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¿De qué trata la estética? Es difícil contestar esta pregunta puesto que diferentes estetas han dado una definición

Enviado por   •  24 de Enero de 2018  •  2.341 Palabras (10 Páginas)  •  499 Visitas

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La armonía, para los pitagóricos consistía en la oposición par e impar y la oposición entre limite e ilimitado. Las realidades opuestas representan el error y la falta de armonía, esto era en un principio, pero con el paso del tiempo adoptaron una nueva idea propuesta por Heráclito, la cual dice que la armonía no es ausencia de contraste si no de equilibrio, y es así como nace la idea de equilibrio entre dos entidades opuestas que se neutralizan entre sí. A pesar de que se tenía en cuenta un margen de simetría, este no era capaz de mostrar los sentimientos que se querían, después de un tiempo, en el siglo IV a.C se realiza una estatua por Policleto conocida como el canon, en la cual se representan todas las reglas para una proporción correcta, dejando de lado el principio basado en el equilibrio. Más tarde Vitrubio expresa las proporciones corporales correctas en fracciones de la figura entera.

Aquí hemos mencionado de manera resumida dos autores representativos de la escuela objetivista. Otros seguidores de la tradición platónica serán los primeros escritores cristianos, especialmente San Agustín, que escribe un libro sobre lo bello y entre los escolásticos, Santo Tomás, con su Summa Theologica.

Ahora hablaremos un poco de la segunda escuela, la escuela subjetivista.

El subjetivismo estético permitió la apertura del juicio estético tanto en el artista como en el individuo que contempla la obra.

Esto se basó en varios factores sociales, económicos y tecnológicos que fomentaron la aparición de la nueva clase del proletariado.

El individuo, al encontrarse abandonado por el medio, busca revalidarse a sí mismo con sus propias herramientas: su propio juicio sobre el mundo, su propia interpretación de lo que percibe y siente.

De allí que el arte se vuelve revelador de la verdad, en cuanto vuelve posible la emoción propia en el sujeto, perdiendo relevancia las leyes universales y racionales.

Lo bello puede ser cualquier cualidad de algún objeto, efecto a acto capaz de suscitar en el sujeto que lo contempla un sentimiento agradable o placentero.

Quizás esta corriente para explicar lo bello ha sido resiente, puesto que muchos autores que tienen una opinión subjetivista han sido de los últimos siglos.

La sistematización que Immanuel Kant realizó en la estética le valió el atributo de disciplina filosófica. En su Crítica del juicio o Crítica de la facultad de juzgar Kant investiga el origen del sentimiento y su manifestación más pura, el arte. Con Kant se establecen los cimientos de la estética moderna que, a diferencia de la tradición filosófica clásica, separa lo bello de lo bueno. Para Kant el juicio estético no aporta conocimiento del objeto, este viene dado por la razón o el juicio lógico: la estética estudia el conocimiento sensible, la percepción del objeto. Kant establece cuatro tipos de objetos de estudio: lo agradable, lo bueno, lo bello adherente y lo bello libre, donde sólo este último entra en el ámbito del juicio estético. Para Kant, lo agradable y lo bueno tienen intereses condicionados por los sentidos y la razón con un fin en particular; la belleza adherente supone un concepto del fin que determina, es decir, lo que el objeto debe ser; en cambio la belleza libre parte de la mera contemplación de la belleza del objeto, y no está condicionada o determinada por conceptos.

A finales del siglo XVIII, además de configurarse la estética o filosofía del arte como una nueva disciplina empezó a gestarse un nuevo ciclo histórico del arte. La estética otorgó respaldo filosófico a la autonomía del hecho artístico, iniciándose lo que hoy llamamos arte moderno. El arte fue alejándose del contexto político, religioso y social y empezó a buscar sus propias razones, su propia autonomía. Lo que hasta entonces era artesanía empezó a ser considerado arte. El arte pasó a ser Arte.

Aún así, del mismo modo que la modernidad propició la separación entre forma y contenido, entre arte y técnica también generó movimientos que volvieron a preguntarse por la nueva ontología de ambos conceptos. Por ejemplo, el Romanticismo como reacción al espíritu racional e hipercrítico de la Ilustración empezó a entender dicha subjetividad de un modo más individual, de un sujeto que intenta liberarse de lo bello objetivo. En él, la belleza se buscaba de un modo mucho más simbólico, generando un desequilibrio entre la idea infinita y la forma sensible. Hegel como máximo exponente de la estética romántica lo expresaba de este modo: “el arte bello y libre no se cuida de su forma exterior no permite observar en ella ninguna reflexión, ninguna finalidad, no permite descubrir ninguna intención, sino que en cada expresión, en cada aspecto, revela la idea y el alma del Todo”.

Esta autonomía proporcionó las bases para que se empezaran a ver las obras de arte como una ocasión para el juicio estético. Fueron varias las actitudes con que los artistas pretendían interpretar la realidad, la creación de sentimientos de vitalidad, placer, imaginación y reflexión dio lugar a diferentes estilos o planteamientos artísticos que volvieron a preguntarse por la nueva ontología entre ambos conceptos. El siglo XIX empieza la época de los movimientos artísticos: neoclasicismo, romanticismo, realismo, impresionismo, simbolismo, art noveau o modernismo, etc.

La Revolución Industrial tuvo un papel importante tanto en el cambio de rumbo del Arte Moderno como en este constante cambio de estilos artísticos. La artesanía y la burguesía, excluidas del nuevo sistema productivo, se apropiaron de los ideales estéticos para fundar escuelas de artes y oficios, separándose de las ciencias.

Significativo fue el hecho que a pesar de la incesante transformación en los modos de producción que ofrecía la tecnología, tanto lo artístico como lo técnico, aun reconociendo sus diferencias, no se quedaron al margen el uno del otro.

Desde la técnica se terminó generando una corriente de opinión estética donde los valores artísticos clásicos dejaron de tener valor y el pragmatismo de la técnica pasó a ser un arte por sí mismo. La ausencia de preocupaciones artísticas ya no era causa suficiente para que no hubiera resolución estética en la obra construida, la obra ya no era vista como un objeto de culto, se profanó su espíritu convirtiéndola en algo puramente formal. Fue el origen del diseño. El diseño está explícitamente vinculado a la actividad productiva y al comercio, pero en su razón de ser toma prestado de lo artístico los conceptos de creatividad y el lenguaje para

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