Posmodernidad, después de la modernidad
Enviado por Rebecca • 9 de Noviembre de 2018 • 1.742 Palabras (7 Páginas) • 446 Visitas
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“Nada es verdad todo esta permitido” esta frase sintetiza perfectamente la epistemología posmoderna. En 1979 el filosofo Jean François Lyotard escribió “La condición postmoderna” en que afirmaba que todas las culturas modernas o primitivas utilizan narrativas para dotarse a si mismas de significado, la narrativa predominante en occidente es la ilustrada según la cual nuestra cultura trae progreso al mundo mediante la ciencia y la democracia con la herida de la guerra, la cultura occidental fue cuestionada radicalmente por los movimientos contraculturales de los años 50´s, 60´s y 70´s. Las guerras de Corea y Vietnam unidas a varios golpes de estado militares en África y América Latina hacían pensar que tal vez la gran democracia de E.U.A. era tan ignorante y autoritaria como las culturas a las que supuestamente buscaba liberar, este cuestionamiento abrió la puerta a muchas teorías alternativas y criticas creando un estallido intelectual y artístico nada desdeñable que se vio manifestado en varias revueltas como el Mayo del 68 en Paris. Así es como la posmodernidad se instalo definitivamente en el pensamiento occidental, el pensamiento posmoderno propone el fin de las grandes narrativas de progreso, el desafío de toda estructura o regla y la eliminación de las jerarquías verticales. Pero entonces llegaron los 80´s con un giro político que aun sufrimos las consecuencias, las diversas victorias de Margaret Thatcher y Ronald Reagan y la debilidad del bloque soviético terminaron por diezmar el discurso de la izquierda política tanto la libertaria como la autoritaria las contraculturas fueron asimiladas por el mercado y el capitalismo logro imponerse como la narrativa dominante que culmino con la caída del muro de Berlín en 1989. El politólogo Francis Fukuyama se hizo famoso cuando proclamo el fin de la historia con la caída de la Unión Soviética, vino a afirmar que la ideología dominante era el capitalismo, que la destrucción de discurso revolucionario había llevado finalmente a una estabilidad política y económica, Fukuyama pensaba que el fin de la guerra fría era el fin del conflicto ideológico.
La posmodernidad puede parecer liberadora a simple vista pero contiene una trampa, la indefinición, la falta de horizontes. El Fascismo y el comunismo Soviético tenían algo que la posmodernidad no reconoce, un sentido etereológico, un final que llegara. El sentido de comunidad se ha desvirtuado a favor de un individualismo radical, el relativismo y la pura subjetividad, puesto que nada es cierto y todo esta permitido depende de nosotros construir nuestra propia visión del mundo, el individualismo no es malo en si mismo al contrario supone reconocer la propia identidad y defender la libertad individual, pero en los tiempos de la posmodernidad es casi imposible definirse, sus ideas relativistas nos dicen que cada persona es un mundo, pero ¿Qué mundo?, es algo que nos animan a descubrir por nosotros mismos y así cada decisión y cada idea forman parte de una pequeña cosmovisión perecedera.
El humano moderno comprende su vida a partir de una narrativa superior que le da sentido y objetivo a su existencia, el humano posmodernos duda de Dios, de la modernidad y de todas las estructuras y reglas. Algunos Gurús del espiritualismo vienen a convencernos de que hay aun un camino, una autorrealización egocéntrica que se manifiesta en frases motivacionales y libros de auto ayudada, la publicidad intenta convertir nuestra identidad en marca y logran que muchos se definan atreves de los productos que consumen, quieren convencernos de que la vida es una carrera que podemos ganar, pero la experiencia de casi todos nosotros es la vida como un vértigo, un precipicio de azar que no tiene significado por mucho que nos empeñemos en lo contrario.
La identidad se vuelve una multiplicidad con ideas y roles sin horizonte definido no se aspira a Dios ni a una utopía, ¿Quiénes somos entonces?, entidades posmodernas, una multiplicidad de identidades sin función teleológica, descreídos de las promesas de todo gran relato. El problema de las grandes narrativas de la religión y del progreso han dejado su marca indeleble en nuestra cultura, todas las promesas de estructura y horizonte han acabado derivando en sistemas totalitarios que han dejado tras de si millones y millones de muertos. La posmodernidad quiere liberarnos del yugo pero por el camino nos ha reducido a individuos pequeños sin fe, sin ideología, sin conciencia de clase, el humano posmoderno esta tan embelesado en el cielo de las multiplicidades que es incapaz de tocar tierra y hacer comunidad, nuestros políticos han dejado de ser gente con visiones y horizontes, han sido sustituidos por meros administradores de impuestos, y lideres nulos, gracias a nuestra pasividad el poder se ha ido desplazando a una elite económica corrupta que carcome como un cáncer nuestras libertades paradójicamente nos encontramos ante una nueva supra estructura cuyas reglas son tan complejas y contradictorias que no logramos entenderlas, los interpretes de la palabra del supremo ya no son los curas sino los economistas en cuyas manos dejamos la interpretación de este caos y nosotros nos sentimos pequeños, indefensos y entregamos voluntariamente nuestra soberanía.
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