Karl Marx: la educación como ideología
Enviado por Ledesma • 14 de Diciembre de 2018 • 5.683 Palabras (23 Páginas) • 755 Visitas
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La médula de la Educación marxista es la formación de los individuos así como una cosmovisión científica, la fidelidad abnegada a la causa del partido y a los ideales comunistas, al amor a la patria socialista y el internacionalismo proletario . El conocimiento de la teoría marxista leninista permite al hombre comprender la perspectiva histórica y el desarrollo socioeconómico y político de la sociedad, ayuda a orientarse en los acontecimientos internacionales y de sostener una intransigente lucha contra la ideología burguesa.
Una importantísima parte integrante de la educación y el marxismo es la educación en el trabajo, la inculcación de una actitud nueva. La principal célula de la educación laboral es el colectivo laboral. En ella se forman las cualidades morales fundamentales de los socialistas. Como ha señalado la Ex Rusia Socialista, las colectividades de los trabajadores despliegan la emulación socialista, contribuyen a difundir los métodos avanzados de trabajo y a fortalecer la disciplina laboral; educan a sus miembros en el espíritu de la moral comunista y se preocupan por elevar su grado de conciencia política su nivel cultural y su calificación profesional.
Una parte integrante de la Educación marxista es la educación moral.
La principal tarea de la educación moral consiste en formar una posición activa del individuo en la vida, la actitud consciente hacia el deber social, el afán y la capacidad de contribuir a que las normas morales del socialismo pasen a ser normas de conducta cotidiana de las masas y de luchar contra las supervivencias del pasado y contra la influencia de la moral en el régimen burgués; incluye también la educación y autoeducación estética y física.
En su labor de educar a la gente en el espíritu de conciencia comunista, disposición , voluntad y capacidad de construir el comunismo, el partido se vale de un rico arsenal de formas y medios. Desempeñan importante papel en la educación marxista el arte y la literatura, los medios de información social (prensa, cine, televisión, radio etc.) y las diversas formas de propaganda oral llevan a cabo las instituciones cultural-educativas, las organizaciones sociales, etc.
Marx propone la abolición de la sobre-explotacion infantil en las fabricas; se propone que cada niño, a la edad de 9 años, tiene que convertirse en un obrero productivo que trabaje con el cerebro como con las manos, propone la enseñanza como método para no solo intensificar la producción social, sino como para alcanzar el desarrollo pleno de hombre, la educación debía ser publica, gratuita, laica e igualitaria para todas las personas. Esta educación debe abarcar tres ámbitos para instruir al alumno en los procesos generales de producción divididos en tres fases educativas:
- Educacion Intelectual 9-12 años (2 horas de trabajo)
- Educacion física-militar 13-15 años (4 horas de trabajo)
- Educacion politécnica 16-17 años (6 horas de trabajo)
El control de la escuela debe ser de carácter estatal, y para ello debe establecer Consejos Escolares para la gestión y control de la enseñanza y eliminar toda injerencia de la iglesia. Su concepción dialéctica lo lleva a situar la lucha de clases, al propio tiempo en un doble frente: el pedagógico/escolar y el político/social. Su posición no da lugar a dudas: ni la escuela es la condición de la transformación social ni existe imposibilidad del cambio educacional en tanto no exista la transformación social.
La educación Marxista va principalmente dirigida hacia los obreros y su relación con la sociedad y su trabajo, en los cuales nadie debería ser sobreexplotado ni ser limitado.
Anton Makarenko fue el principal precursor de la educación socialista, la cual se basó en las ideas de Marx y Engels.
En 1920 recibe una propuesta para dirigir una colonia de delincuentes juveniles. Acepto este reto y marcó para siempre su vida pedagógica. La colonia Gorki estaba organizada en destacamentos. Estos estaban formados por diez o doce colonos y eran de dos tipos, permanentes o mixtos. En la colonia los educando dividían la educación en dos tipos de trabajo: el trabajo escolar y el trabajo productivo, además del cargo de los servicios de la colonia. Makarenko defiende que en el aula debe impartirse al mismo tiempo y en el mismo lugar la educación para la teoría y la práctica. Tambien defiende la figura unipersonal y exclusiva del director en la colectividad siendo este la persona de mayor autoridad.
La vida ética comienza con la familia, una esfera de unión en la que cada uno de los miembros se preocupa inmediatamente por el bienestar de los otros y no está atado externamente por calculados lazos de provecho. La suerte o la desgracia de un miembro de la familia es experimentada como tal por todos los demás. En contraposición a la familia está la sociedad civil, colección de individuos autónomos liberados de la tutela familiar, que les prepara para entablar una competencia y una cooperación a nivel económico. Predominan la independencia y la separación, y la asociación depende de un contrato insensible. Pero la sociedad civil está subordinada al Estado, es decir no sólo a las instituciones políticas sino a toda la comunidad nacional, que respalda la independencia existente en la vida económica pero la complementa proporcionando una identidad y una cultura colectivas, sin las cuales es imposible cualquier economía, ya que como mínimo se necesita un lenguaje común en el que se expresan los acuerdos contractuales. La familia presenta una unidad indiferenciada, la sociedad civil diferenciación y desunión, y el Estado una unidad diferenciada.
Este ritmo del conjunto primitivo —fragmentación y reunificación— se impone con fuerza en el pensamiento occidental. No sólo resuena en Hegel y, como veremos, en Marx, sino también en buena parte de la doctrina religiosa, en la tríada cristiana de la inocencia, la caída y la redención, en la concepción del amor de Aristófanes, en el Banquete de Platón, en algunas narraciones psicoanalíticas de la génesis de la persona, y —felizmente para la filosofía de la historia alemana— en las Cartas sobre la educación estética del hombre de Schiller.
Karl Marx perteneció a una generación de jóvenes intelectuales alemanes que se sintieron atraídos por la visión histórica y filosófica de Hegel. La abandonó en el curso de la década de 1840, cuando contaba veintitantos años. Su paso al hegelianismo y de éste al marxismo no será descrito aquí, donde nos contentaremos con cotejar
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