TICS COMPETITIVIDAD Y EMPRENDEDURISMO

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El reto actual es romper con los viejos paradigmas y las reticencias que impiden que podamos ver más allá de nuestra localidad. Las TICs abren para los negocios nichos comerciales al otro lado del océano: la APEC derriba barreras arancelarias y las TICs posibilitan acortar distancias y alinearnos con sus estándares globales.

La democratización del conocimiento parte de uno mismo

En la era digital quienes no implementen las TICs caerán en la obsolescencia (no es un eufemismo). Es necesario comenzar a relacionar a la ciudadanía con estas herramientas desde su etapa formativa. ¿Debería ser la iniciativa emprendedora un aspecto básico en la curricula educativa? Por supuesto que sí, dado que promueve la innovación y se actualiza constantemente con herramientas como las TICs. Los nativos digitales[4] tienen ahora el poder para dinamizar la economía, mejorar la propuesta comercial y generar valor y bienestar.

El uso masivo de las redes sociales en las nuevas generaciones nos hace vislumbrar el enorme potencial de las TICs en el ámbito de las MIPYMEs: perfeccionando su competitividad con la inteligencia comercial, difundiendo conocimientos tecnológicos para sus cadenas productivas, facilitando la comunicación para cerrar negocios con clientes y proveedores ubicados al otro lado del orbe, simplificando las transacciones comerciales con un click, etc.

Otro aspecto necesario es la infraestructura, donde el gobierno todavía se queda corto. Nos damos cuenta que las TICs no sólo nos acercarían con los de afuera, sino también con los de casa. Tal vez es la revolución tecnológica el camino que brindará igualdad de oportunidades al joven limeño de apellido rebuscado, como a la niña quechua que vive en un caserío de la sierra[5]. En ese sentido, el aporte personal (más allá de los impuestos) va en el sentido de compartir el conocimiento a través de las diversas plataformas digitales que tenemos a nuestro alcance y convertirnos en una comunidad de emprendedores. Los resultados de las investigaciones y la experiencia personal pueden ser invertidos por otros para sus propios emprendimientos. El mercado que nos ofrece la APEC es tan amplio que alcanza y sobra para todos, así que ya no es tiempo de mezquindades, sino de mirar a futuro como país y no como “llaneros solitarios”. Estamos hablando de dejar de ser exportadores primarios para ofrecer al mundo productos con valor agregado, desarrollar marcas propias, descentralizar los polos de desarrollo, llevar bienestar a localidades distintas a Lima o las ciudades costeras.

Dicen por allí que el mayor enemigo de un peruano es otro peruano; rompamos con los viejos paradigmas, aprovechemos las ventajas que nos brinda esta nueva era y capitalicémosla para beneficio de todos y no sólo de algunos.

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