IDENTIDAD Y RECONOCIMIENTO DE CHARLES TAYLOR

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Para que un pueblo funcione legítimamente, los miembros deben escucharse mutuamente, por esto, un Estado democrático debe tener una fuerte identidad colectiva para mantenerse cohesionado.

Anteriormente, en las sociedades pre-modernas de Europa por ejemplo, se presentaba sociedades jerárquicas como la nobleza y la burguesía, donde las necesidades no los convertirían en iguales, por el contrario, tenían mayor dignidad unos que otros, para ellos se trataba de “honor” (exigir preferencias y distinciones).

La dignidad es entonces un término muy utilizado en la modernidad, un estatuto del que en principio disfrutamos todos los seres humanos, o por lo menos así debería serlo.

Pero estos aspectos de jerarquías no han desaparecido, pues estamos en una sociedad llena de rangos donde las posiciones sociales se ven muy marcadas, limitando la esfera del reconocimiento de identidad individual; primero por los juicios de los otros y segundo por quienes están cualificados para juzgarme o no.

Sin embargo, en la era de la dignidad igualitaria estos límites se quiebran pues el discurso de identidad debe ser asumido y ligado con el reconocimiento, como algo que se busca pero que puede faltar, pues se piensa que las practicas o pautas mismas no son adoptadas por los demás. Este drama de reconocimiento, no solo se presenta individual, sino también grupalmente.

Por lo anterior, las naciones modernas deben construir una identidad común, incluyendo a todos los individuos y no seleccionando por rango o posiciones sociales. El espacio público internacional también constituye un terreno de identidades de naciones que debe mantenerse, las políticas de la identidad llegan a todos los rincones del mundo, dando un reconocimiento a ese espacio, (bien sea rechazado o aceptado por la sociedad), como el caso de movimientos islámicos en contra de Occidente.

Es así, como los términos de pre-modernidad, modernidad, identidad colectiva e individual, horizonte moral, espacio público, Estado-Nación, reconocimiento, dignidad y pueblo se ven interrelacionadas en el desarrollo de nuestra civilización moderna.

¿Cómo se podría consolidar una identidad colectiva mundial donde se articule las diversas culturas políticas existentes? practicando así la inclusión y participación.

¿Sería el sistema democrático la mejor opción para consolidar una identidad política mundial?

Estoy de acuerdo con lo que plantea el autor, sobre la importancia que tiene la consolidación de una identidad colectiva que integre los diversos factores religiosos, culturales, políticos y económicos existentes, que a su vez permita la autonomía en la construcción de la identidad personal sin restarse importancia una de la otra y así bajo el trabajo comunitario buscaremos la articulación del orden local, regional, nacional y el internacional.

No tengo nada en contra porque las ideas plantadas por el autor son acertadas en el sentido de la importancia que debe tener la construcción de una identidad colectiva y de cómo retoma la postura de Erikson sobre la identidad personal, pero sobre lo que dijo el autor no me quedo claro, el tipo de enfoque en que se basa su teoría que tiene frente su propuesta es decir: un enfoque humanista, social, cultural, económico.