Una contabilidad responsable con el entorno

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Por lo anterior, la T3C se convierte en un agente regulador que instiga a los seres humanos a repensar el gasto que debe hacerse de la materia existente en el ecosistema, ya que “el reconocimiento de los límites de posibilidades de explotación de la naturaleza, modificará los patrones de consumo y la relación hombre-naturaleza” (2012: 54). Por ello, es importante la aplicación de una contabilidad ambiental que tenga un enfoque bio-céntrico (eco-céntrico), como un “reconocimiento a la importancia armónica de todas las formas y manifestaciones de vida (fauna y flora)” (2012: 57).

La importancia de considerar la esfera ambiental recae en que si se cuida al ecosistema, este podrá generar más beneficios a una organización que dependa de ello, de esta manera, se protegerán los ingresos a futuro y aún más importante, se protegerá al planeta; por ejemplo hay una situación que es muy recurrente en la que, una organización contamina un rio cerca de su propiedad y no genera campañas de recuperación de las aguas, esto generará a futuro que no tenga como satisfacer los servicios públicos para el tratamiento de su empresa, y otras consecuencias serán los impactos ambientales en el medio. Pero normalmente no se ha prestado importancia a la inversión en el cuidado del ecosistema porque requiere de una disminución del capital.

En segundo lugar está el ámbito social, que resulta ser de extrema relevancia, pues el capital humano es y será indispensable para el desarrollo económico de una organización. Por lo que, al igual que el medio ambiente, puede verse afectado por las acciones de exagerado consumo, ya que la oferta y la demanda suelen ser agresivas y pueden influir en la salud de los seres humanos; por ejemplo, una empresa que desea incrementar sus ingresos y genera una sobreproducción que contamine el aire, esta luego podrá enfermar a sus trabajadores, por lo que entra en un problema legal y también puede ver afectada la producción que depende de la función de sus empleados.

Este efecto recurrente y nocivo puede deberse a que “parece que solo interesa el gran beneficio (big business), el éxito de las grandes empresas casi a cualquier precio, y no se potencia la creación y mantenimiento de una economía real asentada en el territorio y favorecedora de las relaciones sociales y humanas” (Alemán, 2013: 145). Por lo que es necesario repensar en una política de bioética donde el ser humano conviva en armonía con su entorno para generar sostenibilidad contable a futuro. Porque aunque las leyes suelen considerar la importancia de la preservación de la salud y de las personas, la realidad ha sido otra, ya que:

El modelo de la sociedad postmoderna, el capitalismo de consumo, se constituye como un orden lúdico e irónico, […] una serie de dispositivos sociológicos, simbólicos, y psicológicos asociados al acto de compra, han favorecido que estas formas comercia-les se incrusten rápidamente en nuestros modos y estilos de vida. El triunfo social mundial de los grandes centros comerciales es precisamente el de condensar en un espacio y un tiempo reducido, una enorme cantidad de símbolos culturales, muchas veces contradictorios (ocio, gasto, sensación de ahorro, de libertad y seguridad, etc.) pero que atraen las prácticas de los consumidores, creando el contexto de su normalidad social (Alonso, 2005: 234).

Por lo anterior, es importante tener muy presente al capital humano, además debe dejarse de lado ese deseo de mostrar solamente los resultados y avances positivos de los ingresos, para dar paso también a mostrar los efectos secundarios del progreso; con el fin de reflexionar sobre los resultados en su totalidad.

Otra problemática que afecta al ámbito social, es que muchos riesgos se sufren, dependiendo del estatus socio-económico; este factor dinero ha influenciado a generar una sociedad de riesgo, donde no importan los peligros (contaminación, accidentes, coacciones…) que puedan crearse, si se genera un incremento en los ingresos de una organización. Pero, si por el contrario, se tiene en cuenta una contabilidad social, los grupos humanos podrán tener una vida digna y desarrollar también una mecánica de producción más responsable.

Para continuar, el contexto colombiano se enfrenta a una situación compleja, ya que aunque hay leyes reguladoras de las esferas ambientales y sociales, suelen ir guiadas a que el hombre sea la “medida de todas las cosas, la flora y la fauna no merecen respeto por sí mismas, sino en función de su utilidad para el hombre” (Mejía, et al. 2012: 58). Para lo cual, en la Constitución Política hay dos artículos fundamentales; el primero dice:

Art. 63: “Los bienes de uso público, los parques naturales, las tierras comunales de grupos étnicos, las tierras de resguardo, el patrimonio arqueológico de la Nación y los demás bienes que determine la ley, son inalienables, son imprescriptibles e inembargables” (Constitución, 1991)

Sin embargo no parece cumplirse, pues una noticia publicada por La W en el 2016 dejó en evidencia que la empresa AngloGold Ashanti, conocida mundialmente por la minería de oro, ha sido investigada por la Fiscalía de Colombia debido a la posible aplicación de minería ilegal. Dentro de estos actos fraudulentos, está la presencia de la empresa en un resguardo indígena de los emberakatios en Chocó; también están otros intentos de explotar tierras protegidas por el medioambiente; sin embargo la AngloGold, a pesar de estas denuncias, sigue en tierras colombianas con otros contratos legales. Esto muestra una necesidad latente de implementar la T3C con el fin de que las organizaciones tomen en cuenta no solo a la economía, sino al medio ambiente y a la sociedad, para evitar posibles repercusiones.

Y el segundo artículo de la Constitución Política de 1991 es el No. 360 que dice lo siguiente: “La explotación de un recurso natural no renovable causará, a favor del Estado, una contraprestación económica a título de regalía… la ley determinará las condiciones para la explotación de los recursos naturales no renovables”. Pero este artículo en sí mismo es conflictivo, ya que un legislador tiene poder para influir sobre la explotación de un territorio y no importará si está protegido; de esta manera, las riquezas nacionales disminuyen fácilmente y solo se beneficia la esfera económica, mientras que el ecosistema y los grupos sociales cada vez se ven más afectados.

Entonces para concluir, es importante promover la Teoría Tridimensional de la Contabilidad, ya que esta es un aporte significativo a las nuevas dinámicas de contabilidad, pues la riqueza ahora es valorada también sobre la implicación ambiental y social; lo que generaría nuevas