declaración-liquidación complementaria, evitando la inspección y las sanciones. Este sistema se ha seguido en varios casos, como el de los billetes de 500 euros y el de las cuentas corrientes del Banco HSBC, con extraordinarios resultados positivos para hacienda.

Si aun a pesar de la carta el contribuyente no presentara la declaración complementaria, la AEAT podría iniciar las actuaciones inspectoras, lo que reduciría el tiempo de su desarrollo y el riesgo de que su derecho a liquidar la deuda prescribiera.

La puesta en marcha de las medidas indicadas no necesita medios adicionales, aumentaría la recaudación y reduciría la cantidad de juicios en materia tributaria, reduciendo el trabajo a nuestros tribunales, lo que repercutiría en una mayor justicia tributaria.

Ya lo dijo Einstein: “dar ejemplo no es la principal manera de influir en los demás, es la única”