LAS NOVENAS NAVIDEÑAS TEOTERÁPICAS

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- Un ungido lleva bendición, gozo y alegría

Una persona llena del Espíritu Santo conoce los planes de Dios y se goza en cumplirlos, recibiendo preciosas recompensas y un gozo incomparable. Pero no se queda allí. La unción es como el aceite que fluye sin cesar, se derrama y tiene que abarcar otras vidas, el ambiente y todo lugar donde pise la planta de nuestro pie. Así lo describe el Salmo 133, indicándonos cómo la unción genera unidad entre las personas, pues se derriban las murallas de prevención, indiferencia, egoísmo, amargura y resentimiento, y en lugar de esto, coloca armonía y paz, pues se reconcilian los corazones. No hay nadie a nuestro alrededor que no se afecte positivamente con la vida de un ungido. Además, la consecuencia de vivir esta unidad y armonía dada por el Espíritu, es que allí derrama el Señor bendición y vida eterna.

María, llena del Espíritu Santo, visita a su prima Elizabeth, produciendo en su corazón gozo, alegría, gratitud y alabanza a Dios. Elizabeth cree en la maravillosa obra salvadora de Dios, que ahora ve concreta en el hijo que espera María y entonces, también es llena del Espíritu Santo. Pero no sólo ella es impactada, también su hijo que aún en el vientre recibe el impacto de la unción y salta de alegría (Lucas 1:41-45).

Aplicación Teoterápica:

Todos los seres humanos necesitamos la unción del Espíritu Santo que nos comunica poder, santidad y autoridad de Dios, para vivir vidas excelentes y cumplir propósitos trascendentales y eternos. En otras palabras, el Espíritu Santo nos comunica y transmite la vida de Cristo. ¿Quiere usted, poseer esta maravillosa vida, produciendo gozo y alegría por dondequiera que vaya, produciendo unidad y bendición de Dios a los lugares y a las personas, tener siempre un lenguaje de alabanza y exaltación a Dios? Le invitamos a orar.

Oración:

Espíritu Santo, hoy recibo tu testimonio acerca de Jesús. Creo que Él es el Hijo de Dios, el Mesías, el Salvador del mundo. (Oración de Recibir a Cristo)

Ahora, no sólo te reconozco Jesús como Salvador sino también como Señor de mi vida, y me dispongo a obedecerte siempre, orando y estudiando tu Palabra, teniéndola siempre presente en mi corazón y haciendo de ella mi principio rector. Someto todas mis áreas a tu señorío y te doy gracias por saturarme de la plenitud de la unción de tu Santo Espíritu. Amén.

Acción de gracias por lo recibido y aprendido.

TERCER DÍA “EL UNGIDO GLORIFICA A DIOS”

Pasaje Bíblico: Lucas 1:46-56

Enseñanza Teoterápica:

La navidad tiene que traer a nuestros corazones una profunda alegría y un inmenso agradecimiento a Dios por todo lo que el nacimiento de su Hijo significa para nosotros, este tiempo debemos aprovecharlo al máximo decidiendo glorificar a Dios con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todo nuestro corazón.

- La necesidad de cultivar un corazón agradecido

Después de escuchar a su prima Elizabeth, María no pudo contenerse, la alegría y el gozo de su corazón eran muy grandes porque ahora entendía mucho más el papel que como Madre de Jesús ella debía cumplir, pero esto no sólo la llenaba de alegría sino también de un profundo temor de Dios por la responsabilidad tan inmensa que Dios mismo por su infinito amor había depositado en ella.

¡María había sido escogida para ser la madre del Hijo de Dios! Nosotros hemos sido escogidos, apartados y llamados para ser hijos de Dios ¿Valoramos, como María, el gran privilegio que como hijos tenemos? Necesitamos cultivar todos los días de nuestra vida un corazón agradecido para con el Señor.

- Reconociendo y aceptando con humildad los regalos de Dios.

“Engrandece mi alma al Señor” fueron las palabras de María; ella necesitaba engrandecer y agradecer al Señor por tan alto mérito, y para que su corazón no se enalteciera era necesario reconocer la bajeza de su persona, el lugar de donde el Señor la había sacado para ser la madre del único y verdadero Salvador del mundo.

Nunca podemos olvidar el lugar de donde el Señor nos sacó. Si hay algo que nunca podemos perder es la humildad, el hecho de reconocer que no somos nosotros, ni son nuestros talentos, o lo mucho que sabemos lo que nos hace especiales; debemos siempre reconocer que ha sido sólo por la misericordia y el sobrenatural amor de Dios que hemos sido escogidos por Él.

- La necesidad de cultivar un corazón lleno de alabanza y gratitud.

El ungido es una persona que fruto de estar llena del Espíritu Santo, tiene un corazón sensible a las obras de Dios, está saturada de su amor, lo puede percibir y disfrutar. Esto quiere decir, que se siente amada y privilegiada. Hay un enorme gozo por tener la oportunidad de responder con su entrega a ese inmensurable amor que recibe de Dios. Esto le sucede a María y por eso su lenguaje es de bendición, de alabanza y de gratitud, de reconocimiento y exaltación a Dios. Nunca de queja o amargura, crítica, juicio, descontento o pelea.

Aplicación Teoterápica:

Nuestro Padre Dios siempre estará dispuesto a darnos cosas grandes y maravillosas. Para ello es necesario que nos despojemos de todo orgullo y que con humildad aceptemos todos y cada uno de los detalles de amor que Él tiene para con nosotros. Necesitamos cultivar diariamente en nosotros un corazón agradecido, porque definitivamente no tenemos cómo pagar y ni siquiera recompensar el sobrenatural amor de Dios para con nosotros al entregarnos a su Hijo para nuestra Salvación.

Oración:

“Señor, no tengo palabras para agradecer el acto de amor tan grande que has tenido con cada uno de nosotros, gracias por amarnos tanto. Sólo permítenos cada día vivir para agradecerte, vivir para glorificar tu nombre y reconocer que sin ti nada somos y que separados de ti nada podemos hacer”.

CUARTO DÍA “LA IMPORTANCIA DE OÍR Y OBEDECER”

Pasaje Bíblico: Mateo 1: 18-25 (Dramatización del sueño de José)

Enseñanza Teoterápica:

La Navidad revela los más extraordinarios planes de un Dios amoroso para con sus hijos. Planes de salvación, de salud, de excelencia. Para el