ORIENTACIÓN Y TUTORÍA.

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Esta labor debe llevarse a cabo simultáneamente con la labor docente y por lo tanto podemos considerar a todo maestro como un tutor. Además, esta función debe llevarse a cabo teniendo en cuenta todos los ámbitos que forman parte del contexto que rodea el proceso educativo del alumno: el propio alumno, la familia y el resto de profesionales que se ocupan de su educación.

- El perfil del maestro tutor. (cae de una forma u otra en el examen)

Lo ideal sería que todos los maestros fuesen también tutores pero es necesario nombrar a un maestro tutor por cada grupo teniendo en cuenta la legislación y una serie de cualidades o características que deben ser propias del perfil del maestro tutor. Según el ROC (Reglamento Orgánico de los centros de Infantil y Primaria) la labor tutorial se llevará a cabo por aquel maestro que pase más horas lectivas con ese grupo de alumnos.

En cuanto a las cualidades del maestro tutor destacaremos:

Madurez y estabilidad emocional. Una persona con cambios afectivos inesperados no puede llevar a cabo su función de forma adecuada.

Ser capaz de adoptar una actitud de empatía. Hay dos tipos: cognitiva (ponerse en el lugar de la otra persona y ver el mundo como la otra persona lo ve. Por ejemplo, en los debates: aunque no esté de acuerdo con lo que el otro dice es capaz de ponerse en su lugar). Esta es útil para mediar un conflicto por ejemplo, esa persona será capaz de ver los dos puntos de vista y llevar a cabo una acción más justa. Y emocional (capacidad de sentir las emociones que el otro está sintiendo: (p.e: una persona que llora cuando ve una película). Es útil para entender las inquietudes de los alumnos y los padres.

Ser mediador entre conflictos: entre alumnos, familias, otros profesores…Cada alumno tiene una personalidad distinta y el maestro a veces tiene que mediar entre ellos.

Poseer la capacidad de comunicarse: para realizar el intercambio de información e intervenir eficazmente en los tres ámbitos: alumnos, padres y otros profesores. La comunicación será bidireccional: no se puede ser emisor no receptor: escuchará y a la vez comprenderá.

Contar con una actitud positiva hacia los alumnos: para favorecer el autoconcepto y la seguridad en el proceso de enseñanza-aprendizaje. A estas edades los niños tienen una autoestima muy frágil, un autoconcepto no muy desarrollado y ante una actitud negativa esto puede repercutir en ambos.

Poseer una adecuada formación psicopedagógica: favorecer y facilitar las metas educativas establecidas mediante un aprendizaje significativo. Conocer teorías y ponerlas en práctica.

Conocer el currículo de la etapa que imparte.

Junto con estas cualidades el maestro tutor debe desempeñar unas funciones marcadas por la legislación (ROC) que son clave para que la acción tutorial sea lo más eficaz posible.

Llevar a cabo el plan de acción. Tanto el diseño del plan de acción como su puesta en práctica exigen la colaboración de todos los miembros de la comunidad educativa pero es responsabilidad del tutor llevarla a cabo. Es el máximo responsable.

Coordinar el proceso de evaluación de los alumnos. El alumno promociona de curso o no.

Atender a las dificultades de aprendizaje mediante adaptaciones curriculares, evaluaciones, tutorías…

Facilitar la integración de los alumnos.

Orientación y asesoramiento educativo.

Colaborar con el EOEP (Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica)

Encauzar los problemas e inquietudes de los alumnos.

Informar a alumnos, familia y profesores de lo concerniente a la actividad docente y rendimiento académico.

Facilitar la cooperación entre maestros y familias.

Atender y cuidar a los alumnos durante actividades no lectivas: recreo, actividades extraescolares…

Estas funciones contemplan los tres ámbitos esenciales que debe abarcar toda acción tutorial. El ROC solo contempla las funciones que debe desempeñar el maestro tutor en la etapa de primaria pero sin embargo, son perfectamente aplicables a la etapa de infantil.

Una vez que hemos hablado de las cualidades y funciones del maestro tutor es necesario profundizar en las competencias que serán las protagonistas de la eficacia del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Una competencia es la habilidad que permite la ejecución correcta de una tarea; por lo tanto podría ser tanto la posesión de ciertos conocimientos como la práctica en la resolución de tareas.

Las tres partes de una competencia son:

Conocimiento (saber)

Procedimientos (saber hacer)

Actitudes (saber estar).

Estas tres partes deben complementarse para formar el concepto de competencia de tal forma que el maestro sea capaz de aplicar de forma adecuada los conocimientos adquiridos anteriormente como respuesta a la necesidad partir de una actitud de compromiso profesional de la misma. Además, estas competencias deben ser adquiridas tanto por el maestro como por el alumno.

Las competencias educativas se pueden dividir en personales y profesionales.

Las competencias personales son importantes para la relación con sus alumnos, sus familias y el resto del personal docente y no docente. La buena relación con cada uno de ellos asegura una mayor cooperación y coordinación de los agentes en el proceso educativo.

Las competencias profesionales, propias de la acción tutorial, dependen de cada momento educativo. Una persona competente en lo profesional debe ser competente en lo personal.

Competencias personales: constituyen la forma de ser de cada persona. Las que la persona ha ido construyendo en base a su experiencia. Son inherentes a la persona.

- Competencias comunicativas. Favorecen las relaciones interpersonales.

- Competencias afectivas. Esenciales para el desarrollo emocional de los alumnos.

- Competencias relacionales. Propias de la capacidad de empatía y de respeto hacia las personas. Son la base