El Cuerpo que somos. De lo Intimo a lo Historicosocial

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Para la noche del 17 de junio de 2015, Dylann ya estaba más que decidido a que ese era el día perfecto, un miercoles común y corriente como cualquier otro, los “fieles negros”, como Dylann los llamaba, iban a estudiar la biblia, como cualquier otro miércoles, eso es lo que Dylann quería, normal, todo normal, tranquilo, como se mata a un animal.

Dylann sale de su casa con la pistola que le regalo su papa en el bolsillo sin prisas, saboreando la excitación, la adrenalina, guardando en su memoria cada momento. En lo que llega a la iglesia entra con mucha calma, haciendo creer a los presentes que es solo un indefenso chico que va a estudiar la biblia, justo como Dylann esperaba que fuera. En la iglesia había doce personas entre hombres y mujeres, adultos y jóvenes, también estaba presente el pastor.

Dando pasos decididos, Dylann se dirige al grupo de los “fieles negros” y saca la pistola del bolsillo, moviéndose rápido lanza el primer tiro al pastor, quien cae al piso con expresión de sorpresa y dolor, cosa que llevó a Dylann a un nivel de emoción que creyó nunca sentir. Cegado por esa emoción y por los gritos que se oyeron a continuación, Dylann comenzó a disparar a todos los presentes sin verles las caras, no eran merecedores de darles importancia, a Dylann no le importaba quienes eras, que hacían, o si siquiera tuviesen familias. Lo único importante era el color de su piel y que no merecían vivir.

Cuando a Dylann se le acaban las balas es que se da cuenta que ya todos, en ese espantoso lugar oloroso a sangre, estaban muertos. Lleno de asco, Dylann sale de la iglesia y se dirige a su casa, donde se acuesta a dormir, reviviendo lo anterior ocurrido una y otra vez en su cabeza, como un dulce sueño.

Karla Flores

11-08320