Alienación y enajenación del ente artístico
Enviado por Priscilla Serpa Vilela • 9 de Octubre de 2018 • Ensayo • 970 Palabras (4 Páginas) • 491 Visitas
Alienación y enajenación del ente artístico
Es muy sabido que el ser humano ha evolucionado en muchos aspectos, ha perfeccionado muchas técnicas, intelectuales y motoras, en conjunto, su talento. El hombre ha hecho innumerables obras artísticas dotadas de belleza, claro ejemplo de ello son las pinturas de Da Vinci y Miguel Ángel o los libros de Austen y las Brontë, entre otros. Desde los inicios de la humanidad, el hombre ha buscado superar sus propios límites, agudizar sus facultades y dominar su medio.
Sin embargo, el capitalismo es un sistema económico que solo avala la perpetuación del proceso evolutivo si lo producido genera riqueza, en términos económicos, si su oferta tiene una buena demanda. El trabajo artístico de una persona frente al capitalismo es únicamente trabajo productivo, por ende, la obra artística es vista como un producto comercial hecho para el mercado sin importar su valor estético. De la misma forma, el trabajo intelectual solo es productivo si se pone al servicio de algún empleador, si tu producción es intangible, entonces solo tendrá valor si se ofrece y su unidad de medida será el dinero que se reciba a cambio.
El artista y el obrero (sin ánimos de desdeñar) tienen la misma función ante un empresario, ambos son convertidos en máquinas productoras y deben tener las mínimas comodidades, cualquier necesidad que supere aunque sea mínimamente lo básico se convierte en una banalidad. El empleado renuncia a su vida buscando desesperadamente aumentar su capital mediante el ahorro, el sistema coacciona al trabajador a reprimirse lo máximo posible para ‘enriquecerse’, aunque esto signifique asemejarse casi a un animal al solo satisfacer necesidades básicas de consumo.
Un término esbozado en este texto que llamó mi atención es alienación, desde luego, no estamos hablando del apego a las costumbres foráneas, sino de la maquinización del trabajador al hacer de su labor algo ajeno a él, el trabajo que realiza no le pertenece, por ello no se siente a gusto realizándolo, su felicidad se muestra cuando no está en ello, está prohibido de practicar actividades al aire libre ya que ello no es un medio de producción. Este solo se siente libre realizando las actividades básicas a las que se limita, descuidando su humanidad para obtener bienes materiales y su forma de distinguirse del animal es que mientras este y su trabajo son uno solo, el trabajo del ser humano es objeto de su voluntad y de su conciencia. De esta manera, podemos ver como Marx y Engels afirman radicalmente la unidad dialéctica entre hombre y naturaleza que se expresa en la relación doble que se desarrolla en la historia, en la cual la naturaleza crea al hombre como un ente natural capaz no sólo de modificarla según sus objetivos inmediatos sino también de someter su actividad de transformación de la naturaleza a un plan previamente establecido en su cabeza y bajo leyes estéticas.
Secundando la idea anterior, se deduce que el hombre se separa de los otros animales precisamente en el momento en que empieza a producir y reproducir sus condiciones de vida, en que desarrolla las potencias no sólo de su propio organismo sino también de los instrumentos que él crea para ampliar la potencia de sus manos y sus brazos. Ese dominio progresivo sobre los medios del trabajo va liberando al hombre de las limitaciones que le imponía la naturaleza exterior con la cual se sentía orgánicamente identificado y va elaborando un nuevo modo de relación con ella al irse apropiando de sus características menos aparentes para someterla a su voluntad que se va clasificando en fines, objetivos y necesidades cada vez más definidas.
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