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ENSAYO FINAL “La moral, sexual, cultural y la nerviosidad moderna” (1908.) vol.9- SIGMUND FREUD “El malestar en la cultura” (1927). vol. 21 – SIGMUND FREUD.

Enviado por   •  5 de Diciembre de 2018  •  2.286 Palabras (10 Páginas)  •  544 Visitas

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Freud en referencia al desarrollo de la pulsión sexual diferencia tres estadios culturales:

“Un primer estadio en que al quehacer de la pulsión sexual le son por completo ajenas a las metas de la reproducción; un segundo estadio en el que de la pulsión sexual es sofocado todo salvo lo que le sirve a la reproducción, y un tercero e que solo se admite como meta sexual la reproducción sexual legitima, en este tercer estadio corresponde a nuestra moral sexual cultural del presente”. (FREUD, 1908, págs. 169-170).

En uno de los estadios el sexo es ajeno a las metas de la reproducción, y por ende da lugar a la perversión. Y otro es habitual en la sociedad moderna contemporánea.

¿Qué es lo legitimo hoy en día? En media que la sociedad a tendenciado el capricho todos hacemos lo que queremos, dejémonos de infanterías acerca de la libertad.

“Es fácil entonces, prever el resultado que sobrevendrá si se limita más a la libertad sexual y se eleva el reclamo de cultura hasta el nivel del tercer estadio.” (FREUD, 1908, pág. 172).

Las relaciones interpersonales combinadas con maso menos lo habitual.

“Lo mismo el número de los más débiles que en su conflicto entre el esforzar de los influjos culturales y las resistencias de su constitución se refugien…en la neurosis” (FREUD, 1908, pág. 172). Cada caso es un mundo diferente.

No existen las necesidades sexuales; es deseo. La angustia ante las consecuencias del comercio sexual desaparece, primero, la mutua ternura corporal de los esposos, y luego, las más de las veces, la simpatía anímica que estaba destinada a recoger la herencia de la pasión tormentosa de los comienzos. Refiriéndonos a la sociología de las perversiones, que casi todos vivimos o viviremos; juegos sexuales no reproductivos.

Volviendo al tercer estadio de cultura que exige al individuo la abstinencia hasta el matrimonio para ambos sexos y la abstinencia durante toda la vida para todos aquellos que no hayan contraído matrimonio legítimo, he aquí un claro ejemplo en el cual Imperia la sociología de la familia.

“Es licito decir que la tarea de dominar una moción tan poderosa como la pulsión sexual por un camino que no sea la satisfacción es tal que puede requerir todas las fuerzas de un ser humano. Una minoría solamente consigue el dominio por sublimación, por desvío de las fuerzas pulsionales sexuales, desde sus metas específicas hasta metas culturales más elevadas.” (FREUD, 1908, pág. 173). Lo cual generará un problema social. Los que en su mayoría sean más se vuelven neuróticos o reciben algún otro daño, en resumidas cuentas: no puede, no debe, tiene que sublimar pulsiones sexuales, dando resultado a una sociedad neurótica solo que en diferentes campos.

Ahora abordemos el problema de saber si el comercio sexual dentro de un matrimonio legitimo es capaz de brindar un resarcimiento pleno por la limitación anterior a él, lo cual implica si desde el punto de vista sociológicamente fundamental se puede preguntar si la vida en pareja, ¿Es realmente feliz? Puesto que las parejas casadas que se encuentran bajo el imperio de nuestra moral sexual, cultural cuantas resignaciones a menudo, para ambas partes conlleva al matrimonio, y a que se limita la vida en él. La neurosis de nuestro tiempo, implica esas renuncias al deseo y goce, y a la posibilidad de sublimación; por ejemplo: “Tengo esto, pero eso no quería…”

“La conducta sexual de un ser humano suele ser arquetípica respecto de todos sus otros modos de reacción en el mundo.” (FREUD, 1908, pág. 177). la conciencia moral respecto de otros es igual a la sociedad.

“La prohibición de pensar rebasa la esfera sexual, en parte a consecuencia de los inevitables nexos, en parte de una manera automática o la relación de vasallaje de los buenos súbditos. No creo que la oposición biológica entre trabajo intelectual y actividad genésica explique la imbecilidad fisiológica de la mujer” (FREUD, 1908, pág. 177). Mejor ejemplo no pude haber citado pues las mujeres son sinónimo de sabiduría y protagonistas.

“Al limitarse el quehacer sexual en un pueblo, sobreviene, en términos generales, un aumento de la medrosidad ante la vida y de la angustia ante la muerte, que perturba la capacidad de goce de los individuos y cancela su disposición a aceptar la muerte en aras de ciertas metas.” (FREUD, 1908, pág. 181).

“Es licito preguntar si nuestra moral, sexual, cultural merece el sacrificio que nos impone, sobre todo si uno no se ha emancipado tanto del hedonismo que ni siquiera admita cierta media de satisfacción y dicha para el individuo entre las metas de nuestro desarrollo cultural.” (FREUD, 1908, pág. 181)

Concluyo con Freud en el primer texto dado como resultado la moral, sexual, cultural, produce neuróticos insatisfechos que por supuesto tienen posibilidad a la sublimación.

En la obra “El malestar de la cultura” iniciaré con la teoría de Freud y dice que la no felicidad humana, es originada por la cultura. Plantea al erotismo como ciencia de la vida, no algo genital y que da al flujo de la vida como lo más vital… Das unglück in der kultur/ la infidelidad de la cultura.

El antagonismo entre las exigencias pulsionales y las restricciones impuestas como el dejar correr, controlar, dominar, todo esto con un poco de perversión.

En instancia simbólica la cultura constituye una subjetividad, la política mueve el dinero y darnos a la realidad; lo religioso está ligado al poder de lo real, pues plasman a Dios como el poder de la realidad en la que estamos. Un representante de este ejemplo simbólico de la cultura, es un idiota el cual genera ideas propias sin fijarse en la realidad. Habitualmente no hay más certeza, que el sentimiento del propio yo.

El hombre es considerado experiencia religiosa en la realidad como hijo de Dios, pero lo que somos es lo inconsciente que nos habita. Ningún sujeto es egocéntrico. “Yo soy yo… autónomo, independiente, ejecutivo, etc. La intimidad, el inconsciente que se forma a lo largo de la vida de cada quien se forma en la distancia, pues de ahí pare el que será nuestro destino, el principio del placer.

El “Yo” es una fachada; la relación social por experiencia: el enamoramiento como fusión mayor entre el yo y el objeto. El decir: tú y yo somos uno, que no es así, pero estamos totalmente dispuestos a comportarnos como así fuera. El YOICO/ YO no se consideran como limites fijos sino como recorrido de un desarrollo psíquico, todos los significados que nos separan del goce son subjetividad que se constituye a través de la pérdida, pues en el inicio hay una completud paradisiaca que poco se establece una angustia

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