Pensamientos sobre filosofía y educación.
Enviado por Rimma • 24 de Marzo de 2018 • 1.587 Palabras (7 Páginas) • 372 Visitas
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Entonces ¿cuál cosmovisión es la correcta? Todas las cosmovisiones, lamentablemente, tienen falencias, porque no existen explicaciones para todo. Por eso, la propuesta es “dar un paso atrás”, “Ver el telón de fondo de la película”, para darnos cuenta de que algunas cosas no son como creíamos. Esta acción es la metaperspectiva, lo más objetiva posible para poder ver más allá de nuestro punto de vista. Esto nos produce otro interrogante: Si todas las cosmovisiones tienen falencias, puntos ciego, ¿da lo mismo que se utilice cualquiera de ellas a la hora de educar?
Ventajas de la cosmovisión cristiana.
Debe haber algo en la cosmovisión cristiana para que sea elegida por tantas personas. ¿Cuál es la ventaja de usarla en la educación? Si ninguna cosmovisión tiene un punto de partida concreto, parecería que fuera igual que las otras. Los alumnos saldrían con la misma formación que cualquier otra escuela. El elemento predictivo de la Biblia nos provee de seguridad. Si se cumplió todo lo que está escrito, ¿por qué no confiar en ella como una herramienta para la educación? No existe elemento tan certero como el cumplimiento de las profecías bíblicas en otras cosmovisiones. Pero, ¿por qué? y ¿qué es lo que la hace diferente? Para ello debemos transportarnos en el tiempo, a la época de los egipcios y babilonios, en un mundo en el que reinaba el politeísmo y la idolatría. Pero así como cada regla tiene excepciones, y existen disonancias en los acordes de ciertas obras, había un pueblo que parecía ir en contramano. ¿De dónde habían recibido todas esas ordenanzas? ¿De dónde había nacido su cultura? Por más investigaciones que se hicieron, no pudo encontrarse rastro de influencia de otras culturas que hubieran influido. Evidentemente, algo mucho más grande estaba relacionado. Muchos querrán buscar alguna explicación para eso, pero fue Dios quien encaminó la cultura de ese pueblo, aunque se haya desviado de él. Esa certeza de que Dios inspiró la Biblia y guió a su pueblo, es ventajosa al elegir una cosmovisión para educar, aunque sea la única nota discordante del resto de la sinfonía del mundo.
La cosmovisión cristiana tiene una forma diferente de ver al ser a educar. Ya no es una división de alma y cuerpo, es un hijo de Dios, un ser integral. Si educamos de esta forma, la educación será más completa y beneficiosa para el alumno. (Aunque Platón diga lo contrario). Si partimos de la presuposición (dentro de la cosmovisión cristiana) de que el hombre fue creado a la imagen de Dios, y que un día, por la caída se apartó de él, podemos afirmar que el propósito de la educación (no solo la que es impartida en el aula) es restaurar en él la imagen divina. Y es el mayor propósito al que un docente puede apuntar, a pesar de que la educación que ofrezcamos sean simples anotaciones, podemos estar seguros de que hay una base sustentadora confiable, que es la palabra de Dios. Hay muchos “Leonards” en las aulas esperando nuestra ayuda.
Mi reacción personal: La lectura de todos estos materiales me hizo abrir los ojos, y reflexionar en la poca importancia que a veces le damos a la educación y que en un futuro, podemos estar entrando a un aula mirando a decenas de mentes con visiones fragmentadas del mundo que es nuestra responsabilidad ordenar. Si no elegimos una cosmovisión adecuada, o no somos capaces de ordenar las anotaciones, fotografías y tatuajes que esos “Leonards” tienen, podemos afectarlos en todas sus áreas. La tarea del educador no solamente debe ser repetir lo que dicen los libros, las planificaciones, y otros docentes. Por sí mismo debería investigar, seguir buscando explicaciones a esas presuposiciones en la Palabra de Dios, que es la fuente de la sabiduría, y de esta manera ayudar a restaurar la imagen de Dios, el “tatuaje” perfecto que cada Leonard debería tener en su mente.
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