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Crísis política en Chile: Una mirada desde Antonio Gramsci

Enviado por   •  6 de Septiembre de 2018  •  2.430 Palabras (10 Páginas)  •  419 Visitas

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De esta manera la legitimidad del orden establecido estaba articulada por el respeto de las instituciones (partidos políticos, iglesia, etc) y el prestigio del mundo privado, que entregaba las únicas pautas a seguir. En efecto, si nos limitamos al tema de la educación, podemos ver que aquella es concebida como la ganancia privada (a largo plazo) de un sujeto que accede a un “bien de consumo” (palabras del ex presidente Piñera) y no como un derecho garantizado por el Estado. Este último se limita a ser un agente fiscalizador de la “idoneidad del producto”.

La hegemonía neoliberal marcada fuertemente desde los primeros gobiernos de la Concertación pretendía generar un consenso en cuanto a que la responsabilidad educativa residía en las familias de acuerdo a las ofertas del mercado. Sin embargo, con la irrupción del movimiento estudiantil del 2011, esta concepción cambió radicalmente.

El movimiento estudiantil partió en abril de ese año como un conjunto de petitorios destinados a mejorar el acceso al transporte y la infraestructura de una serie de recintos educacionales. En su fase inicial involucró solo a los secundarios que pasadas las semanas tuvieron el respaldo de los universitarios, quienes a su vez pedían el mejoramiento de becas y créditos. Ante la nula respuesta del gobierno de ese entonces, los estudiantes decidieron radicalizar el movimiento a través de la toma de colegios y universidades. Es interesante constatar que tanto el tipo de demandas como el número de ellas cambió considerablemente, imponiéndose el lema de: “educación pública, gratuita y de calidad”[1]. También es ostensible el respaldo ciudadano lo que influyó en la desaprobación del gobierno.[2]

El mes clave fue agosto, siendo el mes que más personas sumó a las marchas, no sólo estudiantes, sino a familias, trabajadores y todos aquellos que percibían en este conflicto un tema nacional. Se construía con ello una transversalidad de criterios comunes: era el interés de lo “público” lo que estaba en juego, ni los partidos políticos ni menos el mercado daban las respuestas que la ciudadanía pedía, la hegemonía neoliberal evidenciaba sus fisuras.

Defensa y legitimación del patrimonio de recursos y el bienestar integral

El neo liberalismo llevó a Chile a una concepción de progreso más bien técnico, pragmático, burócrata racionalista, de búsqueda desenfadada de rentabilidad, del crecimiento económico como fin absoluto, del monopolio comunicacional más abrumador de los últimos tiempos, donde se conjugan la propiedad de los medios de comunicación por parte del gran capital y el avance de las tecnologías de la información. La meta de un progreso humano, sostenible e integral ha quedado postergada. Individualismo, consumismo, temor por lo hecho por la dictadura, deslegitimación de las teorías marxistas o distorsión de ellas, nos llevaron a una perdida más que relativa de la capacidad de negociar nuestras vidas y mostraban una hegemonía abrumadora del capital en la sociedad, por lo menos hasta el año 2006. Por lo tanto, el concepto de hegemonía de clases Gramsci y la necesidad de articular un bloque histórico nacional, cultural y popular -que defienda lo patrimonial y sobretodo los recursos y bienes inherentes de una nación- en términos de desarrollar una guerra de posiciones contra hegemónica, dada la complejidad de la formación actual, cobra plena vigencia.

La formación de la subjetividad popular se articula en un conjunto de demandas, lo democrático plural, que conforma por lo tanto el hecho consumado que son las movilizaciones, como lo señala (Laclau, 2005):

“Todos los componentes están allí: el fracaso de un orden puramente conceptual para explicar la unidad de los agentes sociales; la necesidad articular una pluralidad de posiciones o demandas a través de la nominación, dado que ninguna racionalidad a priori lleva a esas demandas a unirse en torno a un centro; y el rol principal del afecto en la cimentación de esa articulación. La consecuencia inevitable: la construcción de un pueblo es la condición sine qua non del funcionamiento democrático. Sin la producción de vacuidad no hay pueblo, no hay populismo, pero tampoco hay democracia.”

(Laclau, 2005: 213).

Sin la formación de un pueblo, tal como Laclau define esta categoría, no sería posible abordar el tema de lo democrático y, por lo tanto, de lo político en su relación con el devenir social, y ya no únicamente como concepto partidario institucionalizado o como administración pública, sino también desde las instancias de la sociedad civil, sus demandas y movimientos. Laclau se refiere a la relación entre la política y la construcción de la subjetividad popular como elementos ligados intrínsecamente, y lo expresa del siguiente modo:

“la unificación de estas diversas demandas –cuya equivalencia, hasta ese punto, no había ido más allá de un vago sentimiento de solidaridad- en un sistema estable de significación” (Laclau, 2005: 99).

Su formulación del concepto de “populismo” no solamente es un intento por incluir la formación del pueblo como un elemento político, sino la audaz propuesta de que no hay política posible sin la formación del pueblo.

Los problemas ambientales conciernen a las ciencias exactas, naturales y sociales. Pero al mismo tiempo son problemas que involucran decisiones políticas, a veces controvertidas y por lo mismo muy difíciles de resolver. De ahí que por más que se busque enfocar estos problemas desde una óptica científica, y desde varias y distintas ciencias, siempre hará falta un prisma y un enfoque político. Ahora bien, el objetivo central de la política ambiental es lograr un desarrollo sustentable, más aún, ecológica y económicamente sustentable. La conservación de los ecosistemas y de la diversidad biológica, así como la mantención de la capacidad económica de producir bienes y servicios para las actuales y futuras generaciones, son requerimientos que hoy día se les exige a las políticas de desarrollo.

El Patrimonio Natural de Chile

Son áreas generalmente extensas donde existen ambientes representativos de la diversidad biológica natural del país , no alterada significativamente por la acción del hombre.

Como una forma de conservar y proteger la biodiversidad de Chile, variedad de especies animales y vegetales, se creó la Corporación Nacional Forestal (CONAF).

El patrimonio natural está formado por: Parques Nacionales, Monumentos Naturales, Reservas Nacionales, Reservas de la Biosfera.

“Las

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