ANTHONY GIDDENS,”SOCIOLOGÍA”
Enviado por tomas • 2 de Diciembre de 2018 • 15.336 Palabras (62 Páginas) • 390 Visitas
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El amor se presenta como algo desinteresado en un mundo conflictivo y lleno de desigualdades, el cual se encuentra gobernado por los intereses económicos de grupos minoritarios.
El amor como categoría cultural, de género, de clase, de etnia
El amor como un complejo modelo de pensamiento, emoción y acción, nos conduce a diferenciar dos niveles de la realidad, estos son: el amor como un potencial humano universal y la construcción cultural que en un contexto geográfico, histórico y social determinado se hace del amor o de las emociones.
El amor como capacidad universal sería una forma de interacción y vinculación que comporta la idealización y erotización del otro, y el deseo de intimidad y de durabilidad de la relación. Una interacción que involucra al cuerpo, ya que se compone de sensaciones, percepciones, expresiones, movimientos, gestos, actitudes, sentimientos, miradas, que articulan tiempos pasados y presentes, y hablan de futuro. Una vinculación amorosa adquiere configuraciones concretas y diversas según los contextos geográficos, históricos, culturales.
La erotización está potencialmente presente en cualquier vínculo afectivo, relaciones paterno-materno/filiales o de amistad incluidas.
Un concepto habitual cuando hablamos de amor es el de amor romántico o romanticismo. El romanticismo tiende a enfatizar el amor por delante de otras facetas humanas y subrayar el amor-pasion frente al resto.
La configuración romántica jerarquiza las distintas interacciones amorosas, el amor sexual o de pareja adquiere una importancia elevada en relación a otros tipos de amores (p.ej.: el materno/filial, de amistad) y entra en tensión con los mismos.
Lutz y Abu-Lughod, ofrecen una clasificación de las diferentes aproximaciones científicas a las emociones, diferenciando cuatro estrategias analíticas: esencialización, relativización, historización y contextualización. La esencialización lleva un estudio de las emociones entendidas como estados biopsicológicos, que deja en un plano absolutamente secundario el carácter social y lingüístico de las mismas. Las otras tres estrategias, por el contrario, se centran en la dimensión socio-cultural.
Las emociones son consideradas desordenes corporales, y las mujeres hacen alusión al control y a la gestión de las emociones. La emoción es construida como relativamente caótica, irracional y antisocial, su existencia reivindica autoridad y legitima la necesidad de control.
La autora denomina el Pensamiento Amoroso como una ideología cultural, una forma particular de entender y practicar el amor que surge en la modernidad y va transformándose y reforzándose continuamente. Esta ideología influye directamente en la producción de símbolos, representaciones, normas y leyes, y orienta la conformación de las identidades sociales y genéricas, los procesos de socialización y las acciones individuales, sociales e institucionales. En este modelo emocional hegemónico y concreto, hoy día, tiende a enfatizar el amor por delante, no solo de otras emociones, sino también de otras facetas humanas (p.ej. solidaridad, justicia, libertad) y que se convierte en una forma dominante de representar lo humano.
El amor romántico está estrechamente ligado a la ideología heterosexual, quedando así la relación heterosexual como la relación obligatoria social entre el hombre y la mujer.
Las sociedades norteamericanas y europeas de los siglos XX y XXI producen mujeres y hombres como tipos de personas opuestas, complementarias, jerarquizadas, a través de la repetición de actos y discursos que son incorporados y reproducidos.
Las mujeres son sentimentalizadas, vistas como incompletas y dependientes; mientras que los hombres son percibidos como completos, universales y dependientes.
El ideal amoroso constituye un esquema cultural internalizado por las personas, si no lo hacen experimentaran conflictos y desconciertos.
Lo afectivo y lo romántico es fomentado en las mujeres desde temprana edad mediante un trabajo corporal intenso. Se trataría de un trabajo totalmente físico, practico, que provoca un sentido, una conciencia concreta de sí misma/o y del mundo que te rodea; un mundo que, a la vez, está conformado a partir de dicha modelación física y emocional. Se trata de un proceso absolutamente ritualizado a lo largo de la vida, estos rituales sociales enfatizan la heterosexualidad y, a partir de los mismos, se aprenden técnicas y actitudes que tienen que ver con la presentación de una misma y con la educación de los sentidos, el movimiento y la ocupación del espacio, la comunicación.
La heterosexualidad obligatoria moldea los cuerpos por medio de la suposición de que un cuerpo debe orientarse hacia algunos objetos y no hacia otros.
En el momento del enamoramiento el hombre deja de ser hombre, deja de comportarse como tal, puesto que se vuelve cariñoso, dedicado y emocional.
La enculturación en un modelo terminado de amor tiende a generizar a los humanos, o sea, a convertirlos, clasificarlos y jerarquizarlos en hombres y mujeres. El amor jerarquiza a ricos y pobres, blancos y negros, heterosexuales y homosexuales.
El amor como sostén de un determinado modelo de familia y convivencia
En la mayoría de los relatos de ficción, las mujeres son más pobres, más jóvenes, más débiles, más oscuras de tez que los hombres. Es decir, se las percibe como inferiores y dignas de protección.
Este romanticismo, no afecta solo a la literatura o a los relatos de ficción, sino a toda la cultura en su conjunto. La búsqueda de la felicidad, a través del amor, incluso ha sustituido, parcialmente, al sentimiento religioso.
ZIGMUNT B. – “PENSANDO SOCIOLÓGICAMENTE”
El hombre realiza diversas clasificaciones, las cuales existen por el accionar humano. En estas clasificaciones se da a conocer que cada área de conocimiento se formula distintas preguntas que marcan una diferencia de otras áreas. Por ej.: La economía estudia al mercado, la ley de oferta y demanda, la administración de recursos, etc. También observamos que de las ciencias políticas se desprenden conceptos como poder, dominación, Estado, autoridad, etc.
Todas estas disciplinas se encuentran en un mismo plano, pero sus estudios y métodos son distintos y eso es porque no comparten el mismo punto de vista. Lo mismo sucede con la sociología. Esta se plantea preguntas centrales como ¿De qué manera
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